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Después de el pequeño encuentro que tuvo con ese villano lo tenia un poco mal, la ansiedad de no saber si este iba a volver aparecer de la nada en su casa lo iba a terminar volviendo mas loco o tal vez ya lo estaba sin darse cuenta.

Llego a el asilo con su tablero en mano, llevaba su cabello recogido en una media coleta y con su ropa habitual de siempre, solo que tuvo que coman a usar camisas de cuello alto gracias a que esas marcas aun no borraban.
Sus ánimos aumentaron al 100% al encontrarse con ese pelinegro de cabellera larga, se puso nervioso pero intento actuar lo mas normal posible acomodando algunos de sus alborotados mechones detrás de su oreja.

Por suerte pudo pasar con un simple saludo de mano de parte de el de mirada fría, ambos siguieron con su camino y este se dirigió a la sala donde atendería a su nuevo paciente, no sabia mucho de el, solo sabia que trabajo con Dabi y están relacionados de alguna manera, eso no le preocupaba... ¿Verdad?

Al entrar mostró una amplia sonrisa y se encontró con ese chico el cual tenia una cara de pocos amigos, lo que mas le sorprendió fue ver el enorme parecido que tenia con su paciente, solo que, su paciente era mil veces mas atractivo que el lo cual por un momento lo hizo sentir mal, pero no estaba ahí para eso.

-- Hola Geten, es un gusto conocerte ¿Me esperaste mucho? -- Cuestionó acercándose y sentándose en el lugar que le correspondía, sintió como la mirada ajena lo recorría desde los pies a la cabeza lo cual lo hizo encogerse un poco de brazos.

-- Vaya... Que educado eres, nunca espere que Dabi llegara a tener gusto así. -- El mas bajito cruzo sus brazos y se recostó en su silla mientras miraba a Tenko.

Tenko se confundió bastante al escuchar que mencionaba a tal pelinegro, levanto sus hombros y se dispuso a anotar en su tablero lo que fuese necesario. -- Bien ¿Que te parece si comenzamos con algunas preguntas?  Como ¿Como fue que llegaste aquí? ¿Tienes algún antecedente que yo aun no conozca? -- Sonaba tranquilo y mostraba una amable sonrisa para así crear un ambiente seguro a sus pacientes.

-- La verdad no quiero hablar de mi... ¿Que tal tu? ¿Porque no huiste con el? ¿Que acaso no es lo suficientemente bueno para ti? -- Dijo con el ceño fruncido.

-- Perdón pero, no se a que te refieres. -- Trato de ignorarlo, pero obviamente sabia a quien se refería.

-- Que idiota eres, no se porque se fijo tanto en ti como para dejar que lo atraparan y trajeran a este horrible lugar. -- Bufo y dejo sus codos sobre la mesa mostrándose aburrido.

-- Ok... Hablemos de otra cosa, ¿Cual es tu comida favorita? --

-- La verg* de Dabi. --

-- ¿Perdon? -- Levanto una de sus cejas con curiosidad por lo que decía.

-- ¿Estas sordo? Mi comida favorita es la verg* de Dabi, y se vuelve aun mejor cuando me acaricia el cabello y me dice que ama, es tan lindo cuando me dice que soy lo mas lindo que ha visto, y es muchísimo mejor cuando susurra cerca de mi oído, diciendo que soy solo suyo. -- Dijo de manera engreída mostrando una sonrisa desafiante.

Tenko se quedo callado sintiendo un fuerte dolor en su pecho, como si lo estuviesen apuñalando repetidas veces, le dolía un poco que mencionara de una manera tan... "Cercana" a ese villano.

-- Owh, lo siento, no recordaba que tu eras la nueva perra de Dabi, supongo que se canso de las personas lindas y quería intentar algo nuevo con alguien como.. Tu. -- Rodó sus ojos se quedó admirando la expresión de dolor del contrario.

El psiquiatra bajo sus cejas y como siempre hacia en una situación difícil, huyo de aquel lugar dirigiéndose a su oficina, sus ojos estaban amenazando con derramar lágrimas y sus sollozos eran notables.

-- Cobarde. -- Menciono Geten.

Al entrar, Tenko se sentó y en el sofá que tenia allí y cubrió su rostro con sus manos queriendo gritar, pero obviamente no podía hacerlo, sentía una impotencia terrible e incluso sus ojos ya habían logrado derramar lágrimas. La puerta fue abierta lo cual lo exalto de inmediato, al ver esa imponente figura en el marco de la puerta mirándolo fijamente lo hizo sentir aún mas pequeño, se sentó derecho y limpio sus lágrimas para no pareser un idiota.

-- Tenko ¿Estas bien? -- Cuestiono acercándose a el albino parándose frente a el, tomo su mentón y detallo su pálido rostro, cada parte de este.

-- S-si señor, lamento que haya tenido que verme d-de esta manera. -- Miro a otro lado queriendo morirse en ese instante, sus mejillas mostraban un fuerte sonrojo por la manera en la que era agarrado, y mas por quien tenia en frente.

-- Se que ha sido duro para ti estos días, después de todo es admirable que tengas que lidiar con personas desquiciadas todos los días, te admiro mucho por eso. -- Dijo el pelinegro acariciando con su pulgar la barbilla del contrario.

-- ¿E-nserio? ¡Muchas g-gracias! Es a-sombro escuchar eso de alguien como usted... -- Admitió ahora mirando fijamente a el contrario.

-- Debo admitirlo, es adorable cuando tartmudeas, y mas cuando tienes ese lindo sonrojo en tu rostro. -- Admitió el mayor soltando a su contrario y metiendo las manos dentro de los bolsillos de su bata. -- Creo que te mereces algún tipo de premio por el gran esfuerzo que has tenido, mm... ¿Que te parece una cena? Podría ser en tu casa, la mía esta llena de pelo de gato y la verdad no creó que eso te agrade, yo llevare la comida y tu solo te encargadas del lugar ¿Te parece bien? --

El albino se iba a desmayar o se iba a morir, rápidamente asintio con su cabeza mirando al mayor con una sonrisa.

-- Bien, estaré allí a las 8. -- Le dedico una sonrisa y salio de aquel lugar después de haberse despedido del menor con un ligero ademán.

...

Ya era la hora, no sabia cuantas veces había limpiado el lugar, aparte de eso se había "arreglado" lo mas que puedo, su cabello estaba recogido una media coleta y llevaba un suéter de color rojo de cuello alto junto a unos jeans de color negro y unas botas al tobillo del mismo color que su pantalón.
Casi se desmaya al escuchar el toque en la puerta, estaba nervioso de que no se viera bien o algo del lugar no le gustara a el pelinegro.

Tomo valor y fue a abrir la puerta encontrándose con el de cabello largo sosteniendo una botella de vino y una bolsa de comida, aparte de que iba bien vestido pero no de manera formal.

-- Vaya, es lindo verte con ropa casual, te queda bien. -- Dijo el de voz gruesa demostrándole una sonrisa serena.

-- U-usted también se ve bien, señor. -- Dijo levantando su mirada y dejando que el contrario pasara.

-- Por favor, puedes llamarme solo Shota fuera del asilo. -- Entro y se dirigió a la cocina junto a Tenko dejando las cosas sobre la isla.

Este asintió con su cabeza sintiéndose un poco mas seguro, tomo los platos y los llevó a la mesa, tras el vino el pelinegro con dos copas y la botella de vino sirviendo poca cantidad en ambas.

La comida fue servida por el mayor y se sentaron a conversar y comer, realmente no hubo nada fuera de lo normal, hablaron tanto como cosas del trabajo y cosas sin sentido alguno, conociéndose mas poco a poco.
Así fue por un par de horas, El teléfono del mayor sonó, este lo tomo y suspiro pesadamente levantándose de la mesa.

-- Es una lástima, tengo que irme, mi hijo tuvo un pequeño problema con su novio así que tengo que ir por ellos. -- Ambos fueron hasta la puerta para así despedirse apropiadamente. -- Realmente fue una noche linda, ojala se pueda repetir pronto... Pero esta vez sera en mi casa ¿De acuerdo? -- Se acerco a el albino y tomo su mejilla acariciando esta con su pulgar demostrándole la misma sonrisa. -- Ten dulces sueños, Tenko. -- Dijo con esa voz gruesa que tanto lo caracterizaba pata finalmente salir del lugar.

Tenko suspiro como si de una colegiala enamorada se tratara, había cenado con su amor platónico e incluso este lo había acariciado, no quería despertar de ese sueño.
Recogió todo, ya mañana lavaría todo, ahora solo quería descansar y esperar a que ese lindo escenario se repitiera en sus sueños.

Se dirigió a su habitación y en el camino se quito el sueter, al entrar y cerrar la puerta, encendió la luz y se encontró con una fría mirada que de inmediato hizo que su cuerpo se helará, parpadeo rápidamente creyendo que solo era su imaginación hasta sentir un fuerte agarre en su cuello que hizo que su cuerpo fuese empujado contra la pared, tenia miedo.

Psycho LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora