Desconocido
Mi cabeza duele todo sigue oscuro lo que me indica que no han logrado su objetivo, aunque eso signifique estar más días atado siento una gran satisfacción, se los advertí, pero no me hicieron caso.
Se escucha el sonido de la puerta abrirse los pasos son firmes y no se escucha que arrastre lo pies. El jefe como se hace llamar ha llegado y está enojado a pesar de no ver su cara se exactamente como esta ensancho una cínica sonrisa porque sé que viene por más, más información, tengo hasta más de la que él cree que tengo.
Unas manos quitan la venda y me deslumbra la escasa luz que hay en el cuarto, trato de buscar más personas, pero él ha llegado solo, eso lo vuelve más preocupante y emocionante a la vez.
-Quita esa cara si no quieres otro golpe en ella- era tan divertido, ver la desesperación de las personas cuando no consiguen lo que quieren y más cuando se trataba de alguien como él.
-No es por ofenderte, pero dudo que algo de lo que hagas pueda asustarme- me gustaba sentir miedo, me atraía la idea de sentir esa adrenalina, esa sensación de saber que te van a golpear, pero no cuando ni como esa intriga era mi droga favorita te demuestra lo vivo que estás. No puedes evitar el miedo, pero puedes disfrutarlo.
-Qué te parece estar atado en una cama acostado con una gota de agua cayendo constantemente en tu frente hasta destruirla, es mi método favorito tú eliges.
-Estas desesperado- lo veía en su mandíbula, en sus puños, no faltaba mucho para que alguien fuera víctima de todo aquel enojo- ¿Qué paso?
-Como si no lo supieras. No se asusto ni un poco hasta podría decir que le dimos más motivación para seguir investigando, sabe que Alexander esta de infiltrado y la foto no le afecto como dijiste que lo haría- se acercó y con su mano agarro mi cuello, me estaba ahorcando y el miedo todavía no aparecía- así que dime algo de utilidad si no quieres que una estúpida gota de agua destruya tu maldita frente
-¿Cómo sabes que no le afecto? Para empezar y segundo no tengo utilidad muerto así que yo creo que eso no va a pasar
-No lloro, no pestañeo solo la vio y se volteó a ver alrededor quien estaba ahí fue cuando Alexander se alejó- volteo un momento hacia la pequeña ventana en la habitación negra y la regreso a mi- Yo jamás dije que te dejaría morir, pero seguramente lo desearías
-No me das miedo, estoy seguro que le afecto sino porque se esforzaría tanto en demostrar lo contrario cualquier persona normal tendría una mínima reacción con un recuerdo tan impactante.
Recibió una llamada, sonrió y se alejó dejándome igual de como estaba. Arlet... hace años que no la veía y quería que todo siguiera igual, es peligrosa en especial si se trata de venganza. Aún recuerdo todo de ella, sus ojos oscuros y su cabello dorado oscuro, pero lo que más vive en mi mente es su mirada con tan poca edad podías ver la sed de poder, sus ganas de controlar al mundo, su necesidad de ser libre de que nadie le mande, su ambición infinita.
La puerta se abrió de nuevo.
-Quiero destruirlo dejarlo sin nada necesito toda la maldita información de su hija, ella va a caer en mis manos y tu me vas a ayudar- soltó un suspiro- así que porque no nos ahorramos todo el drama y hablas ya.
Solté una pequeña risa ante su estúpida idea, decía ser muy inteligente y aquí estaba él siendo muy ingenuo.
-Eso no va a pasar
-Dame esa información. Y serás libre junto con mi protección.
-¿Y si no funciona?
-Te estoy ofreciendo un trato a cambio de información no de resultados- esas ultimas palabras fue lo que me empezaron convencer necesitaba salir de aquí en el momento en el que los Sallow's se enterarán de que yo estaba cerca de ellos, sería mi fin. Y al hablar de fin no hablo de la muerte, hablo del fin de mi cordura, nadie se salva de ellos, ni ellos mismos eso la incluye. Pero yo no era estúpido, así que solté la jugada que tanto me divierte.
-Acepto.
Le conté todos "los detalles" de como ganarse la confianza de Arlet y en caso de que eso no funcionará le hable sobre Amelie, ella era la más normal de aquella familia por lo tanto era la más manipulable, la más fácil de engañar. Le conté todo lo que quería saber, lo que sus oídos querían escuchar más no la verdad excepto lo último, lo que se trataba de Amelie.
Como tregua y prueba de su palabra me dejo sin la venda en los ojos. Había una pequeña ventana donde se veía la ciudad, es curioso como todos se mueven creyendo que ellos están decidiendo que paso van a dar. Mentira, todos se mueven al compás de lo que la gente poderosa esta decidiendo, es demasiado divertido, son como corderos yendo directo al matadero.
Yo también soy parte de sus juegos por gusto más que nada, sabía que querían secuestrarme, no puse resistencia alguna todos buscamos un responsable para todo lo que esta pasando se que la familia Dankworth tiene algo que ver con las desapariciones de los pueblos de Francia, pero nunca me imaginé que me traerían hasta acá y mucho menos cerca de Arlet.
La sed me estaba matando llevaba un día y medio entero sin tomar ni una sola gota, los golpes dolían, pero nada hace agonizar tanto como la falta de ese maldito líquido.
-Es una psicótica impulsiva- esa era la voz de Alexander
-La estas subestimando demasiado, necesito que vuelvas. Dices que su padre no sabe nada no veo problema alguno con que vayas,
-Que vaya alguien...
-¿Le tienes miedo?
-No
-Entonces vas a volver es una orden.
Hubo silencio ambos estaban gritando demasiado que se escuchaba hasta la habitación negra donde me encontraba.
La puerta de la habitación se abrió.
Entró enojado muy enojado. Me agarro del cuello de la camisa y comenzó a oprimir mi garganta impidiéndome respirar entre más lo hacía yo sonreía más, generándole más furia, no podía evitar el malestar que su mano ejercía, pero lo podía anestesiar viendo como le molestaba mi reacción ante cada uno de sus actos.
-Si no quieres morir deshidratado más te vale decirme la información completa- su agarre comenzó a ahorcarme sentía la falta de aire de oxígeno, pero aún así eso no era suficiente hay un punto en el que tu vida se vuelve tan miserable que el dolor es lo único que le da sentido y justificación, ese dolor que te mata, pero en realidad no lo hace, es tan fascinante.
-¡Carajo habla! ¿Por qué has mentido? – me soltó para permitirme hablar, pero justo ahí en esa vena ubicada en mi cuello permitiéndome sobrevivir había un cuchillo afilado atentando contra lo que me mantiene vivo, era tan patética su amenaza, pero a la vez letal.
-¿Por qué te diría la verdad?- cuando ni siquiera yo la sabía completamente- ¿Por qué tengo que ser tu esclavo cuando soy esencial? Déjame responderte tu no quieres destruirla o esas tonterías tu quieres tenerla de tu lado, ¿enserio se necesita tanta información personal para matar a alguien? - una sonrisa se ensancho en su cara, cuando voltee mi cara algo estaba siendo inyectado en mi brazo y de repente todo se desvaneció todo menos yo.
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No estaba despierto, no estaba dormido solo estaba, y no solo me acompañaban aquellas memorias que algunos llaman recuerdos, pero yo llamo pequeños demonios que vuelan en mi cabeza molestando, y cada vez que los quería hacer desaparecer se volvían más fuerte, más reales.
Gritos, ordenes, amenazas estaban rondando en mi cabeza, no había nada que los callará no estaba dormido como para despertar de la pesadilla. Me negaba me estaba resistiendo a prestarles atención, el pasado estaba muerto junto con lo que fui en él.
"Escapo tanto de todos que se le olvido que el mejor cazador estaba justo enfrente de él"
Holaaa, lo siento por tardarme tanto en actualizar. Trataré de subir el próximo capitulo en unas horas pero no les prometo nada lo que si es que mañana ya estará publicado.
Gracias por seguir leyendo esta historia, les agradecería mucho su voto.
Besos. L@s quiero.
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La última batalla
Mistero / ThrillerElla quería poder equivocarse sin ser juzgada, ella quería acertar sin ser aclamada. Ella quería poder desatarse de aquellas reglas que dicen hacer al mundo mejor. Ella quería probar la maldad y la bondad sin ser castigada. Ella era una niña obligad...