Capítulo. 42

35 9 25
                                        

[Narra Tae]

— ¿Dónde estoy? —

La cabeza me duele a horrores y todo me da vueltas, abro los ojos pero la luz del lugar es intensa que me obliga a cerrarlos de nuevo, abro los ojos lentamente acostumbrandome poco a poco.

Observo al lugar detenidamente y caigo en cuenta que estoy en mi habitación, la cama, los muebles, las cortinas todo es exactamente igual a como lo recuerdo.

— Cariño ¿Estás despierto? —se escucha una voz femenina detrás de la puerta

No puede ser, ella es....

Mi madre entra por el marco de la puerta con una enorme sonrisa y una bandeja con agua y una pastilla.

Mis ojos se inundan de inmediato dejando escapar algunas lágrimas que deslizan lentamente por mis mejillas, me levanto de la cama con los ojos al límite.

— No cariño no te levantes, ayer llegaste muy borracho —mi madre deja la bandeja en la mesita de noche

No puedo creer que ella esté aquí hablándome con su voz tan tranquila y amorosa, con esa sonrisa tan cálida que siempre me brinda cuando me encuentro mál.

— Omma —es lo único que sale de mi boca antes de abrazarla fuerte, mi madre se sorprende un poco pero a los segundos corresponde el abrazo

¿Que está pasando?

¿Acaso todo lo que viví en este tiempo solo fue efecto de la borrachera de una noche?

No entiendo nada pero estar en este momento con mi madre es lo mejor que me ah pasado, si esto es un sueño no quiero despertar y si no lo es protejeré al mi mamá cueste lo cueste.

— Mi hijo, tan guapo como siempre —nos separamos del abrazo, ella sostiene mi rostro y me sonríe— Vamos tomate eso, dúchate y baja a desayunar, Jimin y tú padre nos esperan.

— ¿Jimin? —cuestiono sorprendido— ¿Jimin está aquí?.

— Así es, estabas tan borracho que el tuvo que traerte a casa y como ya era tarde se quedó a dormir —me explica mi madre— Date prisa te esperamos abajo.

Mi mamá sale de la habitación, dejando en silencio el lugar, aún no se que está pasando pero todo esto es una locura, tal vez la resaca me tiene confundido.

Después de unos minutos, ya cambiado y aseado, bajo las escaleras no muy convencido de lo que encontraré abajo, voces y risas comienzan a escucharse mientras más bajo, al llegar al lumbral de la cocina observo a mi padre sentado en la cabeza de la mesa, con su clásico traje gris, los lentes redondos y libreta la mesa, a mi mejor amigo a un costado de emo padre con una camisa negra su cabello alborotado y su clásica sonrisa, un poco más atrás mi madre sirviendo comida.

— ¡Hijo! ¿Te sientes mejor? —cuestiona mi padre

— ¡Tata! —grita Jimin levantándose de su lugar acercándose a mi— No vuelvas a tomar de esa manera, pesas mucho y dices muchas incoherencias cuando estás ebrio —me abraza por encima de mi hombros— Además, estuviste muy coqueto anoche— susurra levantando sus cejas coqueto 

— ¿Coqueto yo? —cuestiono sorprendido

— Dejen de hablar y vengan a comer —nos llama mi madre Jimin se aleja y toma su asiento de nuevo.

Me quedo unos segundos parado observando la escena frente a mi, algo en mi corazón crece y un sentimiento de felicidad invade todo mi cuerpo al ver a todos mis seres queridos reunidos en una mesa a punto de desayunar.

SobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora