CAPÍTULO 10

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Serkan:

El mundo daba vueltas en el interior de mi cabeza y el dolor que se acumulaba en ella era ensordecedor. Tenía la sensación de que alguien comenzaba a dar puñetazos en el interior, intentando salir sin éxito alguno.
Fruncí el rostro en una mueca de dolor e intenté llevarme las manos a la cabeza, pero tampoco tuve suerte con eso, quien fuese que me había golpeado se había asegurado de atar mis manos a mi espalda y mis pies a la silla.

Por suerte no tuvo la idea de cubrirme los ojos, lo que indicaba que no tenía miedo de ser visto o simplemente tiene un plan mucho más elaborado. Algo que no tiene sentido si había sido tan poco cuidadoso como para quedarse a observar la escena de su intento de asesinato.

Con puntos negros en la visión contemplé el lugar donde me encontraba, sorprendido de que pareciese un sótano con escasa luz y con el siseo de un contador de luz. Probablemente se trate del sótano del hotel, justo en la zona de instalación eléctrica.
La persona que me trajo hasta aquí me había golpeado con tanta fuerza que podía ver la sangre en mi camiseta, y notaba como aún algunas gotas descendían por mi frente. De nuevo el lugar comenzó a dar vueltas, tantas que tuve que cerrar los ojos y sacudirme con rapidez para intentar despejarme.

- Tenías que arruinarlo todo- escuché una voz a mis espaldas, pero el pitido en mis oídos no me dejaba reconocer de quién provenía- Todo lo que ha pasado ha sido culpa tuya, si no hubieses aparecido... si no hubieses sobrepasado los límites con ella.

Negué con la cabeza, notando que perdería el conocimiento de nuevo en cualquier momento. Así que cerré los ojos para concentrarme en el sonido de su voz, intentar descubrir con las pocas fuerzas que me quedaban si reconocía quién era ese cabrón.

- La has destrozado, la has ensuciado con tus manos en su cuerpo, casi me da asco la idea de pensarlo- susurró con desprecio- Su hermoso cuerpo, su hermoso rostro... no hay mujer más hermosa que ella y te has atrevido a tocar lo que no te pertenece.

La rabia con la que habló fue seguida de un tirón de pelo que me hizo alzar la cabeza, pero todo lo que podía ver era una silueta difusa. Casi tenía que luchar por mantener los ojos abiertos.

- Voy a hacer que pagues por lo que me has hecho hacer.

Y de nuevo, oscuridad.

Eda:

No podía soportar seguir encerrada entre esas cuatro paredes mientras todo el mundo iniciaba una búsqueda por Serkan. Era injusto que yo no pudiese mover un solo dedo por la persona que en tantas ocasiones se había encargado de salvar mi vida, de cuidarme como nunca nadie había hecho.

- Necesito salir de aquí, saber que está pasando...- observé por la ventana como un coche patrulla aparcaba en el exterior del hotel-
- Lo único que conseguirías es ponerte en peligro a ti misma y a Serkan, que estés aquí ahora ya es una amenaza bastante grande- Deniz era el que custodiaba la habitación y el que me había retenido en las ocasiones que he intentado salir por esa puerta-
- No me importa ponerme en peligro, quiero saber que él está bien- susurré, abrazándome a mí misma sin apartar la vista del exterior-
- Quizás... quizás deberíamos ir a ese lugar secreto dónde Serkan te mantuvo oculta durante dos días, allí no pondrás en peligro la búsqueda o tu vida- lo miré con ojos abiertos, ¿no escuchaba nada de lo que decía?-
- No voy a ir a ningún lado sin él, y mucho menos revelaré la ubicación de ese lugar, me lo hizo prometer- cogí aire con fuerza- Ni siquiera a ti, lo siento.
- No pasa nada- lo vi asentir con rostro serio- Nunca... nunca te vi tan alterada por algo o alguien de esta manera.
- Ya- suspiré- Digamos que soy buena controlando mis emociones, pero con él... no sé, es como si...
- Te has enamorado de él- no fue una pregunta, fue una certeza-
- Deniz...- no quería hablar de esto, no con él, no quería hacerle daño-
- Somos amigos, Eda- tragó saliva, mirando al suelo- Puedo soportar que te enamores de otra persona porque nunca me has prometido nada que no sea una amistad, aunque no me hace feliz que sea él.
- Ya... bueno... esas cosas no se eligen- me acerqué con lentitud, sabía lo que sentía por mí y me dolía verlo así- ¿Sabes que Serkan tenía la sospecha de que tú podías ser la persona detrás de todo esto?
- ¿Perdón?- otra vez la furia a la que tanto estaba acostumbrada, al menos eso me hizo sonreír- De verdad, no soporto a ese guardaespaldas de cuarta, si tuviese la oportunidad de tenerlo delante yo...
- Creo que se dio cuenta de que no podías ser tú en el último momento, o jamás te habría pedido que cuidases de mí- coloqué mi mano en su hombro y le sonreí con ternura- Yo nunca quise creer que tú pudieses hacer algo así, eres una buena persona, Deniz.

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