Amor prohibido

Prólogo:

Clare

Las cosas en mi vida no estaban nada bien, y parecían volverse peor con lo que estaba pasando a mi alrededor, mi padre no paraba de gritar y mi madre lo único que podía hacer era llorar a mares. Pero no era culpa mía, yo no había decidido amar a esa persona como lo hacía en ese momento, simplemente pasó, y todavía me costaba creer que mi amor fuera correspondido por él. Nadie entendía la razón de mis actos, y tampoco hacían lo posible por entender, para todos era una locura, y yo la mayor loca, pero no me importaba lo que pensaran o dijeran, yo lo quería a él.

Todo pasó sin que lo planeara o lo esperara, pero supongo que el amor llega a la vida de las personas de esa manera. No tenía ninguna necesidad de fijarme en alguien más porque yo ya tenía novio, y a mi parecer estaba enamorada de él. Hacía dos años manteníamos una relación formal, la cual mi familia aprobaba a la perfección, mi madre adoraba a mi exnovio como si fuera uno más de sus hijos, y aparentemente nuestra relación estaba bien, hasta que apareció Daemon, el chico más complicado y hermoso que he conocido. La primera vez que nos vimos fue en mi fiesta de cumpleaños número diecisiete, él y su hermano habían comenzado a trabajar en el negocio de mi familia y mi padre estaba muy satisfecho con sus servicios.

Flashback.

Estaba sentada en mi tocador, poniéndome un poco de maquillaje y peinándome acorde a la celebración, esa vez opté por hacerme unas hondas en mi cabello, ya que siempre lo llevaba totalmente lacio y decidí ponerme un labial nude acorde con el color de mi vestido, también llevaba zapatos de tacón blancos y este conjunto mostraban una versión muy elegante de mí. Los nervios estaban a flor de piel, no me gustaban las fiestas y menos cuando yo era el centro de atención, le suplique a mi familia que este año no planearan nada y respetaran mi decisión al no querer celebrar mi cumpleaños, pero mi madre no se pudo resistir, a ella le encantan las festividades y cualquier oportunidad para celebrar era aprovechada al máximo.

Alguien tocó la puerta de una manera muy peculiar y supe enseguida que era Michael.

-Estas preciosa-Dijo una vez que entró en mi habitación. El rubio estaba vestido con un traje muy elegante, como ya era costumbre y su pelo estaba perfectamente peinado. Luego de contemplarme por unos segundos, tomó mi cara con suavidad y me besó en los labios, yo lo correspondí de la misma manera y al concluir con nuestra muestra de cariño, lo abrasé. Debido a los tacones que llevaba en ese momento pude enrollar mis brazos con facilidad alrededor de su cuello y antes de soltarme de él, besó el mío de una manera muy seductora.

-No sabes cuánto me tientas a cerrar esa puerta y hacer nuestra propia fiesta en esa cama. - Sonreí ante ese comentario por parte de mi novio y me pegué un poco más a él restregando mi pelvis por toda su erección solo para tentarlo más.

-Si te portas bien esta noche, podremos hacer esa fiesta- Dije. Antes de separarme lo volví a besar, luego lo tomé del brazo y nos dirigimos escaleras abajo.

Los invitados se encontraban en el patio de la casa, y descubrí que mi madre me había mentido al decirme que serían pocos, la mayoría de las personas que estaban presente eran desconocidas para mí, a excepción de algunos amigos y por supuesto mi hermano mayor y su novia. Todos vestían de manera muy elegante, y no se avergonzaban de mostrar sus lujos y excentricidades.

El patio contaba con una amplia piscina la cual estaba iluminada de color morado y en su interior había pequeñas velas que le daban un toque muy hermoso y diferente. La decoración era realmente maravillosa, aunque eso era de esperarse, ya que mi madre realmente se esmeraba demasiado en las celebraciones que planeaba, mi familia era de gustos muy refinados, y el estilo de vida que llevábamos era superior a muchas familias de alta clase. Había una mesa con muchísimos regalos, músicos tocando en vivo, meseros por todos lados atendiendo a los comensales y todo lucía absolutamente perfecto.