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Marina se estuvo preparando de ya.

Sus amigas fueron a visitarla, así podrían ayudarla. Ellas se enteraron por teléfono y necesitaban conversar de eso en persona, mientras Marina las llevaba de la mano rápidamente para hacer las compras.

-¿Cómo ocurrió todo eso?-. Preguntó Lucy.

-Cuento corto, estábamos comiendo en un cerro y nos besamos. Luego de eso, nos sinceramos y estamos yendo bastante lento-. Miraba algunas chucherías.

Recordó que a Lana le gustaban las gomitas, compró 4 bolsas un poco grandes.

-Ustedes dos están ganando bastante fama. ¡SON EL TEMA DE CONVERSACIÓN DE HOY EN DÍA!-. Emily soltó con emoción.

Lucy se desvió del camino, haciendo que sus dos mejores amigas la siguieran detrás. Entraron las tres a la farmacia, una convencida y con su rostro juguetón, dos confundidas en el lugar.

-¿Estás enferma?-. Marina le susurró a Emily.

-No ¿tú?-. Emily le devolvió el susurro.

-Tampoco...-. Hablaban entre ellas.

Estaban detrás de Lucy, que caminaba por los pasillos en silencio. Buscaba algo y no lograba encontrarlo.

-¿Dónde mierda están los condones?-. Pensó en voz alta.

-En el otro pasillo, señorita-. Le contestó la señora que atendía la farmacia.

Lucy agradeció con su cabeza y pasó al otro pasillo.

A las otras chicas no les importó, estaban acostumbradas a vivir eso junto a Lucy. Ya no les causaba ni vergüenza ni gracia. Siguieron detrás de ella.

-¿Qué talla eres, Marina? ¿XS?-. Bromeó. Emily soltó una carcajada que sonó en toda la farmacia.

-Qué te importa... soy XL-. Respondió.

-Wow déjame adivinar... 13 o 15 cm-.

Marina agachó su mirada sonrojada, su mejor amiga había adivinado. De hecho, las tres estaban sonrojadas. Marina recordó la vez que vivían juntas y ella se estaba cambiando de ropa, justo estaba algo contenta, y sus mejores amigas habían entrado a la habitación para darle una sorpresa. No tocaron la puerta, no avisaron, nada. La vieron.

-1... 2... y... 3-. Sacó tres cajas de condones, cada caja contenía 4 condones.

-Lucy, no creo que sea necesario. No creo que pase eso con Lana-. La siguió detrás, como una niña pequeña tratando de explicarle a su madre por qué debían comprar el juguete que acaba de ver y era ignorada.

La mujer adulta que estaba atendiendo se sorprendió a ver tantos condones.

-¿Qué más hay que comprar? ¿Lubricante? ¿Aquí venden vibradores? Marina, ve y trae un lubricante...-. Marina se estaba muriendo de vergüenza, ahora sí que sí.

Ahora era mucho más conocida, la vendedora podría decirle a cualquiera y se convertirá en rumor.

-Encontré de estos anillos, mira Lucía-. Emily trajo un anillo para el pene, se lo entregó a Lucy.

-Lo llevaremos-. Sonrieron cómplices.

Marina llegó con el lubricante, su rostro era serio y sonrojado. Casi con su ceño fruncido, como enojada.

-Tómalo como regalo de luna de miel-. Pagó Lucy con su dinero.

***

Estaban en casa con un montón de ropa nueva y cómoda.

[LARINA] No Le Digas A Nadie  [Marina G!P] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora