Prólogo

580 43 0
                                    


Cumpleaños Feliz,
te deseamos a ti,
Feliz cumpleaños A-Cheng,
Que los cumplas feliz...

Unas cuantas velas encendidas adornaban el pequeño pastel, era de chocolate, de aroma delicioso y de vista apetitosa. Preparado por las manos de Xiao Zhan.

Hubo aplausos y sonrisas, una celebración pequeña pero suficiente. Maravillosamente sencilla.

Entonces llegó el momento de soplar las velas, todo el aire que A-Cheng sostuvo en sus pulmones, fue desbocado allí. Pero las velas ni se inmutaron. Sonrió y luego río, y volvió a intentarlo.

—¿Pediste un deseo? —se oyó preguntar a Xiao Zhan.

Su hermano asintió efusivamente. Xiao Zhan sonrió con melancolía.

Luego de aquello, conversaron solo los dos, A-Cheng y Xiao Zhan. Este último le contó tanto, mucho, acerca de todo lo que había pasado en los días en que se separaron. Fueron tantos días. Pero allí estaban juntos, como siempre había sido.

Wang Yibo se encontraba más atrás, mirando en dirección a Xiao Zhan, tenía en cuenta su privacidad, es por ello que aguardaba y mantenía distancia. Pasó un tiempo, y pronto la mano de Xiao Zhan se aferró a la suya, entonces se despidieron del pequeño A-Cheng con una sonrisa.

A-Cheng agitó su mano en despedida y sonrió, gritando a su hermano que ya estaba un poco alejado:

"No te preocupes por mí, estoy bien... Eres el mejor hermano del mundo, Zhan-ge".

Xiao Zhan pronto necesitó un abrazo de Wang Yibo. Éste lo hizo sin dudar y con todas sus fuerzas, quedándose así un largo rato.

—¿Volvemos al departamento o vamos por algo de comer? —preguntó Yibo. Ya habían llegado al auto y éste ya se encontraba sentado en el asiento del conductor, junto él, en el asiento del copiloto, Xiao Zhan pareció pensarlo un momento.

—Comer, extraño la pizza.

—Entonces pizza. —afirmó mientras encendía el auto y arrancaba poco después rumbo al restaurante más cercano del lugar. En el trayecto se pusieron a cantar a dúo, sonriendo a veces por el cambio de letra y la desafinación intensionada en la melodía de sus voces.

Era otoño. Era acogedor, era solitario, era amor. Era triste y era feliz.

.
.
.

La estrella más brillante del cielo nocturno (YiZhan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora