DOLCE | JohnMark

Capítulo 39

Si hubiera sabido desde un primer momento que no eras mi hermano, ¿qué historia se habría escrito? Tal vez no es un buen lugar para plantearse algo así, no en medio de un salón lleno de gente que lo observa, y no es de extrañarse, si su llanto se puede escuchar hasta la otra parte del salón, donde está la gente no tan exclusiva, los que no son ricos.

Pero es que de repente la curiosidad lo abruma, si te hubieran presentado a mí como: "Él es JiSung y no es tu hermano", probablemente me habría negado a cuidarte, lo hice incluso cuando pensaba que sí eras mi hermano, no es mi culpa, tenía 9 años, quería jugar con mis amigos no ser tu niñera, sin embargo ahí estabas tú, siguiéndome de un lado a otro, y cuando mamá se fue eso empeoró.

Creí que era un buen hermano porque cuando me necesitaste empecé a cuidar bien de ti, ahora me doy cuenta de que no fue así, sólo sentía lástima, eras tan pequeño, estabas confundido, la buscabas cuando te levantabas en las noches y cuando recordabas que ella ya no estaba, te volvías a acostar y mirabas a la oscuridad hasta que salía el sol, pude ver la tristeza en tus ojos, te volviste callado, eras un niño bueno que se quedaba quieto y no hacía travesuras, inteligente y maduro, ¿cuánto tuviste que sufrir?

Porque tal vez pudiste mentirle a todos y aprendiste muy bien a esconder tu dolor, pero a mí, yo que te observé en los momentos más duros de tu corta vida, yo, que he sido el único que te ha visto llorar, puedo asegurar que tú perfección no es más que el débil y doloroso escudo de un niño herido.

Si hubiera sabido desde el primero momento que no eras mi hermano, ¿qué habría pasado? No estaría mentido en este lío, no habría hecho lo que hice por dinero, no seguiría aquí para protegerte.

—¿Qué demonios crees que haces? —Johnny lo sujeta del brazo y lo detiene en la puerta de salida —Regresa al salón ahora mismo.

—JiSung no es mi hermano —contesta mostrándole el email con los resultados —¿debería continuar aguantando está mierda por él? Tengo una cuenta con miles de dólares, podría sólo desaparecer y librarme de una vez por todas de ti.

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Aquella pesadilla lo despertaba todas las noches a la misma hora, 03:07 am, se sentó en su cama y entalló sus ojos llorosos, ese mal ciclo de sueño lo estaba enloqueciendo, era muy consciente de que necesitaba terapia para superar lo sucedido, o más bien lo que vio, pero su cuenta estaba en números rojos y su hermanito no merecía pasar hambre por su mente débil y cobarde.

03:07 am, la hora en la que encontró muertos a sus padres, ambos se habían suicidado.

Lo dejaron solo, traumatizado y con unos cuantos secretos que lo hundieron en un hoyo profundo y oscuro, de la noche a la mañana tenía una deuda exorbitante y se enteró de la peor manera de que su hermano pequeño tenía un tumor maligno que cada día se hacía más grande, su papá se lo dijo en su carta de suicidio, no hubo tiempo de llorar, con la noticia de que sus padres habían muerto, los prestamistas no tardarían en visitarlos.

Antes de que eso pasara huyó a la otra punta del país con el poco dinero que les quedaba, su destino fue Seúl, una ciudad grande donde seguro que no iban a encontrarlos, o eso esperaba.

—¿Qué estás haciendo? —gritó su jefe tomándolo por sorpresa —Date prisa y atiende a la mesa dos.

—Sí señor, estaba atando mis zapatos, perdón.