Capítulo 30

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Cuando una persona sufre un shock tan grande, es difícil predecir cómo va a reaccionar, o que tipo de comportamiento adoptará, la mayoría se obsesiona con su trauma hasta verse consumidos por la desgracia, otros, increíblemente continúan con su vida mientras tratan de superar su pasado, sin embargo, cuando tu vida se convierte en una escena de horror tras otras, es difícil tratar de ser fuerte y continuar con una falsa estabilidad.

Todo fue tan rápido que a duras penas recuerda dos detalles de aquel día, lo demás sólo son imágenes pasando una tras otra sin sentido alguno en su mente, lo primero es la desesperación, confusión, tristeza y dolor que sintió, luego está ese trozo de papel mal arrancado y que además se manchó con gotas de sangre, o como los policías lo llamaron, la carta de suicidio de su padre.



"Ódiame por piedad, yo te lo pido,
ódiame sin medida ni clemencia,
odio quiero más que indiferencia,
porque el rencor hiere menos que el olvido

Si tú me odias quedaré yo convencido,
de que me amaste hijo mío con insistencia, pero
ten presente, y de acuerdo a la experiencia,
que tan sólo se odia lo querido".



Desde entonces esa carta ha sido su martirio, es tan confuso, porque cuanto más profundo lo odia, significa que con mayor intensidad lo amó y no hay nada tan frustrante como notar todo el amor que le tienes a alguien que quieres odiar.

Y cuando mira a Jisung, sus expresiones tiernas y su bonita sonrisa, se siente aterrado, si algún día su hermano hiciera algo lo suficientemente malo como para tener que odiarlo, no lo soportaría, si es verdad que el nivel de odio es correspondiente al de amor, tendría un odio tan inconmensurable hacia Jisung, que se vería consumido por él.

Mark abre los ojos, al mirar a su alrededor le cuesta un poco entender donde se encuentra, sin embargo, cuando nota el catéter de suero en su mano y el blanco reluciente de la habitación, lo comprende, está en un hospital, con cuidado se sienta en la camilla y un dolor punzante cerca de su estómago hace que su cuerpo se paralice.

Desesperado le ruega a su cabeza que no recuerde aquello que estruja su corazón, pero ella no le hace caso, como un arma de destrucción, lo golpea con una imagen horrible tras otra, Mark grita aterrado, cierra los ojos con fuerza y cubre sus oídos, por desgracia la escena no está pasando a su alrededor, ahora se encuentra dentro de su cabeza y difícilmente podrá escapar de ella.

—Al fin despierta —una enfermera con uniforme blanco entra junto a un carrito de medicina.

Por un momento su mente se paraliza, hay una persona frente a él y no ve a John por ningún lado, Mark mira el vendaje que rodea sus costillas y no lo duda, corre hacia la enfermera.

—Tiene que ayudarme —dice con su voz temblorosa —hay una persona, él está completamente loco.

Cada sollozo va acompañado de una horrible imagen en su cabeza, las personas enmascaradas, la chica hermosa de uñas afiladas, la sangre, el gatito, los pedazos de hígado, el horror hace temblar tanto a Mark que por un momento no puede ni hablar, cómo hablar cuando estás en medio de un ataque de ansiedad, el rubio cubre sus ojos, otra vez, llora mirando hacia el suelo y trata de recomponerse rápido, va a perder la cabeza.

—Me llevó a un lugar espantoso.

—Debe tomar su medicina —explica la enfermera.

DOLCE | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora