T5-E20-SAL MALDITA MANCHA

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Llegué a la enfermería y tomé una galleta que tenían preparadas para las personas que estaban donando sangre - ¿Y tu etiqueta? – preguntó Hanna cuando me senté a un lado de Emily -Estoy tomando medicamento- dije, mientras mi cerebro me reprendió "Sí, tomando medicamento por la nariz" Spencer me extendió la mano y la miré sin comprender - ¿Qué? – pregunté -No hay premio sin sangre, dámela ahora- exigió -No seas floja, allá hay más- señalé la charola y Spencer se retiró el cabello para señalarme su etiqueta, no tuve más opción que entregársela - ¿Tú tampoco donarás? – le pregunté a Emily -No ¿Recuerdas mi viaje a Haití? No dejan que donde por un año- asentí con la cabeza - ¿Ya no estudiarás? – preguntó Hanna a Aria -Jamás terminaré de estudiar todo esto, quisiera que los números dejaran de dar vueltas. Oye, la próxima vez que ayudemos a tu mamá, por favor que no haya inyecciones- dijo Aria, entonces llegó la persona que menos esperaba ver - ¿Qué tal muchas? – habló la mamá de Hanna con una sonrisa y suspiré demostrando mi inconformidad -Me voy- me levanté y pasé por un lado de la señora asegurándome de no tocarla -Oh, hola Kristen, cuanto tiempo sin verte, estás muy diferente- dijo la señora Prescott, una miembro de la iglesia -Sí ¿verdad? Desde que me vetaron de la iglesia mi mamá ya no tuvo que arrastrarme a ella- bramé y la señora estaba anonadada, antes de salir tomé una galleta más y esperé a las chicas recargada en la puerta de la enfermería.

Estaba mirando mi teléfono, cuando un estruendo me espantó -Jovencito, es un área restringida ¿Qué haces aquí? – la enfermera que reprendió a Mike, se acercó a él -Perdone, tenía curiosidad por esta cosa- se excusó Mike -Pues ve a regístrate para que la veas de cerca- Mike asintió y salió a paso veloz de aquí, lo extraño era que el refrigerador donde guardaban las muestras, estaba abierto.

De regreso en la escuela, tratamos de convencer a Aria para que interrogáramos a Mike -Si le preguntan a Mike que hacía en el hospital, sé que dirá- exclamó Aria - ¿Qué había ido a donar? – pregunté obvia -No, que no me meta en lo que no me importa, en el muelle eso fue lo que me dijo-

-Sí, pero sí no importa, todas vimos dónde estaba, por donde guardan las muestras, por nuestra sangre- dijo Spencer - ¿En serio Spencer? – bramó Aria -Pero si quiere encontrar algo para ayudar a Allison...-

- ¡Es eso! ¡¿Él la ayuda?! En el juicio de la opinión pública esto es un asco- Aria cerró la puerta de su casillero con fuerza -Deberíamos calmarnos ¿Sí? – Habló Emily serenamente -Es difícil calmarte cuando te están incriminando por homicidio- bramó Hanna -No sabemos por qué visitó a Alli en la cárcel, ni por qué peleó con Mona, pero si es en serio que pelearon, hay que...-

- ¡Ya Spencer! Por favor, sé que estamos desesperadas por saber a quién ayuda Alli, pero que no sea Holbrook, no significa que sea mi hermano. Mike amaba a Mona, jamás le haría daño y tampoco ayudaría a quien lo hizo-

-Aria...-

- ¡No! Ya no hablaré, tengo un examen qué hacer- dijo Aria interrumpiéndome y se alejó rápidamente de nosotras.

Camino a casa de la escuela, mi auto se apagó de la nada, extrañada, volví a girar la llave, pero este no arrancó -Agh ¿Es en serio? – Jalé la palanca bajo mi asiento y el capó se abrió, ni siquiera sé para qué lo abrí, sólo estaba mirando el motor pretendiendo que sabía lo que buscaba, no único que sé de aquí en frente es checar el aceite, ponerle el anticongelante y agua - ¿Necesitas ayuda? – escuchar su voz hizo que me congelara, carraspeé y cerré el capó, para después subir a mi auto, pero Jason corrió a mi lado -Oye, si quieres yo puedo revisar que tiene, no tienes que hablar conmigo- cerré los ojos y suspiré -No quiero nada de ti- dije sin voltear a verlo -Kris, por favor, sólo déjame decirte lo que pasó – comencé a negar con la cabeza -No es no, métetelo en la cabeza. Te pedí que te alejaras-

Pretty Little Liars (Jason Dilaurentis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora