Húmedo, caliente, la lengua de John acaricia su paladar, podría parecer un beso apasionado, sin embargo es más bien algo brusco, como si hubiera resentimiento en él y no sólo de su parte, de repente se detiene, el mayor lo observa sin expresión alguna, en otras circunstancias tendría curiosidad de saber que está pasando por su mente, pero no es momento para pensar, su mejor alternativa es lanzarse.
Johnny se sienta en el borde de la cama y sujeta la mano de Mark para indicarle que lo quiere de pie, está hecho un desastre, sus ojos hinchados, su nariz roja y las lágrimas aún frescas marcando sus mejillas, satíricamente regresaron a la escena de cuando se conocieron, en su habitación, Mark llorando y él observándolo, con la leve diferencia de que esta vez las cosas se desenvolverán diferente.
—¿Qué haces aquí? —rompe el silencio John —Pensé que ya no me necesitabas.
Se niega a contestar, no tiene ni palabras ni orgullo para hacerlo, ¿se quiere burlar de él? Está bien, no es como si pudiera hacerlo sentir peor.
—Te veías tan convencido y seguro de ti mismo.
Con una sonrisa ladina John se levanta de la cama y va hacia la pequeña mesa en la esquina de su habitación donde tres caras botellas de alcohol a la mitad resplandecen, sin dejar de sonreír se sirve en un vaso tres hielos y una mezcla de whisky con tequila dorado.
—Realmente creí que no regresarías —dice antes de darle un sorbo al licor —pero aquí estás, vulnerable como siempre y más roto que antes, ¿qué ocurrió contigo mi pequeño?
Es tan despiadado, la mezcla entre burla y empatía, desea correr a sus brazos y llorar hasta quedarse dormido, pero hay algo que se lo impide, tal vez el recuerdo de la expresión que tenía el mayor al irse de su casa aquella vez que le pidió que regrese, tal vez el aura fría de la habitación o la falta de brillo en su mirada, cuando se muestra vulnerable Johnny suele mirarlo con ojos brillantes, como si muriera por protegerlo, sin embargo ahora son opacos, pupila sin dilatar y un color negro mate, es como mirar a un desconocido.
—No quieres hablar, entiendo —voz dura y sin emociones —entonces deja de desperdiciar mi tiempo, desvístete.
Como conocer un lado de él que no conocía.
Desorientado Mark asiente y desabrocha el primer botón de la camisa que lleva puesta, el nudo amargo de su garganta se hace más grueso y sin poder evitarlo, cuando está por desabrochar el segundo botón, un sollozo se le escapa, el ambiente tenso y silencioso de la habitación hacen que ese pequeño sollozo retumbe en las paredes, para colmarlo sus piernas se doblan y cae al suelo de rodillas, se siente tan mal, tan jodidamente triste, disgustado y...
—Ven aquí —al alzar la vista ve a Johnny sentado en el borde de la cama otra vez —voy a ayudarte.
El menor se levanta del suelo y va hasta él aunque a cada paso siente que en cualquier momento su cuerpo cederá y terminará desmayándose, de tanto llorar tiene una migraña terrible y está débil, se para frente al señor Seo y este lo sujeta de la cintura para sentarlo sobre su regazo.
Es extraño, normalmente la respiración del mayor contra su espalda y sus pesados brazos rodeándolo lo harían sentir cálido, protegido, pero ese algo que lo molesta e inquieta vuelve a estar presente, no te relajes, es un desconocido con un rostro familiar.
—¿Por qué lloras? Aún no he hecho nada contigo —John besa su hombro —tranquilo, no me gusta verte así.
Sin embargo él no se detendrá, respira el aroma de su cuello, acaricia su pecho y finalmente posa sus dedos sobre el segundo botón que Mark no fue capaz de abrir, de forma lenta va dejando descubierta la delantera del cuerpo contrario, al igual que cuando se conocieron, es paciente al avanzar, como un león que no se apresura a desmembrar a su presa pues sabe que al cazarla la dejó lo suficientemente herida para que le sea imposible escapar.
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DOLCE | JohnMark
FanfictionDesesperado por conseguir dinero, Mark termina en las manos de un extraño sujeto que lo lleva al sitio más bizarro de todo Seúl, "la mesa".