25 · Déjate caer

4.2K 338 110
                                    

Sábado 15 de Agosto, 2015

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sábado 15 de Agosto, 2015

DANIELLE

Por suerte, los padres de Ángel no van a comer hoy con nosotros. Benjamín se ha disculpado en su nombre y nos ha contado que les ha invitado a comer una prima de su madre a la que hacía mucho tiempo que no veían.

—Ya sabéis cómo son las primas y las madres —declara Benjamín encogiéndose de hombros.

—Pues menos mal que me he puesto yo a hacer la paella... —murmura Amaya, quien sigue bastante cabreada.

Tal y como decía Isa, hasta que no llega la tarde hace demasiado calor en el porche, por lo que comemos dentro y, hasta que se calma un poco la temperatura, apenas salimos de la casa. Mientras esperamos, Mónica me pinta las uñas al tiempo que me hace un resumen exhaustivo de la última temporada de la serie que vemos juntas y que me he perdido por irme a casa de Ángel durante una semana.

Si soy sincera, no me entero absolutamente de nada de lo que me dice. Estoy hecha un completo lío y creo que va a darme algo de un momento a otro. No puedo quitarme a Ángel y su descabellada idea de la cabeza. ¡Irnos juntos a Madrid! ¿Pero en qué narices estaba pensando? ¿Qué parte no ha entendido de que no hay nada serio entre nosotros?

Suelto un pequeño suspiro y miro a mi alrededor. Bruno y Víctor están jugando con una consola retro al Super Mario, Isa está leyendo un libro acostada bocabajo en el sofá y Amaya le está leyendo un cuento a Lidia, quien cuando está con su madre es mucho más dulce de lo que había imaginado. Irati está jugando con su padre a las muñecas y debo añadir que ver a Benjamín, un tío de casi dos metros, poner voz aguda para hablar como uno de los ponis de colores de su hija es todo un espectáculo. Sonrío.

Y entonces dejo de hacerlo. Porque me doy cuenta de que yo estoy aquí, con su familia, como si fuera una más. Estoy ocupando un puesto que no me corresponde, un puesto que no quiero porque no tengo ni la menor idea de qué hacer con él. Cierro los ojos. Me duele la cabeza, necesito salir un poco a despejarme.

En cuanto Mónica termina de pintarme las últimas dos uñas, me levanto de la mesa.

—Voy fuera un rato, ¿vale? —le digo en voz bajita.

—¿Estás bien? —se interesa.

—Sí, solo necesito que me dé un poco el sol, tengo algo de frío —miento.

—¿Quieres que te preste una chaqueta? —se ofrece Isa apartando la mirada de su libro.

—No, gracias, no te preocupes. Me apetece mucho sentarme un ratito en una de las hamacas de madera que hay en la piscina —miento, porque no puedo admitir delante de la familia de Ángel que, literalmente, siento que me estoy quedando sin oxígeno.

Mónica no dice nada. Me mira con los ojos apagados y suelta un pequeño suspiro al tiempo que le echa un vistazo al resto de pintauñas que lleva en el bolso.

Alguien que te ame ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora