Los Williams una familia llena de mentiras, secretos y verdades ocultas, la leyenda cuenta que hace años la sangre pura se había perdido, que los pelirrojos dejaron de nacer, dejaron de caracterizarse en esa familia, se mancharon volviéndose débiles...
Algunas veces caer no es terrible, hundirse poco a poco ocasiona encontrarse a sí mismo. En algunas formas enterarse de la verdad es desgarrador, es mejor ocultar tu vida ante los ojos de las personas incluso tu linaje, ya que ni un rastro de ADN te salvara de la traición. Siempre escapando, ocultando tu pasado, hundiéndote cada vez más. Cuándo siempre has vivido en un hueco , ¿Como podrías salir? ¿Ser feliz?
Como sabría que eres feliz si nunca has observado de cerca la soledad, que tu mundo se esté destrozando poco a poco, tu familia traicionándote, corrompiéndose, vendiendo su alma para traicionarte. Siempre eh vivido en una tormenta, donde los sentimientos solo son hablados, jamás sentidos o latentes, convivía con mis problemas, mis abusos y dolores, mi incertidumbre se volvió mi familia invadiendo mi vida, dibujando mi gritar, sangrar y sufrir, elaborando mi infierno.
Los secretos se escribían con nombres y apellido, los monstruos se interesan en mi aroma y camino.
[...]
Mis recuerdos viajan en esa época, ese deseo profundo, como esa chica de cabello rojizo me besó, esos besos particulares y deseosos, bruscos, con ese imprégnate sabor a cereza, esos labios obsesivos hace que nazca esa obsesión oculta en mi, obtener algo que nunca ha tenido dueño y mucho menos una correa que marque su destino.
Muevo mis dedos rozando mis labios, anhelando el contacto de esa chica, mi extremidad erecta anhela su feminidad, ocupo mis manos, no quiero sentir ninguna mujer más que ella succionando mi miembro, Ángel, la chica que anhela el noruego.
[...]
-Ella es la reencarnación del deseo puro, un juego imparable, la dominación de su mirada y su poco interés hacia ti, te envolverá, su obsesión solo gira en ella, nadie más le importa, todo lo que conlleva su obsesión es muerte, pérdidas y destrucción total.
Con esas palabras la describían, egocéntrica, narcisista, grosera, manipuladora, inteligente, asesina, abusiva, meticulosa.
Pero nunca interesada.
Siempre debía ganar algo para acercarte a ti, llamar su obsesión o provocar algo en ella.
[...]
La tormenta había acabado con mi ser, termine encerrada en un lugar de cuatro paredes, mis manos inmóviles, la tormenta de nieve ocasionando que me acorrale contra una esquina el frío me abraza haciéndome temblar, mis piernas heridas, mis labios resecos sin poder más. Sonrió imaginando mi final, no recuerdo lo que hice, tampoco contra quien me enfrente, termine en un hueco, con frío y sola.
Me quede donde empecé.
-¿Quien soy? ¿En qué lugar estoy? ¿Cómo termine aquí?
Solo quería una vida tranquila.
Esto es algo tan destructivo para ambos mundos.
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