Capitulo 6

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-Me alegra volver a verte, pero pensaba que a las mujeres no se os permitía trabajar.

-Bueno, sino, esto duraría al menos un mes más y es cómo una antesala al infierno.

Aldith mira al príncipe a los ojos, percatándose de los sentimientos que provocan en ella el contacto de sus fuertes brazos en su cintura. El la mira con dulzura. Se acerca a ella y le deshace la trenza con un solo movimiento.

-Mucho mejor.

Ella se ríe suavemente y se sonroja con violencia cuándo se da cuenta de sus ropas, están manchando las del príncipe. Se separa bruscamente.

-Te... te estoy manchando, yo... lo siento, no merezco que te preocupes por mi... ¡que os preocupeis! Perdonad esta confianza, alteza.

-Me gusta esa confianza, Aldith. Y eso de que me estás manchando es una tontería, yo quiero solamente mantenerte a salvo.

Le pasa un brazo por los hombros levemente y le tiende una manzana roja. Ella titubea antes de cogerla pero el se la pone entre las manos:

-O te la comes o la tiraré al suelo y ahí se quedará.

Aldith le pega una gran mordisco a la manazana mientras el la mira con cariño.

-¡Alteza! es hora de irse señor.

El joven se acerca a Aldith y sonríe:

-Me tengo que ir ya.

-¿Ya? Esto sonará tonto pero... quiero volver a verte pronto.

-No es tonto, porque a mi me pasa lo mismo y soy bastante inteligente. Te prometo que me verás muy pronto.

Se aleja corriendo. Ella se termina la manzana y vuelve a trabajar.

Pronto para de llover, menos mal, los caminos están encharcados y a los caballos se les hunden las patas en los lodazales. El príncipe piensa automáticamente en Aldith. Se le rompió el corazón cuándo la vio allí tendida, sucia y agotada. Piensa en cómo la sostuvo entre sus brazos sin ningún reparo. Si llega a ser cualquier otra chica habría mandado a un guardia a ayudarla, pero era Aldith y el la había cogido y se había manchado por ella.

"Haría cualquier cosa por ella"

Ese pensamiento lo llena de sorpresa. Es cierto, haría cualquier cosa por ella, sin dudarlo. Mataría a cien dragones y lucharía contra cien ejércitos si por ello Aldith estuviera a salvo. Quisiera que ella lo supiera, pero lo tomaría por tonto e iluso. Además nadie podría saberlo nunca porque el era un maldito noble. Ojalá fuera un pobre campesino trabajador y honesto. Ojalá su sangre no tuviera ni una pizca de real.

Ojalá pudiera abrazarla delante de mil personas y decirle que no puede estar un minuto sin verla en medio de la plaza.

Ojalá pudiera besarla.

Le gustaría acercarse a ella y besarla bien y despacio, saboreándola.

Pero eso no pasará nunca porque ella ahora está en el horrible y embarrado campo, con sus vestidos sucios y sin lavar. Menos mal que llevaba aquella manzana en los bolsillos. Ahora el está en su caballo purasangre con su capa de armiño y su guardia real al lado. La diferencia entre ambos es abismal y está seguro de que ella también lo sabe.
Ya acabó todo. Ya está. Johanna y Jonas están bien, padre también. Esos son los pensamientos de Aldith cuando se mete en la gran tina llena de agua tibia. Es un gran lujo, hay mucha gente que no tiene nunca agua caliente y muchos mueren por las horrendas enfermedades que eso provoca.

Aldith cierra la puerta del cubículo dónde está la tina. Se despoja del vestido lentamente y lo mete en una tina mas pequeña de agua fría. Ella se mete en el agua y se frota con fiereza toda la piel, rasca con sus uñas hasta que no hay un milímetro de piel sucia. El agua se ha tornado negra hace rato pero no le importa. Se relaja un breve momento sin poder evitarlo. El agua le llega al pecho y sus senos despuntan bajo el agua, extiende sus largas y delgadas piernas y mete la cabeza bajo el agua. Su pelo se aclara rápidamente y vuelve a su color natural. Piensa en como Jack le deshizo la trenza y en cómo le tendió la manzana. Lo único bueno de sembrar todo el día es que tienes todo el día para pensar y eso hace ella. Piensa. Se ha dado cuenta de que no puede estar lejos del príncipe, casi se atrevería a decir que lo quiere pero sabe que eso no es posible, también sabe que el no vendrá a llevarla con el así que va a ser ella la que va a irse a su lado. Mañana ultimará los detalles de su plan.

El hijo del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora