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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ʏᴏᴏɴᴍɪɴ +18.



Todo en la vida tiene sus contrarias, también sus pros. Muchos cometen errores, Park Jimin acabo de cometer uno de sus mayores errores.

Después de haber meditado y razonado un poco en la situación que se encontraba se había dado cuenta que el no era nadie para meterse en la vida de Taehyung, el no tenía el derecho de andar contando sus cosas privadas y mucho menos cuando no tenía el consentimiento del chico.

Ahora el se encontraba rebuscando entre todo el papeleo de su escritorio un sobre, su mirada iba de un rincón a otro, varios papeles yacían en el suelo y sus manos jugueteaban entre hojas. Comenzó a enojarse consigo mismo por no haber dejado en un mejor lugar aquella carta, llevo sus manos hasta su cabeza y enrollo sus dedos entre los mechones de cabellos negros, el naranja había desaparecido siendo remplazado por un negro oscuro, su color natural.

Jalo los mechones, arrancando unos pocos en el proceso, estaba desesperado y nervioso. Tenía ganas de vomitar, su pecho subía y bajaba, la cabeza ya comenzaba a dolerle.

"¡Mamá!" el joven de ahora cabellos negros camino hasta la puerta de su habitación, se colgó del picaporte de la misma y miro hacia el pasillo.

Su madre salió de su habitación y se quedo bajo el marco de la puerta, miro a su hijo y enarco las cejas.

"¿Has visto un sobre? Estaba en mi escritorio, pero ahora que lo busco no lo encuentro."

Jimin volvio a su habitación y siguió rebuscando entre los papeles, se hinco frente a su cama y levanto el cubre camas con la esperanza de encontrar el sobre ahí. Cuando volvio a incorporarse su madre ya se encontraba en la puerta, la mujer pensó un poco y separo los labios cuando recordó algo.

"¿Hablas de ese sobre que tenía como destinatario al señor Kim?" su madre pregunto confundida a lo que el menor asintió desesperado. "Oh, se lo di al cartero esta mañana."

Jimin agrando los ojos y se tiro al piso, callo de rodillas y volvio a tirar de sus mechones de cabello.

"¡¿Pero que hiciste, mamá?!" la mujer se quedó atónita, Jimin seguía en el piso mientras hacia una rabieta.

"No pensé que te molestarías, creí que se la ibas a mandar y yo-"

"¡Ni siquiera debiste haber tomado la carta, mamá! ¡Nadie te pidió que lo hicieras!"

Jimin se levanto torpemente del piso y tomo la primera chaqueta que sus manos lograron alcanzar, miro de reojo a su madre y bajo corriendo las escaleras para así salir con zancadas largas hasta la empresa del señor Kim.

Cuando llego al gran edificio miro este, no recordaba cuando había sido la ultima vez que sus pies pisaron ese edificio, pero lo que si recordaba fue que Taehyung y el habían llenado de lodo la blanca y reluciente sala de espera de la oficina del señor Kim, lo cual tuvo como resultado una buena regañada por parte de la asistente del padre de Taehyung y un baño de agua fría.

Sus manos sudaban y mirar la punta del edificio hizo que su cabeza diera vueltas, suspiro y miro el vaho formado por la acción, sin mas que hacer en el frío invierno que atacaba ese Diciembre en Seúl decidió entrar a las instalaciones.

Algunas miradas recayeron en el, otros simplemente lo ignoraban. A Jimin no le importo y evito a las secretarias del living, algo que para el era pan comido, pues todas esas veces que llegaba de sorpresa con Taehyung cuando eran niños habían sido algo que traería beneficio en un futuro. Agradecía mil veces a el rubio por haberle enseñado a escabullirse.

"Acendrado" Kim Taehyung ‡ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora