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Shoto aguantaba a duras penas la carrera tras Hawks. Miraba al cielo constantemente, solo para verle alejarse. Llegaba a donde se le necesitaba con pasmosa rapidez y enseguida alzaba el vuelo de nuevo, sin darles oportunidad a Tokoyami y a él de alcanzarle.

Los héroes a su mando estaban habituados a este abismo de talento entre ellos y el jefe.

- Es inútil – les dijeron en cierta ocasión dos secuaces -. Nosotros nos encargamos de arrestar y llevar a comisaría a quienes detiene él. Deberíais hacer lo mismo, no seréis capaces de seguirle el ritmo.

Shoto – de forma similar a Tokoyami – no se dejó convencer. Tenía demasiado que demostrar para rendirse el primer día de sus prácticas. Sobre él se apilaban pesadas expectativas y un ansia casi desesperada por no decepcionar a Hawks. Este sentimiento ansioso era el que hacía que sus piernas siguieran corriendo, aunque ya casi no pudiera sentirlas.




Keigo no tenía ningún interés real en formar a la juventud. Había seleccionado cuidadosamente a sus internos para poder establecer una relación de mutuo interés; ellos le darían la información que necesitaba y él les proporcionaría una semana intensiva de prácticas para que pudieran acostumbrarse al trabajo real de un héroe y desarrollar un potencial que resultaba evidente que poseían.

No podía permitirse apartar la vista del frente constantemente, pero dirigió alguna mirada ocasional a los dos muchachos, que corrían por las calles tras él, en un intento casi cómico de igualarle. Hawks no pensaba detenerse; aquel método era el más eficiente si quería evitar que se produjeran más daños. Esperar por Tokoyami y Shoto solo habría causado que no llegase a tiempo a las escenas de los delitos.

Seguía pareciéndole notablemente llamativo que Shoto hubiese optado por su agencia en lugar de la de Endeavor. Le había mandado una solicitud tras ver su extraordinaria actuación en el Festival Deportivo. Otro aspecto que preocupaba a Hawks era el mínimo uso que había dado a su poder ígneo. Había empleado reiteradamente el don de hielo y se había abierto camino con facilidad solo con dicho lado derecho. Había sido bendecido con dos dones, mucho más poderosos ambos de lo que era habitual, y optaba sin embargo por rechazar este regalo y minimizar todo lo posible la presencia del fuego en sus ataques. Sumando ese hecho a la repulsión que había sentido al mencionar Hawks a su padre, resultaba fácil deducir que Endeavor e hijo tenían una relación nefasta. Keigo estaba además inquieto acerca de la cicatriz del rostro de Shoto; aquella marca era producto de una gran quemadura y Hawks no podía evitar sospechar que Endeavor estaba estrechamente relacionado con la vasta rojez sobre la piel del muchacho.

Volvió a la realidad súbitamente. Su mente había estado vagando demasiado. La vida privada de su interno no era algo que le incumbiese verdaderamente, pero la hipótesis había sido tan sencilla de formular que, aunque Keigo no se hubiera interesado en Shoto, habría sido pensada sin mucha tardanza.

Lo cierto es que sí había despertado su interés. Sus modales toscos y sinceros desvelaban una personalidad muy particular. Hawks, al igual que Tokoyami, había encontrado irrespetuosa la manera en la que le había interrumpido al hablar; sin embargo, su observación exhaustiva le había permitido superar esta primera impresión. No era elitismo lo que había llevado a Shoto a recibir con hostilidad su comentario acerca de Endeavor, sino una rareza de su temperamento que Hawks empezaba a encontrar sumamente intrigante.

Dirigió una nueva mirada a sus internos. Estaban exhaustos, mas seguían corriendo penosamente. Shoto iba en cabeza, algo difuminada su expresión decidida por el cansancio y las gotas de sudor que resbalaban por su mandíbula. Parecía estar en mejor forma física que Tokoyami, quien le dio la impresión de sentirse profundamente frustrado. El agotamiento hacía que sus movimientos fueran pesados y torpes. Ninguno había usado todavía su don. Hawks no pensaba ayudarles de ninguna forma; ellos mismos debían ser capaces de demostrar cuál era su verdadera valía por su cuenta.

Además de que, siendo completamente francos, estaba demasiado ocupado para detenerse a socorrer a aquellos dos.

Intacto | ShotoHawks |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora