Capítulo 28*

658 40 59
                                    

BEVERLY

Respire profundamente sentándome en una mesa sola, ¿qué mejor lugar para esconderse? 

El área de comida.

En la mesa que estaba sentada estaba al lado de salida, un lugar accesible para salir rápido.

La señora quien dice ser mi madre no está por aquí.

Quiero gritar, juro que quiero hacerlo, y también llorar.

¿Por qué ella está aquí?

¿Por qué está aquí como si no pasara nada?

Sé que esté es un país libre, pero no tiene derecho de venir aquí a verme y actuar como si nada ha pasado, y omitiendo el hecho de que trajo a toda su familia.

Me parece una falta de respeto que ella de repente quiera tener una relación madre e hija como si fuera así de fácil.

No es justo.

Sé que no soy la mejor hija, pero ella tampoco tiene el puesto de la mejor madre.

Mire la pantalla apagada de mi celular esperando que entrará una llamada de mi padre diciendo que él ya está aquí, es lo que me anhelo ahora.

No encontrarme a nadie y solo irme a mi casa.

—¡Beverly! —levante mi cabeza en el momento en el que escuche mi nombre. —Pensé que no vendrías.

Miré a Yorleny y recordé la razón por la que estoy aquí en primer lugar.

Quedamos que como amigas vendríamos al cine a ver la película, pero ella cancelo en el último momento, en el último momento en el que yo ya estaba aquí, en el centro comercial.

Me molesto que me cancelara cuando yo ya estaba aquí esperándola.

Decidí hacer sola todo lo que habíamos planeado, mire la película y me compre un helado de fresas. Luego iríamos a comprar ropa y nos iríamos a casa caminando para platicar.

Suena un plan bastante de amigas.

Claro está que amigas que no somos.

Supongo.

—Yo fui la que pensé que no vendrías. —respondí.

—Discúlpame, enserió, merezco un golpe ahora mismo, lo sé, pero paso algo de último momento.

Mire detrás de ella, a una distancia corta estaban sus amigas, las porristas.

Eso fue toda la respuesta que ocupaba.

—Podremos venir nosotras dos el próximo fin de semana.

—No creo poder. —respondí —Saldré con mi padre.

—Entiendo, pues planificaremos.

—Lo dudo —dije, miré a sus amigas y se estaban susurrando cosas entre ellas, volví a mirar a Yorleny —. Tus amigas te llaman.

—Bev, discúlpame. Ellas también son mis amigas y me invitaron a comer algo por mi cumpleaños.

—Yorleny. —ella sin dudar miro a sus amigas y les hizo un gesto de que ya iría.

—No te enojes. —me miro con tristeza.

No estaba para pensar en si enojarme con ella o no, ya había pasado, me dejo por sus amigas.

—Yorleny, te estamos esperando. —se acercó una de sus amigas.

En el momento en el que nuestras miradas se cruzaron sin duda alguna se sintió una incomodidad palpable, y más qué incomodidad fue desagrado de parte de ambas.

Inesperado Escape #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora