3

54 6 4
                                    

En el trabajo no siempre llegan muchos clientes, por hoy estábamos yendo mal. Aburrida comencé a dibujar, sentada detrás de la barra. Tarareaba la canción que sonaba en el bar.

-Dibujas muy bien-. Lizzy se acercó a mi lado.

-Eh eh estás invadiendo mi zona de trabajo-. Bromeé, me golpeó el hombro con una sonrisa. Acaricié la zona, fingí dolor. Solamente para molestarla.

-¿Puedo ver tus dibujos?-. Dudé un poco, pero finalmente acepté

A veces como artista, uno no mira sus obras como el resto de la gente. Lo que quiero decir, nosotros no apreciamos nuestro arte, apreciamos el arte del resto. Y eso pasa en todo ámbito.

Lizzy abrió mi libreta, miró el primer dibujo, mientras seguía pasando las hojas comenzaba a deleitarse con mis obras. El brillo en sus ojos, los sonidos que emitía y su boca abierta.

Apuntó el dibujo de mis padres. Ella claramente no sabía quiénes eran.

-Es mi familia-. Asintió, siguió pasando las hojas: -Esas son mis mejores amigas, Emily y Lucy-. Pasó las hojas, eran paisajes, llegó a su dibujo.

-¿Por qué me dibujaste?-. Me miró, desvié mi mirada con un intenso sonrojo.

-Tienes facciones muy lindas, me pareció interesante dibujarte, fue difícil-. Hablé calmada. Lo único que hacía era asentir, con una suave sonrisa.

-¿Quién es ella?-. Llegó al dibujo de Lana.

-Es... Ella es una chica, la conocí un día, larga historia-. Comencé a limpiar la barra para distraerme.

-¿Te gusta?-. Preguntó.

-De repente te ves interesada en mi vida personal-. La imité, ella solía decirme eso cada vez que yo le hacía alguna pregunta: -No... Lizzy, no me gusta. La vi una sola vez, eso es imposible-. No mentí. La mujer que me gustaba estaba a mi lado, viendo mis dibujos.

-¿Cómo se llama?-. Preguntó curiosa. Dejé de mirarla, solo miraba el paño que pasaba por la barra.

-Lana-.

-Tiene lindo nombre-. Asentí.

Debería ir a verla, conversar,  vigilar esos hombres. Los guardias eran completamente inútiles, tuve que intervenir yo.

Pasaron las horas y comenzó a llenarse de clientes, eso significaba trabajo duro. No hablar con alguien del trabajo, ir de aquí para allá, sudor y más sudor.

Cuando cerramos el bar, al fin pude tomar mis cosas y marcharme. Iba a irme sin importarme nada, pero Lizzy estaba fuera del bar esperando algo o alguien. La miré y me atreví a acercarme.

-Tenía planeado salir, pero ¿quieres que tomemos algún bus juntas?-. Estaba muy solo aquí y no pasaban taxis o buses.

-Gracias, pero espero a Francesco-. Su novio, ugh.

-¿Te acompaño hasta que él llegue? La calle está oscura y algo peligrosa-.

Asintió.

Recordé la conversación que tuvimos, eso me venía comiendo la cabeza día y noche.

-Lizzy... No he podido dejar de pensar sobre lo que me dijiste, creo que él no es bueno para ti. Si te grita o es algo agresivo, ten cuidado. Mira, esta es mi dirección, por si necesitas ayuda y este es mi número-. Le entregué un papel. Había planeado este discurso desde anoche, me sentía nerviosa, no quería sonar atrevida y entrometida.

Cuando me abrazó quedé estática, no esperé eso. Sin embargo, reaccioné rápido y no dudé en abrazarla: -Puedes odiarme, puedo ser molesta pero eres mi colega, no quiero que te suceda nada malo-.

[LARINA] No Le Digas A Nadie  [Marina G!P] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora