Capítulo 12*

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BEVERLY.

—Beverly —levante la mirada de mi plato de comida y mire a mi papá.

—¿Sí?

—¿Has pensado en tu mamá?

—No. —fue mi respuesta.

—Ella me llamo. —dijo, se miraba muy tranquilo, pero podía notar su incomodidad —Quiere verte.

—Que siga queriendo.

Mi padre no dijo nada más, parecía que se divertido con mi respuesta porque se le formo una pequeña sonrisa.

Mi madre.

No quiero verla.

He pasado años queriendo hablar con ella y ahora llama a mi papá para decirle que quiere verme, pero que tipo de broma de mal gusto es esta.

Esa señora que haga lo que quiera, pero verme por mi propia voluntad, eso no pasara.

¿Que hablaría yo con ella?

¿De cuantos cumpleaños he pasado sin ella?

¿De contarle cuantas tarjetas de felicitaciones tengo de parte de ella?

Ella tenía esa manía de enviarme tarjetas de felicitaciones todos los años el día de mi cumpleaños. Tengo que reconocer que nunca leí sus tarjetas.

Recibía las notas y las acumulaba en una caja que tengo en mi habitación. No quería ver esas tarjetas, así que las guardé en un agujero que hice bajo el armario, cada que recibo una tarjeta hago lo mismo que las demás, saco la caja de agujero y sin leerla la guardo.

Suena egoísta, pero que más podría hacer con las tarjetas.

¿Qué haría si la vuelvo ver?

Ni siquiera la podría llamar mamá, la llamaría por su nombre, ni siquiera reconocería su rostro, no recuerdo su voz. Olvide a mi madre.

Y me duele porque mi madre nunca estuvo para mí, solo tenía el rechazo de ella, al crecer me di cuenta de que mi madre nunca demostró amor hacia mí, siempre me rechazaba y omitía mi presencia.

Mi madre fue cruel, y me alegra que ella no forme parte de mi vida.

—Me ha llamado todo el día, quiere venir hasta aquí. —continúo hablando mi padre.

—No quiero ver a esa señora.

—Dijo que quería hablar contigo, le dije que hablaría contigo.

—No quiero ver a esa señora. —repetí.

—Yo tampoco quiero verla, tiene esa costumbre de aparecerse siempre cuando todo me está yendo bien. —suspiro mi padre.

—Es que no entiendo para que ¿Por qué hasta ahora quiere verme? —me queje —Ella me rechazaba todas mis llamadas, papá.

—Lo sé.

—Y cuando contestaron una de mis llamadas quien contesto fue una niña, era su hija. Ella tiene otra familia, que se quede con su otra familia, yo no soy nada de ella. No quiero verla.

—Estoy seguro de que más tiene hijos.

—Está casada con otro hombre, tiene hijos, apuesto que ha de tener un buen trabajo, que se quede allá, yo no la ocupo. ¿Qué es lo que quiere? Porque verme no lo creo.

—Estoy seguro de que mañana me llamara para saber tu repuesta.

—Dile que no quiero verla, díselo, así como lo estoy diciendo: No quiero verla, no me interesa lo que quiere y que no gaste dinero en venir hasta aquí, porque solo sería una pérdida para ella.

Inesperado Escape #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora