Kakashi no podía apartar los ojos de la mujer que estaba reclinada en el asiento del avión privado contratado para llevarles a la pista de aterrizaje de los Senju en River Run, Alaska. Habían estado en el aire durante más de una hora y ella todavía no se había movido.
No se parecía para nada a Rin. Lo sabía por las fotos que había estudiado, pero de alguna manera cuando estuvo en el mismo espacio que Sakura Haruno, había visto algo que le recordaba a su hermana.
Después de todo, ambas se habían enamorado del mismo hombre... un asesino de sangre fría que había liquidado a Rin e intentaría hacer lo mismo con Sakura.
Itachi se hundió en el asiento de al lado.
―Shisui dice que estaremos volando durante toda la noche.
Se tardaba alrededor de diez horas desde Nueva York a Alaska. Kakashi tenía una larga noche para meditar en la tarea que tenía que completar mañana.
Tenía que quebrar a Sakura Haruno.
―¿Podemos quitarle ese ridículo vestido? ―preguntó Kakashi, observándola envuelta en seda blanca y satén. No podía pensar en jugar duro con ella mientras se viera tan malditamente inocente.
Cuando Shisui se la había pasado desde la furgoneta, ella se había acurrucado en sus brazos como una niña confiada. O una amante. Pero nunca sería su amante. O de Shisui... no importaba lo que él imaginara.
―Creo que Shisui estaría feliz de desvestirla ―dijo Itachi―. ¿Quieres que tome su lugar en la cabina?
Itachi no era ni la mitad de buen piloto que su hermano, pero sería capaz de mantenerlos volando.
―No. ―No quería tentar a Shisui mucho más―. Ella puede cambiarse cuando lleguemos y vuelva en sí. No se va a despertar durante el vuelo, ¿verdad?
Itachi se encogió de hombros.
―No ha dormido mucho últimamente. Por lo menos eso es lo que Tenten dijo.
Pero tuvo una extraña reacción a los sedantes. En el pasillo se despertó durante un minuto. Shisui la sostuvo y le acarició el pelo. Entonces ella se volvió a dormir.
Kakashi apostaba que ese pequeño episodio no había hecho nada para amortiguar el enamoramiento de Shisui. Ese hombre tenía una profunda necesidad de proteger.
Sakura ahora se veía frágil, pero seguramente cuando mañana empezara el interrogatorio, ella mostraría su verdadera personalidad.
―Gigi. ―Ella empezó a murmurar en su sueño ―. ¿Dónde...Gigi?
Kakashi frunció el ceño.
―¿Quién es Gigi?
―Tenten la mencionó. Entonces nos dio esa medio sonrisa que dan a menudo las mujeres, esa que parece un poco perversa y te hace esperar que las cosas empiecen a desplomarse. ¿Sabes de lo que estoy hablando?
Tenten podía ser un poco misteriosa, pero él ahora tenía otros problemas.
―¿Comprobaron su equipaje? No quiero encontrar un teléfono móvil.
Los móviles tenían GPS. El GPS significaba que estaban de mierda hasta el cuello y toda su cuidadosa planificación habría sido en vano.
―Lo dejé sobre la mesa de la sala de estar de la suite.
No era suficiente. Una tonelada de gente había pasado por esa suite nupcial durante todo el día.
―¿Cómo sabes que era el de ella?
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Una Novia Rehen
RomanceUna novia rehén Sakura Haruno acepta desposar al millonario Suigetsu Hozuki para salvar a su familia. El día de su boda debería ser el más feliz de su vida... excepto que ella no lo ama. Y no puede dejar de preguntar si está cometiendo un error. Aun...