"Acendrado" Kim Taehyung ‡ Jeon Jungkook

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15

Las épocas navideñas son una de las fiestas mas esperadas, en la familia Kim no se puede decir lo contrario, pues cada año lo festejan a lo grande. Mesas llenas de postres, un gran bufet y diferentes tipos de vino junto a un poco de chocolate caliente, a pesar de saber que antes de las diez de noche buena tienen que ir a sus fiestas navideñas por parte de la gran empresa del señor Kim.

Esta era la primera navidad que Jungkook la pasaría junto a la familia Kim, por lo cual Taehyung hizo lo mejor por impresionarlo, llegando así a meterse a la cocina para ayudar en la cena, claro esta que Taehyung recibió regaños por parte del cocinero de esa noche, pues el pequeño rubio había echado sal en vez de azúcar al chocolate para el postre.

Después de haber sido corrido de la cocina el rubio subió corriendo a su habitación, cerro la puerta con seguro y corrió hacia su escritorio, en donde pudo ver todas aquellas envolturas para regalos de navidad, se quito la chaqueta y la boto sobre su cama, jalo su silla de escritorio y se dejo caer ahí. Tomo entre sus manos el libro que le había comprado a la señora Lee a lado de Jungkook y abrió este quedándose en una pagina aleatoria. Comenzó a ojear un poco el libro y paro cuando vio que ya se le había echo tarde.

Maldijo en bajo y comenzó a buscar la cinta adhesiva, rebusco en los cajones y sobre la mesa de su escritorio, chasqueo la lengua cuando recordó que no había comprado cinta, quito el seguro de la puerta y giro el picaporte encaminándose así a la habitación al final del pasillo. Toco despacio la puerta de madera y empujo esta teniendo así la bella imagen de la sonrisa de Jungkook.

"¿Qué pasa cariño?" Jungkook lo miro mientras sonreía mostrando sus dientes frontales, Taehyung derritiéndose ante aquella dulce sonrisa.

"¿Tienes cinta adhesiva?" el rubio camino hacia el azabache quien se encontraba recostada en su cama.

"Oh si, mamá compro una esta mañana, debe de estar en el cajón del escritorio." Jungkook señalo con la cabeza mientras miraba a Taehyung cruzar su habitación hacia el mencionado escritorio.

"Muchas gracias Kookie."

El pequeño azabache no pudo evitar sonrojarse ante aquel apodo y asintió levemente mientras escondía sus mejillas en el cuello de su suéter, algo que le resulto adorable para el rubio.

"Nos vemos esta noche, Kookie." el rubio salió corriendo de la habitación de su novio cuando miro que en el reloj de mesa marcaban casi las seis del medio día, volvio a entrar a su habitación haciendo el mismo acto que había echo horas atrás, camino hacia su escritorio y tomo nuevamente el libro para la señora Lee.

Envolvió este con cuidado, doblando así las extremidades del papel decorativo con suma precaución tratando de que el papel no se le fuese a romper. Después tomo el regalo que le compro a su madre en aquella boutique, un abrigo que ella quería desde hace semanas pero no podía comprar porque tenia una agenda muy ocupada. A su padre no sabía que comprarle, pues a decir verdad no sabía casi nada de el, aun viviendo en la misma casa la ultima vez que tuvo alguna convivencia sana con el fue cuando Taehyung se había graduó de la primaría y habían ido a un viaje de pesca juntos.

El rubio se maldecía por no tener una relación de padre a hijo con su muy querido y adorado padre, odiaba el echo de no poder tenerle la confianza que le tenía a su madre y odiaba mucho mas el no poder dirigirle la palabra porque a los segundos ya lo estaba comparando con alguien mas.

Taehyung siempre se preguntaba porque su padre tenía la horrible y maldita mañana de compararlo con los demás ¿Qué a caso el no era lo que el señor Kim quería? ¿A caso era un mal hijo? Tampoco era que Taehyung fuera el mejor hijo del mundo, pero el que su propio padre lo comparara con los demás le hacía pensar al pequeño rubio que su padre estaba decepcionado de el, y que tal vez, ni siquiera llegaba a quererlo un poco.