Red Robin and Alcatraz [Tim Drake]

Capítulo 2

"Salí temprano hoy, iré a la biblioteca General con mis amigas para terminar un trabajo de historia, no me esperes. Ya le avisé a Alfred, nos vemos en la mansión.
-Megan"

Damian leyó el mensaje, que le había llegado hace una hora a su celular, perteneciente a la joven rubia que, poco a poco en estos dos meses que había llegado a su vida, de cierta forma se había hecho su amiga.

Guardó su celular en su bolsillo y se encaminó a la limusina donde lo esperaba Alfred.

—¿Cómo le ha ido hoy en la escuela, Amo Damian?— Preguntó Alfred, emprendiendo viaje.

—Normal.

—Hoy almorzaremos solos, pero en la noche vendrá el amo Dick para cenar.— Informó.

El pelinegro asintió con la cabeza como respuesta, ya se imaginó la migraña que sentiría cuando Dick y Megan se conocieran y empezaran a hablar como loros.

(...)

El atardecer estaba llegando al mismo tiempo que las jóvenes salían de la Biblioteca General de Gotham. Estaban cansadas, habían estado toda la tarde sin parar haciendo aquel trabajo que les había dejado aquella profesora gruñona y exigente.

—Tomemos un café.— Sugirió una de las chicas, la de rizos.

—Pero ya es muy tarde.— Se negó Megan, mientras miraba discretamente a los alrededores, rogando de que ninguna de las personas sea un posible ladrón.

—¿Y?— Inquirió Miley, mientras jugaba con uno de sus rizos esperando a que el semáforo diera rojo para poder cruzar la calle.

—Es peligroso.— Contestó obvia.

—Puedo llamar a mi padre para que nos venga a buscar, ¿Tu que dices, Sasha?

La recién nombrada asintió con la cabeza.

—Si es así...— Megan aceptó su propuesta, parecía paranoíca pero realmente era peligroso andar solas en Gotham y, aunque le duela admitirlo, aún más siendo mujeres.

Las tres siguieron caminando tranquilamente ya que las calles todavía seguían pobladas, pero vaya sorpresa se llevaron cuando vieron a un grupo de gente correr calle abajo como si de una estampida se tratara.

—¿Qué mier...— Sasha no pudo terminar de formular su pregunta, el sonido de disparos habían inundado los oídos de las tres.

—¡Corran!— Exclamó con euforia y terror Miley al ver que hombres con máscaras de payasos eran quienes disparaban.

Sasha se había quedado estática en su lugar debido al impacto pero, rápidamente, sus dos amigas la tomaron del brazo para comenzar a correr.