Pretty Little Liars (Jason Dilaurentis)

T2-E7-TENSIÓN SUPERFICIAL

Jason detuvo el coche frente a mi casa y me quedé un momento ahí -Gracias por traerme- dije suavemente -Es un placer. Me gusta pasar tiempo contigo- sentía que mi corazón se saldría de mi pecho en cualquier momento, su cercanía causaba efectos en mí que nunca antes había experimentado, me debatía entre arrojarme a sus brazos y comérmelo a besos o hablar con él por horas y horas, pero mi cuerpo ganaba y la fuerza de atracción que sentía era demasiado fuerte, lo último que imaginé hacer con el hermano raro de mi amiga estaba a punto de suceder, me abalancé sobre él y comencé a besarlo torpemente, él me tomó de la cintura, hizo su asiento para atrás y me puso a horcajadas sobre él, los besos se intensificaron, no me importaba quien nos pudiera ver, bajé mis besos por su cuello y podía escuchar sus jadeos en mi oído, llevé las manos a la cremallera de su pantalón -Kristen- escuché que decía entre suspiros -Kristen- de nuevo - ¡Kristen! – esperen, esa es la voz de mi mamá - ¡Kris! – desperté de golpe en mi habitación -Te estoy hablando desde hace media hora y no bajas- me empecé a tallar los ojos - ¿Qué hora es? – pregunté adormilada -Van a dar las ocho- me levanté rápido ya que había quedado con las chicas de ir a la casa de Hanna a desayunar para ayudar a Emily con la mudanza. Por Dios, no puedo creer que casi tuve un sueño húmedo con Jason.

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-Creí que tendrías tu propia habitación- le dijo Aria a Emily quien tomaba la taza de café que Hanna le ofrecía -Deben cambiarla y reparar la pared. Mientras estaremos juntas- explicó Hanna -Divertido- dijo Emily -Lo sé, será como una pijamada sin fin- dijo Hanna entusiasmada.

- ¿Y Garret no te ha llamado sobre el mensaje de Ian? – Spencer le preguntó a Emily a lo que ella negó -Chicas, nosotras involucramos a Garret, debemos confiar en él un poco- dijo Aria -Le estamos confiando los diez mil dólares de Ian y yo podría usar eso para reemplazar el anillo de Melissa- dijo Spencer - ¿Y de rastrear el dinero de Ian hasta ti? ¿Cómo lo explicarías? – le preguntó Hanna -No me gusta esperar, si no hacemos nada A se aburrirá y nos provocará- dijo Spencer -Y si hacemos algo A nos aplastará, no quiero caer en otra tontería de A como la del desfile- se quejó Hanna -Dios, la cara de la señora Dilaurentis- expresó Emily.

El timbre de la casa sonó y Hanna fue a abrir - ¿Por qué estas tan callada? – me preguntó Spencer bajándose de la mesa de la cocina -Ah, es que no dormí bien- mentira, dormí muy bien, me hubiera gustado seguir durmiendo -Esto ya no es solo para hacernos quedar mal ¿verdad? – preguntó Aria mientras se servía más café -No, esto es para callarnos- dijo Spencer - ¿Por qué? – pregunté -Porque A podría ser quien mató a Alli- explicó Emily.

-Chicas- Hanna llegó caminando con una cesta de regalos -La tarjeta- dijo en un suspiro y Emily tomó la tarjeta -Que divertido, dos mentirosas bajo un mismo techo, me lo hacen tan fácil. A- leyó en voz alta. Hanna veía la caja de chocolates que venía en la cesta -Ni siquiera son buenos- dijo y los tiró a la basura con el resto de los regalos.

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En la escuela caminaba junto a Aria hacia el salón donde daba clases su madre, iba a entrar junto con ella cuando mi nombre sonó por los altavoces -Kristen Dankworth, favor de ir a la oficina del director- mi corazón se detuvo -No puede ser- apenas pude decir -Tranquila, todo estará bien- trató de tranquilizarme Aria -Tú sabes que no, por Dios, estoy perdida- Me llevé las manos al rostro tratando de no romper en llanto – Kris ¿Todo bien? – escuché a la mamá de Aria preguntarme desde su escritorio, al mirar dentro vi a Jason sentado en una de las bancas del frente -Te llaman en dirección- solo sonreí y asentí tratando de parecer tranquila -Llámame- me dijo Aria antes de caminar a mi sentencia de muerte.

Me quedé estática frente a la puerta del director, no quería entrar -Adelante- escuché del otro lado de la puerta, cerré los ojos, tomé una gran bocanada de aire y entré -Llegaron los análisis- el director sostenía el sobre en sus manos y me lo pasó, aún estaba sellado -Es tu derecho abrir el sobre, pero debemos saber el resultados- asentí y con manos temblorosas, despegué la pestaña del sobre, comencé a dar una lectura rápida y sentía los latidos del corazón en mi garganta, hasta que llegué al resultado: POSITIVO. Cerré los ojos rendida, el director me pidió el análisis y se lo di -Llamaré a tu padre- dijo el director cuando terminó de leer y descolgó el teléfono, después de unos segundos mi padre debió contestar -Buenos días señor Dankworth, habla el director Tamborelli. Solicito su presencia en la escuela urgentemente, se trata de un asunto delicado- cuando colgó me dijo que esperara en la banca afuera de su oficina, tomé mis cosas y salí.