RADIO OBSESIÓN 2: LA OTRA CARA DE LA MONEDA

CAMBIANDO LOS AIRES

Ya había pasado una semana desde que Vox y yo comenzamos a salir juntos y bueno justamente comenzamos ese día con los trámites de demanda al asqueroso hombre de nombre Lucifer Morningstar, debí imaginar que sería casi el mismísimo diablo con solo saber su nombre pero bueno, ese día me levanté temprano como de costumbre, Vox se había quedado el día anterior en mi casa, debía admitir que era bastante grato para mi tener semejante vista cuando me despertaba y más cuando me besaba pidiéndome volverme a dormir, pero no podía hacerlo debía ir a trabajar e intentar de continuar con mi vida, a su lado claro estaba, comencé a preparar el desayuno, lo vi recién salido del baño, con el descaro de presentarse ante mi desnudo, nisiquiera tenía pudor frente a mí, tomo asiento y se limitó solo a mirarme.

-Sabes nadie me creería que yo me pueda comer todo eso-

Su comentario me sacó completamente de rumbo tanto que me corte, el me miró con fingida preocupación, se acercó a mí y lamió mi sangre.

-No hagas eso, además fue por tu culpa que me corte y solo vienes a dejarme tu saliva en la herida-

Le mencionaba con fingido reproche para que luego me acercara a él y me besara, por amor a todos los dioses como me encantaban sus besos.

-Ya vez que no solo en la herida, quería hablar contigo sobre algo, bueno ya sabes que pronto comenzaremos con los procesos de demanda contra el infame lucifer así que te arriesgas más que el idiota ese solo te desaparezca y ya-

Asentí positivamente, tenía razón, pero yo ya lo sabía y me atenía firmemente a las consecuencias que aquello llevare.

-Lo sé querido mío, justamente por ello debo ser más precavido, entiendo si deseas abstenerte de verme si temes que tu trabajo se vea obstaculizado por mi causa. -

Lo sentí rodearme de manera protectora con sus brazos, podía estar seguro que quería cualquier cosa menos dejar de verme, o eso quería creer.

-Ya te lo había dicho mi Killer, por ti hago lo que sea y me vale veinte hectáreas el canal versa y mi trabajo si ello difiere contigo, quiero ayudar y apoyarte cuando lo necesites y lo requieras, lo único que pediré a cambio es que te mudes conmigo mientras este el proceso en marcha, más que todo por tu seguridad-

Me quedé en blanco unos minutos, quería vivir conmigo, necesitaba procesar cada palabra, mi corazón estaba completamente acelerado, ¿Por qué? No lo sabía solo me dijo que era en pos de mi seguridad, pero en sus ojos, su lenguaje corporal me hacía sentir otra cosa, carraspee un poco y decidí aceptar.

-Está bien, me parece lo ideal, además asi veremos cómo avanza la vida en pareja, nunca había vivido bajo el mismo techo que mi pareja-

Le confesé, noté como sonreía con cinismo algo me iba a decir que me iba a molestar eso era más claro que él agua.

-Cariño, no nos puedes poner al mismo nivel, yo seré un manjar para tus ojos cada mañana aquel otro era como ver un rollo de pelo caminando-

Me sacó una suave risilla con ese comentario, para luego volver a rodearme con sus brazos, le dí un fugaz beso en los labios para continuar con el desayuno.

-Sigo preguntándome ¿Cómo un tipo como él consiguió a alguien como tú?, eres tan distinto en muchos aspectos-

Me incomodé un poco con su comentario, pero supongo que lo notó ya que cambio el tema abruptamente.

-Quiero que empaques tus cosas, hoy mismo te vas a vivir conmigo-

Nuevamente me tensé, lo había aceptado, pero aun causaba estragos en mí el saber que viviríamos juntos, como toda una pareja.