ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1
—Buenos días Jungkook. Te extrañamos este fin de semana.
La señora Kim se abalanzo sobre el chico que estaba inmóvil en una silla de ruedas frente a ella. Él rubio ni siquiera volteo a mirarlos y siguió derecho, ya en su habitación se dispuso a acomodar sus maletas del viaje de el que regresaba junto a su familia. Alguien toco la puerta, y sin antes contestarle, su madre ya estaba dentro.
—¿Qué te he dicho de esos modales Kim Taehyung? —su madre reprocho, mientras lo miraba histérica por su comportamiento, apretando sus manos en puños.
Alzo los hombros sin interés y entro al baño sin antes cerrar la puerta con seguro, mientras escuchaba los reclamos de su madre.
—¡Kim Taehyung te juro que esto no se quedara así! ¡Hablare con tu padre sobre esto!
—¡Habla con quien quieras, no me importa! —grito sin importar que la pequeña servidumbre que poseía la casa lo ollera, ya deberían estar acostumbrados a oír aquellas peleas que tenía a diario con su madre.
Él en verdad odiaba el hecho de que sus padres amaran al hijo de una de las criadas mas que a él ¡A él! quien es su propio hijo. Taehyung es muy posesivo y creo que esto es un muy claro ejemplo. ¿Por qué ponerse celoso de un chico? él ni siquiera estaba seguro si sus padres lo querían más a él que todo a su propio hijo, pero es Kim Taehyung, nadie puede hacer entrar en razón a Kim Taehyung.
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Habían pasado ya horas desde que el rubio se recostó en la tina, la cual desbordaba agua helada para bañar así el piso de azulejo blanco, miraba un punto fijo, como si quisiera que de ahí saliera algo que lo llevara a un lugar en donde pudiese estar en paz.
Sálvame, sálvame, sálvame, sálvame.
Un golpe recayó en la puerta, el cual le hizo salir de aquel nudo que se formaba en su cabeza de a poco. Sin intención de abrir cerro sus ojos y cruzo los brazos bajo el agua que los cubría, como si fuera una tersa manta que le hacia sentir esa sensación que anhelaba siempre, aquel roce del agua en su cuerpo le relajaba, dejándolo así en un trance y en total tranquilidad.
Otro golpe un poco mas fuerte se hizo presente ante sus oídos, salió de aquella tina aun en la alfombra quedándose quieto para que todo el agua que escurría de su cuerpo callera sobre aquel tapete algodonado bajo sus pies. Después de dejar de sentir que su ropa pesaba se dispuso a caminar con zancadas largas hacia la puerta del baño.
Otro golpe en la puerta se hizo presente cuando esta ya estaba frente suyo, tomo el picaporte y paro antes de sentir que este daba la vuelta completa para que se abriese la puerta. Dio un gran suspiro deseando que no fuera su padre quien estuviera tras la puerta, la verdad no tenía humor para escuchar su sermón de siempre.
Al abrir la puerta lo único que el rubio pudo sentir fue su mejilla arder, mientras acariciaba esta con la palma de su mano. Miro a su padre con los ojos cansados y sumidos, pero a pesar de eso estos expresaban decepción pura.
—¡¿Me puedes explicar ese comportamiento de mierda que te cargas?! —Taehyung rodo los ojos y se recargo en una pequeña cajonera sin mirar a su padre, el cual en serio quería una respuesta. Si no el joven Kim, no sabría si habría algún mañana.
—Así me criaron ustedes, ¿Qué puedo hacer yo? —Tae alzo los hombros sin interés y miro descaradamente a su padre, haciendo que este saliera de sus cabales.
—No me tientes jovencito. —su padre amenazo y el rubio desvió la mirada al suelo riendo amargamente. —¿Qué es lo que tanto te da risa? —el señor Kim lo miro furioso, a punto de agotarse su paciencia.
—Tu comportamiento de mie- —Taehyung ya no pudo culminar la frase, ya que se encontraba en el suelo gracias al puñetazo que le tiro su padre. —¿Es lo único que tienes? —pregunto Tae, para así lamerse la pequeña línea de sangre que corría por su labio.
—¡Eres un mal agradecido! —culmino su padre, para así salir de la habitación de su hijo con una presión en el pecho. Le dolía el hecho de tratar a su hijo así, lo cual lo destruía a poco. Pero el se negaba a aceptar que su hijo podía aprender y entender con palabras, para el eso era una perdida de tiempo. Taehyung debía aprender a los golpes quiera o no (ya que esa era la forma en la que los padres del señor Kim lo criaron) ya que esa, era su mejor forma de enseñar a su hijo.
Tae logro recargarse en su cama, mientras miraba el inmenso pasillo por el cual se había ido su padre minutos atrás. Diviso en una de las puertas a un pequeño y frágil chico recostado en una cama, aquel chico había presenciado todo, ya que su rostro de preocupación lo decía todo. Tae ladeo la cabeza para ver mejor al chico, haciendo que este le sonriera con melancolía.
Dios, que asqueroso ser.
Pensó el rubio, mientras se levantaba del suelo para dar un gran portazo y una vez de haber cerrado la puerta, se tiro en su cama aun empapado tanto en agua de la tina, como en lagrimas.
El pequeño y frágil Jungkook se quedo atónito a todo lo que observaba por aquel pasillo. Le dolía ver a la persona que tanto amaba y anhelaba por lo menos rozar sus finos dedos con los suyos, destruida frente a él, y le dolía mucho mas el no poder defenderlo y ayudarlo.
Inservible, para Jungkook esa era la única palabra que lo definía.
Le dolía el hecho de saber que Taehyung lo veía como una escoria o un error de la naturaleza, ¿tan asqueroso era para que sintiera esa repulsión hacia él? y lo mismo pensaba la servidumbre de aquella casa, ¿Qué podía tener de malo el joven Jungkook? quien era amado por todos, no negaban que también sentían pena por el pobre joven, quien a tan corta edad era destruido por la parálisis cerebral.
¿Por qué Dios pensó que aquel joven era merecedor de padecer tan desgraciada enfermedad?
Pero a pesar de eso Jeon Jungkook era feliz, a pesar de todos aquellos insultos que recibía a diario de parte del joven Kim, a pesar de no poder moverse, de no poder hacer la cosas por su cuenta, de no poder ni siquiera caminar, pero el poder hablar para el era la mejor bendición y regalo que la vida le pudo haber dado.
Claro, después de Kim Taehyung, del cual desde el primer día que lo vio, termino perdidamente enamorado de él.
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"Acendrado" Kim Taehyung ‡ Jeon Jungkook
Fiksi Penggemar¿Alguna vez te has enamorado? Kim Taehyung ni siquiera creía en eso, nunca tuvo la necesidad de tener a alguien a su lado, a alguien en quien confiar y con quien estar. Pero lo conoció a el, un chico frágil y débil, quien prometió nunca dejarlo sol...