EL PESO DE LAS PALABRAS

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Ahí me encontraba en el peor escenario posible que pudiere haber imaginado, observé como el tipo le dejo hasta la puerta, Alastor no portaba más que un abrigo largo, no tenía ni su ropa ni sus gafas, me enfadó, al ver como el kilómetro parado empujaba a Alastor dentro del apartamento de manera sugerente, duro exactamente 40 minutos en salir de allí acomodándose la corbata, observé como Alastor le acomodaba el cabello y como este idiota lo besaba, ahí a fuera frente a todos los que pasaban por allí, algo que jamás me permitió a mí en toda nuestra estúpida relación, me sentía enfadado, la irá me cegó por completo, me dirigí a su puerta, toqué con fuerza, como queriendo destrozar esa maldita puerta, no lo escuchaba pero podía sentir su temor, su miedo.

-Alastor, ábreme de una maldita vez soy Husk-

Le dije, el al instante abrió la puerta lo vi en sus ojos, aunque intentaba aparentarlo, tenía miedo.

- ¿Qué hacía él aquí? -

Sabía que Alastor me había superado cuando noté el rubor que tomaron sus mejillas cuando lo mencioné a él.

-Él tiene nombre Husk, se llamaba Vox y pues vino a dejarme a mi casa, no tenía más que la ropa que él me había prestado y pues quería ponerme mi ropa e intentar reiniciar mi vida desde el punto en el que la había dejado. –

Realmente me sorprendió lo que había dicho, él estaba defendiéndolo, no podía creerlo, me cambiaba por alguien a quien apenas había conocido.

- ¿Eso era lo que buscabas?, solo querías revolcarte con él, me preocupe porque no aparecías, pero ya veo donde estabas, revolcándote con el niño pijo ese-

Sabía que no tenía derecho a reclamarle nada, pero me carcomían los celos, la envidia y el enojo, él estaba tomando una actitud que no tomaba conmigo ¿Qué era lo que lo diferenciaba tanto de mí?, me acerque demasiado y lo estaba amenazando con mi semblante, pero no podía controlarme.

-No, Husk jamás buscaría algo como eso y lo sabes, te agradezco que le avisaras y que te preocuparas, sé que no quieres escucharlo, pero me retuvieron contra mi voluntad y me pasaron cosas horribles que no quiero mencionar, pero si no le hubieres dicho yo jamás hubiere salido con vida de allí-

Lo había escuchado, pero mi razón no estaba respondiendo como debería y como todo un miserable le dije lo primero que mi mente proceso.

-Claro, ¿quieres que te crea que no disfrutaste?, a puesto que adoraste ser el centro de atención, siempre buscas que algo así te ocurra, primero los amigos de tu padre, luego el profesor y ahora piensas que te creeré eso, tú los hechizas, los seduces, ¿qué esperabas que pasara?, eres un puto, eso es lo que eres Alastor le abres las piernas al primero que te hace ojitos y te dice cosas bonitas al oído. -

Fui consciente de que había dicho algo incorrecto cuando su palma abierta se estrelló contra mi mejilla, lo vi tras sus cristales empañados, él estaba llorando, sus lágrimas brotaban libres por aquellas mejillas teñidas de rojo.

- ¿Eso era todo lo que tenías que decirme?, gracias realmente te agradezco que digas ese tipo de cosas, me siento sucio y comprendo que jamás lo entiendas, pero no te permito que digas que yo busco algo como eso-

Intenté abrazarlo, pero me esquivó, con esa nueva estupidez todo lazo que tuviere esperanzas entre nosotros se perdió.

-Lo siento, es solo que haces cosas con él que a mí nunca me permitiste, pienso que está demasiado en confianza contigo-

Se secó las lágrimas y frunció el ceño, estaba clara y notoriamente enfadado por mis palabras.

-No tienes derecho a reprocharme algo como eso, tú ya tienes a alguien más, el día que me secuestraron quise visitarte, pero en el camino vi que.... Olvídalo, yo tampoco tengo derecho a reclamarte algo así, solo vete-

RADIO OBSESIÓN 2: LA OTRA CARA DE LA MONEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora