One Shots Famosas

Olivia Rodrigo

Strawberry ice cream, one spoon for two

- Psss...¡t/n!- escuché como alguien me llamaba por encima de la música de mis auriculares.

Al levantar la vista, me encontré con los ojos marrones de mi compañera de clase, Olivia Rodrigo. No éramos mejores amigas, ni mucho menos, pero al haber compartido pupitre desde infantil, entre nosotras surgió una extraña amistad.

- ¿Que pasa?- pregunté algo desorientada quitándome los cascos para poner mi completa atención en ella.

- ¿Tienes la tarea de mates?, es que anoche estuve preparando mi nueva canción y no me acorde- dijo rascándose la nuca.

Dato importante sobre ella: es famosa. Sabía que había trabajado en algunas series para Disney y ahora se estaba centrando un poco más en la industria de la música, por eso era popular en la escuela y muchos alumnos intentaban hacerse amigos de ella para conocer a sus amigos famosos.

A mi parecer, intentar ser su amiga para sólo utilizarla era una completa tontería. Tal y como le había dicho la propia Olivia, no buscaba hacer amigos en el colegio, solo quería acabar sus estudios y seguir con su trabajo. Claro está que yo era un caso aparte, creo.

- Si, no te preocupes- dije agachándome apara coger mi cuaderno de la mochila y así evitar que viese mi cara roja.

Porque, en efecto, tenía un, como lo llaman hoy en día, crush en ella. Pero no fue que ella fuese famosa lo que me hizo sentirme atraída por ella, si no su forma de sonreír, que me hacía sentir cosquillas en el estomago, o su forma de hablar con tanta pasión sobre lo que le gustaba, que me hacía querer probarlo también.

- Eres mi salvadora- dijo regalándome una de sus sonrisas radiantes.

Las clases pasaron lentamente hasta la hora de comer, la verdad es que no me apetecía mucho ir, pero morir de planes no era uno de mis planes.

- ¡T/n espera!- gritó alguien haciéndome girar hacía la procedencia del sonido.

Olivia venía corriendo hacía mí con mi cuaderno en la mano. Rápidamente llegó a mi lado y me lo devolvió.

- Gracias, en serio, no me habría dado tiempo a hacer la tarea a tiempo- dijo andando a mi lado.

- Ya te he dicho que no hay ningún problema- dije mirándola con una pequeña sonrisa, la cual me devolvió.

- Aún así te quería devolver el favor de algún modo, llevas todo el curso ayudándome y no te he dado nada a cambio- dijo mientras fruncía el ceño.

- No tienes que darme nada a cambio- dije soltando una pequeña risa al ver como inflaba sus mofletes algo molesta- sería un alma muy vil si te dejara sucumbir ante las tortuosas regañinas del profesor Smith.

- Shhh, déjame seguir- dijo golpeándome levemente con su codo- como decía, te quiero invitar a tomar un helado después del colegio. Claro, si quieres- dijo nerviosamente.

Mire sorprendida a la castaña al lado mía. Nunca habíamos quedado fuera de lo que sería el horario escolar. Ni siquiera habíamos coincidido por la calle.

- Ehhh, cl-claro, me encantaría- respondí.

- Perfecto, vamos en mi coche.

- ¿Desde cuando tienes licencia para conducir?- preguntó extrañada.

Ella pareció divertida por mi pregunta, lo que tan solo hizo que mi confusión aumentara.

- Desde hace unas semanas- respondió con simpleza.

- ¿Eso significa que me llevarás a una muerte dolorosa por un accidente de coche. Ya lo veo, la famosa actriz/cantante, Olivia Rodrigo, sufre un accidente de coche saltando por un acantilado matando así a su amiga t/n t/a- dije con voz de noticiero.

La risa de Olivia inundó el pasillo de la escuela llamando la atención de otros estudiantes, pero eso no pareció importarle en esos momentos. Tras calmarse un poco y quitarse las lágrimas de la risa, se serenó y me miró fijamente.

- Que sepas que tan solo me he chocado dos veces- informo orgullosa indicando el número con sus dedos.

- Menudo alivio, llegan a ser tres y me empiezo a asustar- dije consiguiendo otra de sus carcajadas.

Sin poder evitarlo, una gran sonrisa apareció en mi cara mientras observaba lo feliz que parecía. Un sentimiento de orgullo me inundo al darme cuenta de que yo era la causante de tal felicidad de la famosa, aunque tan solo sea por un momento.

Al finalizar el colegio, fuimos a su coche y nos dirigimos a la heladería con la música de la radio de fondo. Al llegar, pedimos en el autoservicio desde el coche. En un principio, teníamos planeado comprarnos unos conos individuales, pero al ver una oferta de un cubo gigante de helado de fresa por la mitad de precio, no nos pudimos resistir.

- Se han olvidado de ponernos otra cuchara- informó frunciendo el ceño al abrir la bolsa.

- No importa, no soy escrupulosa- dije distraídamente mientras miraba los automóviles del aparcamiento en el que nos encontrábamos sin darme cuenta del color carmesí que inundaba las mejillas de mi acompañante.

- Ya casi es la hora- dijo Oliva mirando fijamente la radio de su coche tras unos minutos.

-¿La hora para qué?- pregunté extrañada mientras cogía otra cucharada del helado compartido.

- Bien, te tengo que contar algo- dijo girandose para clavar su vista en mi- hace una semana saque una canción, se llama Drivers License y se ha vuelto... más o menos famosa.

- Define famosa- dije divertida viendo como me miraba nerviosa.

- Famosa de que en 48 segundos se va ha escuchar por primera vez en la radio- dijo haciéndome abrir más los ojos sorprendida.

- ¡Enserio!- dije sin poder contener mi emoción- me alegro muchísimo por ti- dije aún sin poder creérmelo.

Vi como un pequeño sonrojo volvía a aparecer en sus mejillas, pero al escuchar su nombre en la radio dejé de mirarla para poder atender a lo que decían antes de que empezase a reproducirse la canción.

- Wow- dije sin despegar la vista de la radio.

La canción había sido de las mejores que había escuchado en mi vida, y eso era decir mucho. Sabia que era cantante, pero jamas me imaginé que tendría tanto potencial.

- ¿Qué opinas?- escuche como me preguntaba sacándome de mis pensamientos.
Sin pensar antes de actuar, tome su cara entre mis manos y estampé mis labios contra las suyos.

En un primer instante se quedó paralizada haciéndome replantearme porque había hecho una acción tan sumamente estúpida, ¡ni siquiera sabía si le gustaban las chicas!, pero al sentirla responder olvidé hasta como me llamaba.

- A estado increíble, l-la canción y-y el beso cl-claro- dije empezando a tartamudear al separarnos.

- Eres adorable- fue lo último que dijo Olivia antes de volver a juntar su labios con los míos.

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Tan solo quería recordar que los pedidos están abiertos. Espero que os haya gustado el capítulo, es la primera vez que escribo un One Shots. Un saludo,

Red