Capítulo 25

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Literalmente, Megan estaba inmóvil. Por más que le ordenaba a su cuerpo que huyera o haga algo, este mismo no le hacía caso.

Su corazón comenzó a latir rápidamente, lo que le causaba un grave dolor. De repente, su cuerpo comenzó a temblar, pero no de frío.

Sin apartar su mirada de él, pasó su lengua sobre sus labios mientras consideraba que hacer; escapar o luchar.

—Hola, Zoe.— la voz de Deathstroke retumbó en su mente como un infinito eco— Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te ví. Has crecido mucho.

Su sangre pasó de estar helada a hervir de furia. El cinismo que había utilizado Slade Wilson al hablar le provocó aquél sentimiento que rogaba jamás poseer; la sed de sangre.

En tan solo un parpadeo, alzó su arma y comenzó a dispararle— ¡Hijo de puta!— gritó con voz rota mientras que se le terminaban las balas.

La armadura de Deathstroke frenó todos los disparos, por lo cual no resultó herido. Debido a eso, Megan respiró hondo estando tranquila de que no lo había matado.

—Ese temperamento lo debes haber sacado a tu padre.— se burló de ella ya que tenía la intención de provocarla para que lo volviera a atacar.

Megan apretó con furia sus puños hasta que sus nudillos se volvieron de color blanco.

—A tu madre no la logré conocer, es una pena.

—¡Porque tú la mataste!— volvió a gritar Megan, abalanzándose sobre él. Intentó patearlo, pero con un solo movimiento Slade logró bloquearla.

—Qué decepción, eres débil.— arrojó a la chica al suelo.

—¡Me quitaste a mi familia! ¡Me quitaste mi vida!— bramó poniéndose de pie. En tan solo un segundo ya estaba devuelta en combate.

Usualmente Megan era muy precisa en sus ataques contra cualquier criminal, pero con Deathstroke era diferente. Con tan solo unas palabras logró desestabilizarla, todos los hábiles movientos de combate que había aprendido en el último año los había comenzado a ejecutar con torpeza debido a que no pensaba con claridad. La furia nublaba por completo su mente.

—Todavía te queda mucho que perder.— respondió Slade, interceptando un puñetazo que iba dirigido hacia el centro de su pecho.

A pesar de que Megan pataleaba para que soltara su brazo, Deathstroke la levantó haciendo que el pequeño cuerpo de la chica quedara en el aire.

—Suéltame, carajo.— insultó, pateándolo para que el agarre que ejercía sobre ella cediera.

Ante aquél pedido, Slade decidió hacerle caso. Antes de arrojar a Megan al suelo, quebró su brazo.

—Te aseguro que me vengaré.— dijo la joven entre quejidos mientras que sangre brotaba de las heridas de su boca y frente.

—¿Llevándome a prisión?— preguntó con sarcasmo— Héroes mucho mejores que tú ya lo han hecho, y mira dónde estoy ahora.

Un grave dolor en sus costillas del lado izquierdo de su cuerpo provocó que varias lágrimas se escaparan de sus ojos, probablemente la caída había hecho que se rompiesen.

—Esa no es una buena venganza.— agregó acercándose hacia donde ella estaba— Todos sabemos que esto terminará en una sola cosa, tu muerte.

Usando tan solo una mano, levantó a Megan por el cuello para poder mirarla directamente a sus ojos.

—Tienes la misma mirada de él.

A pesar de que le había comenzado a faltar el aire, Megan no apartó la mirada de él. Obviamente, no quería morir, pero jamás le tuvo miedo a la muerte. Siempre había relacionado a la muerte con la paz, por lo cual nunca pensó que el castigo para los criminales debería ser la muerte misma. Tenía otra visión de justicia, la cual se fundamentaba en el castigo en vida. Y por ese único motivo jamás rompió el código de Batman.

Red Robin and Alcatraz [Tim Drake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora