Danielle no cree en el amor, no quiere depender de nadie y tiene unos cuantos demonios que no está dispuesta a compartir. Lo único que se plantea tener con los hombres es sexo. Se ha acostumbrado a protegerse bajo una coraza, pero esta se ve amenaza...
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Viernes 14 de Agosto, 2015
DANIELLE
—¿Quieres tranquilizarte? Me estás poniendo nerviosa —le digo a Ángel mirándolo de reojo.
—Es que tú no sabes cómo es mi hermana, Danielle, y va a estar toda la noche taladrándome la cabeza —murmura soltando un suspiro y dejando caer la cabeza contra el asiento.
Hemos aparcado hace cinco minutos, y seguimos sin bajar del coche principalmente porque Ángel se niega a moverse. Yo me muevo en el asiento del copiloto y me giro para poder mirarlo mejor.
—¿Te das cuenta de por qué las relaciones al final son una mierda? —le digo—. Estás preocupado por si Amaya dice algo que pueda ofenderme. ¿Pero sabes qué? Que me da igual. Lo más seguro es que no volvamos ni a vernos, así que... Vamos a hacer las cosas bien. Pensemos una versión.
—¿Qué estás diciendo, Danielle? —inquiere mirándome con el ceño fruncido.
—Pues que ideemos entre los dos una versión de nuestra relación imaginaria. Vamos, escoge los detalles que prefieras, memorízalos y serán las respuestas que demos delante de tu familia. Así ellos piensan que tienes novia y te dejarán tranquilito una temporada.
—No pienso mentirle a mi familia —declara molesto.
—No tienes que mentir, solo darles una versión ligeramente distorsionada de los hechos —bromeo.
—Danielle, eso es mentir. Mi hermana Eva lo hizo durante años y casi acabó con el matrimonio de mis padres —suelta con brusquedad.
—Vale... tu familia es un tema complicado —digo despacio—. Lo pillo, dejo de bromear sobre ello, ¿de acuerdo? Pero venga... no vuelvas a estar mal. Sé que a veces la relación con las familias es complicada... Créeme, lo sé más que de sobra.
—Nunca me has hablado de la tuya —dice cambiando de tema.
Sonrío con escepticismo y lo miro con una ceja enarcada.
—Nunca has preguntado —me limito a responder.
—Bueno, te pregunto ahora. Sé que naciste en Venecia, pero no sé nada más de ti. No sé si eres hija única, si tus padres están divorciados, si tienes un medio hermano en la India...
—¿Qué? —digo riéndome.
Ángel también se ríe, pero al final acaba poniéndose serio.
—Venga, en serio, cuéntame algo sobre tu familia —me pide observándome con atención.
—Pues... Tengo una hermana pequeña. Tiene catorce años y es muy inteligente, aunque siempre ha sido muy tímida. Bruno me recordó bastante a ella —le digo con una sonrisa—. Mis padres nunca llegaron a casarse. De hecho, mi padre nos abandonó a mi madre y a mí cuando yo tenía un año. Nunca he sabido de él, ni siquiera he visto una foto para ver si nos parecemos en algo. Ah bueno, y Caeli en realidad es mi medio hermana, solo compartimos madre. Su padre es...
