ARREPENTIMIENTO

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Al día siguiente de que Alastor se marchara me encontraba deshaciéndome de todas las cosas que fueran de él, hasta de su cepillo de dientes, me recosté en uno de los almohadones y este aún tenía el aroma de él impregnado, lo abracé contra mí aspirando su dulce aroma, desde que conocí a Alastor por su figura tan frágil sabía que siempre habría más de un idiota que quisiera propasarse con él, se lo había advertido más de una vez que trabajara más en su físico, él lo tomaba siempre como una simple broma de mi parte así que lo deje de fastidiar con ello, realmente aún tenía la esperanza de que volviera a mi diciendo que abandono dicho evento solo para estar conmigo pero por más que lo deseara Alastor jamás iba a desistir de algo como eso, a veces llegaba a pensar que todo lo que le había llegado a pasar era porque el propicio que eso pasara, Alastor generalmente no hablaba de su pasado, pero la repugnancia a ser tocado inicio desde el momento en que su progenitor se hizo cargo de él ya que su madre había fallecido, el mismo dejaba que sus amigos le hicieran toda clase de cosas al pequeño Alastor con tal de tener una cerveza y un cigarro en sus manos, tal vez por eso se deba que prefiera cualquier bebida antes de una cerveza, pero bueno como sabemos no ha sido el único inconveniente que ha tenido si contamos el del profesor que quiso propasarse con él, es tan indefenso y tonto a veces demasiado confiado que logras olvidar por un segundo que se trata de un adulto.

Llegó la supuesta semana del evento al salir de mi trabajo, iba al lugar donde trabajaba Angel, bebía lo suficiente hasta que apareciera él con su corta falda mostrándome todo aquello donde amaba perderme, ¿Por qué lo hacía? Quería evitar que mi mente me atormentara con la imagen de ese cerdo acosador con MI Alastor, no podía evitar pensar que en ese momento estuviera haciendo uso de esa galantería barata con la que llegó aquel día a su estación, deseaba llegar allá con arma y matarlos a ambos, que si Al no fuere mío no fuere de nadie, pero no podía, Angel se acercó a mi notando mi ensimismamiento para fruncir el ceño.

-Vaya, no lo comprendo, terminaron y aquí estas aun pensando en él Husk, decídete no puedes siempre estar en una cuerda floja entre un sí o un no, yo no soy una persona que espera pacientemente a que tomes una estúpida decisión-

Dijo poniéndose en pie, pero lo detuve tomándole de la muñeca con sumo cuidado e intentando no hacer un espectáculo de mí mismo.

-Comprende Alastor ha sido la relación más estable que he tenido y sí, terminamos y no puedo de dejar de pensar sí, pero no en él precisamente si no en que ese hijo de puta ahora debe haber logrado abrirle las piernas al muy imbécil de Alastor. -

Angel arqueo una de sus cejas mirándolo de forma despectiva.

-Ni mis clientes se obsesionan tanto con una persona, no lo amas Husk, lo que sentías por Alastor solo fue le ilusión de un momento, luego paso a ser una más de tus posesiones y ahora que alguien más te la arrebató te llena de enojo, pero eso querido no es amor, mira lo mejor es que te de un tiempo a solas para que decidas si ir a rogarle al idiota de tu ex a que vuelva contigo o si te quedas conmigo-

Dijo para luego marcharse y dejarme solo con mis turbados pensamientos, pero tal vez tenía razón yo estaba con Al por pura costumbre por tener a quien cogerme durante las noches pero ¿Cómo evitarlo?, él era un tanto adictivo, más cuando lograbas hacerlo gemir, o el tono carmín que tomaban sus mejillas a pesar de tener ese hermoso color de piel, me retiré a mi casa, durante los siguientes días solo me dedique a esperar a que la semana pasara y mis dudas se disiparan, cuando la semana termino tome mi decisión, hable con Angie a unas cuadras de mi casa, le pedí que fuera mi novio, el aceptó para luego besarme, algo a lo que correspondí, tuvimos una cita, el siempre arreglándose de manera glamurosa para mí, descubrí que me agradaba mucho más salir con él que con Alastor, no me pedía ir a lugares aburridos, obviamente si aceptaba con tal de cogérmelo en la noche pero bueno, ya habían pasado varios días en los que Angel se quedaba en mi casa, pero ¿Qué había pasado con Alastor? ¿Por qué me comenzó a preocupar?, porque su programa ahora era cubierto con alguien más y dándome cuenta también que perdían rating, preocupado me escabullí de mi casa para ir a la de Alastor y toparme con la aterradora idea de que podría haber sido secuestrado, ya que todo estaba en su lugar, fui rápidamente con el único imbécil que podría haberle hecho algo, salí con dirección al estúpido canal versa donde ejercía su profesión ese fantoche de periodista llamado Vox, entre sin pedir permiso o cita simplemente lo encare y le dije.

- ¿Qué demonios le hiciste a Alastor? O lo que vendrá siendo ¿Dónde está? -

Me miraba entre sorprendido e intrigado, al parecer ese imbécil no sabía nada de la desaparición de Alastor.

-No sé de qué hablas, Alastor se la pasa evadiéndome, además ¿a qué te refieres con donde está?, ¿que no está en la estación trabajando? -

Se veía bastante enfadado tal vez por el hecho de que le estuviere o no atribuyendo algo que posiblemente el no haya hecho, aunque bueno para mí no era nada seguro que no tuviera nada que ver, tome aire y me arme de paciencia para explicarle.

-Te explico, Alastor tiene 3 días de no haber vuelto a su casa, lo sé porque fui a visitarlo para saber cómo le había ido con el estúpido evento-

Mentí, realmente lo visité para hacerlo ceder, para rogarle que volviera a mí, no podía dejar que se quedara con ese idiota que tenía frente a mí, quien nisiquiera se había percatado que Alastor no había vuelto, pero por un segundo en su expresión me pareció presenciar un atisbo de terror en sus ojos, pero siempre manteniendo la compostura, por eso temía que Alastor estuviere mucho tiempo con él, era claro que para ese imbécil frente a mi yo no ejercía ni una pizca de competencia, parecía el tipo que Alastor había estado esperando toda su vida, tenían mucho en común, además de lo formal y fino que era ese hijo de perra, el mismo suspiró, levantó su rostro mirándome de manera seria.

-Bien te ayudaré a buscarlo, no quiero que le pase algo, aunque a estas alturas podría haber pasado ya-

Después de ello me dispuse a continuar mi búsqueda por algunos de los lugares a los que regularmente iba cuando me negaba a acompañarlo, pero no había rastro de él, realmente yo quería ser quien diera con su paradero para quedar como el héroe, pero mi sorpresa fue grande cuando al tercer día de haberle dado aviso al imbécil, observe como el mismo escoltaba a Alastor a su casa.

RADIO OBSESIÓN 2: LA OTRA CARA DE LA MONEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora