DESPUÉS DE TANTO

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Luego del nacimiento de Cía, Vox y yo nos mudamos a una hermosa y elegante casa en los suburbios de New york, luego de seis años, tuvimos a nuestro pequeño de nombre Victor, nuestra vida era la normal de cualquier pareja, obviamente por la presencia de niños en la casa, Vox tuvo que llegar a controlar aquel temperamento suyo y también lo que hablaba, pero siempre sacaba a relucir mi empeño en la cama cuando estábamos en alguna reunión de adultos, por mi parte, me volví todavía más cuidadoso y recatado que anteriormente, ambos aun nos manteníamos trabajando en lo que más nos gustaba, por mi parte siempre intentaba mantener la pasión en nuestro matrimonio, cosa que al parecer no era muy difícil para Vox, no sé qué me veía pero me alegraba saber que aun después de dos niños le siguiera apareciendo atractivo, por obvias razones intentamos utilizar protección, no queremos más niños.

Cía siempre ha sido una niña muy buena, educada además de respetuosa, bastante tranquila, heredando mi carácter, Victor era más inquieto, al igual que su padre tenía problemas para retener para sí mismo alguna información innecesaria, los cumpleaños eran los más difíciles en mi caso ya que podía notar el paso del tiempo en ambos, aunque bueno Vox cada vez se ponía más atractivo, pero bueno mientras nos amaramos no tenía nada que temer.

Luego de 10 años por casualidades de la vida me encontré con Husk, si seguía siendo atractivo, el me sonrió y se acercó a mí, Cía y Victor estaban conmigo.

-Hola, cuanto tiempo sin verte ¿Cómo has estado? -

Noté su mirada hacia mis pequeños, sonreí de vuelta.

-Hola, si tanto tiempo, como ves estoy excelentemente bien-

Dije esto haciéndolo notar a mis pequeños, el mismo se impresiono de verlos.

-Asi que ahora eres papá-

Lo noté algo incómodo con aquella revelación de mi parte, pero bueno debía suponerlo o por lo menos pensé que ya me habría olvidado.

-Sí, ella es Cía la mayor y Victor el menor. -

Los niños me voltearon a ver para luego presentarse formalmente.

-Dignos hijos tuyos hasta los mismos modales tienen, supongo que también son de ese tipejo-

Lo vi hacer un leve gesto de disgusto, mientras Cía me abrazaba de manera posesiva, sé que lo hacía como una manera inconsciente de cuidar "lo de su padre", había salido bien celosa y posesiva, eso ni idea a quién lo sacó.

-Si ese "tipejo" que mencionas es mi esposo y tiene nombre-

Le dije levemente molesto, el entonces lo comprendió que jamás en la vida cambiaría nada de lo que en ese momento tenía, ni a mis hijos mucho menos al padre de estos.

-Lo siento, es la costumbre yo también me caseé con Angel Dust, pero luego nos divorciamos, conoció a un tipo llamado Tiko, al parecer le agrado más que yo-

Lo miré confundido, realmente no sabía que decirle, suspiré y le palemee la espalda a manera de consuelo.

-Lo siento mucho, pensé que realmente se quedarían juntos. -

El me sonrió, me tomó del rostro con suavidad, para luego robarme un beso, lo empujé y obviamente le propiné una bofetada.

-Lo siento, me lo merezco, fui un tonto contigo, realmente me hubiese gustado ser yo el padre de esos niños, bueno, aunque de igual manera yo no hubiere podido dártelos, Angel dijo que realmente ya no me soportaba, menos que aun tan lejos de ti no dejara de mencionarte, Alastor tu siempre serás mi único y verdadero amor, lástima que no vi esto hasta muy tarde. –

Su semblante estaba tan triste que me preocupó que pensara hacer alguna estupidez, luego sin siquiera darme tiempo, me abrazó, debía saber que jamás lo olvidaría, fue mi primera pareja y le estimaba, pero hasta ese punto, ya no había amor en mi para él, solo podía pensar en Vox; Cía y Victor nos separaron, ellos no les agradaba que nadie me pusiera una sola mano encima.

RADIO OBSESIÓN 2: LA OTRA CARA DE LA MONEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora