Capítulo 30

162 25 0
                                    

Llegando al final.

No sabe en qué momento comenzaron a gritarse, pero ahora solo quiso sentarse en la cama y meditar un momento, su celular estaba en su mano, apretándolo con impotencia, ya que hace un momento sus impulsos habían hecho que cortara la llamada con Zhan.

Su orgullo le impedía que volviera a llamar, pero tenía que hacerlo, no quería que las cosas quedaran de esa manera.

Suspiró y volvió a sostener su móvil en frente suyo, y justamente en el último segundo, Xiao Zhan era quien lo estaba llamando.

Escuchó su tono de llamada por uno segundos, ahora presentía que contestar la llamada iba a ser complicado, ya que un estremecimiento recorrió su columna y sus vellitos se alzaron ante la sensación.

Aún así, logró aplastar con su dedo el símbolo verde y puso el aparato en su oreja.

—Z-Zhan-ge.

—¡A mí no me cortas las llamadas hasta que termine de hablar! Me vas a escuchar todo, ¡¿Entendiste?!, ¡no vengas a sacar conclusiones de mierda!

Su cuerpo se sobresaltó al escucharlo, olvidaba cuan terrible podía llegar a ser Xiao Zhan cuando se enojaba. No sabe si sentirse afortunado por ser de los pocos que lo ha visto en esa faceta, sin embargo, no tiene tiempo para pensar, necesita hablar y actuar rápidamente.

—Okay. —logra decir.

—Salí a tomar un poco con un amigo, te hablé sobre él, pero parece que se te ha olvidado por completo lo que te digo, ¿no?

Yibo frunció el ceño aunque Zhan no pudiera verlo. —Pensé que era italiano.

—¡Lo es!

—Habla muy bien mandarín.

—Sabe hablar hasta inglés. —respondió Xiao Zhan calmándose un poco pero volviendo enojarse un segundo después. —¿Y eso qué tiene qué ver? Wang Yibo, me pasé del límite, lo admito, no recuerdo mucho pero Gi-ge me trajo a mi departamento, yo estaba dormido, ¡borracho!, ¿por qué raioz piensas cosas que no son?

—Es que... —el menor se tomo su tiempo procesando la información y luego se rascó la nuca por ser tan precipitado. —Perdón.

—Yibo... —susurró Zhan, su voz había cambiado drásticamente, parecía apagada y algo lastimera. —Desconfiamos el uno del otro, siento que todo lo que tenemos se está yendo de nuestras manos.

El menor se exaltó al oírlo decir aquello, era verdad que últimamente ni siquiera se habían estado comunicando. Antes parecían soportar todo aquello por el simple hecho de que los dos con sus carreras ajetreadas se habían acostumbrado. Pero acostumbrarse nunca lleva a nada bueno, además de que Zhan estaba viviendo una vida completamente diferente y que aún había dolor en su corazón.

Yibo tenía miedo de que todo acabara.

—Amor, no quiero que todo acabe. —susurró el menor, sonando igual que Zhan al hablar. —No quiero, prometí estar junto a ti, quiero ser tu esposo.

—¿Aún quieres casarte conmigo?

—¡Claro que quiero!, ¿tú ya no?

—Sí quiero, te amo.

—Yo también te amo, hagamos que esto funcione, tenemos recuerdos maravillosos y podemos seguir creando más, por favor, no te rindas, yo...

—No me voy a rendir, esposo mío.

Yibo sonrió y sus ojos brillaron con emotividad. Zhan sonrió también y poco después hicieron videollamada.

.
.
.

Un mes pasó en un santiamén, Wang Yibo esperaba darle una sorpresa a su amado, llegando sin previo aviso a Italia y trayendo consigo sus anillos de compromiso.

Cuando ya llegó al departamento de Zhan, cayó en cuenta que el mayor no se encontraría en este, sino en la pastelería y se preguntó dónde podría estar ubicada. Sin más remedio, bajó sus cosas y se sentó en su valija, esperando por Zhan.

Quince minutos después, una señora se acercaba por el pasillo, él alzó la vista e hizo contacto visual con aquella mujer. Él usaba mascarilla, por lo que la señora no podría reconocerlo si lo hacía, luego, desvío su mirada. La mujer se paró justo en su frente y buscó una llave en su cartera, antes de entrar a su departamento dio otro vistazo al chico que se encontraba sentado y balanceándose mientras miraba su celular.

Entonces aclaró su garganta y comenzó a hablar, esperando que aquel chico pueda entender su idioma, por que a su parecer era de China.

—¿Estás buscando a Zhan Zhan?

Yibo miró a la señora antes de asentir.

—Está en su pastelería, unas 5 cuadras a la derecha, saliendo de aquí.

Yibo agradeció por la información, supuso que ella era la señora Li por la forma familiar de referirse a su novio.

Tomó sus cosas de nuevo y salió del edificio, comenzó a caminar por dónde le había dicho la señora y al cabo de unos minutos, ya había llegado. Entró a la pastelería, inundándose del olor dulce y mantequilla, entonces lo vio, sentado detrás de las de una de las vitrinas, anotando algo en un libreta. Se le ocurrió hacer mucho más emotiva su aparición, por lo que formuló lo que iba a decir antes de hablar.

—Excuse me, why are you so handsome?

Xiao Zhan alzó la mirada para ver quién había hablado, le pareció raro lo que había escuchado, sin embargo, sólo encontró a alguien agachado, con una capucha cubriendo la mitad de su cara, así como una mascarilla oscura sin oportunidad de revelar su rostro.

—Excuse me, what did... you say?, do you need help?

Yibo quiso reír en seguida, pero se contuvo, entonces se quitó la mascarilla y habló en su idioma natal.

—Amo tu inglés, baobao.

Cómo se suponía, Zhan se sorprendió y dejó salir un jadeo. Rápidamente rodeo la vitrina y se encontró abrazando al menor mientras sonreía. Yibo sonrió aún más y estrechó al mayor en sus brazos dejando un beso en su mejilla.

—¡Aiyooo! —exclamó Xiao Zhan, aún sin saber que decir. Se separó un poco del abrazo y miró a su amor. Notó que en aquellos meses en que no se vieron, Yibo había cambiado un poco. —Has crecido, y estás... —el mayor tocó sus brazos y subió hasta sus hombros. —Te ejercitaste.

—¿Te gusta? —sonrió Wang Yibo de lado, ganándose una mirada coqueta de Xiao Zhan.

Luego comenzaron a besarse, como lo habían estado deseando desde hace tiempo, y que por fin podían hacerlo.

La estrella más brillante del cielo nocturno (YiZhan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora