《 10 》

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-¿Esto cuenta como una cita? - dijo sonriendo levemente mientras desenvainaba a Bichen 

-Debes practicar... Wen Chao juega muy sucio y lo sabes - dijo luego de aclararse su garganta, volviendo a su postura de inicio 

- ¿Su majestad quiere que yo gané? - le preguntaba sin dejar de mirarlo 

-Cállate ...esta vez no te ayudaré- dijo con una sonrisa ladina, refiriéndose a aquellos golpes en el piso que dio con sus pies la primera vez que lucharon. Los golpes del príncipe eran mas agresivos y certeros, se movía con mayor velocidad intentando no hacer ningún ruido 

-¿Por que aun estas tan enojado?- musitaba con dificultad Lan Zhan intentando esquivar sus ataques

-No estoy enojado, estoy frustrado- dijo el príncipe, aumentando la velocidad de sus movimientos, haciendo mas complicado para Lan Zhan seguirle el paso 

-Basta - dijo en un tono fuerte que hizo detener a Wei Wuxian de un golpe, con la espada sobre su hombro derecho, sin notar que lo había lastimado, dejo caer la espada y se fue corriendo hasta donde estaba

~Lo siento~ le dijo mientras veía el corte no tan profundo sobre su piel~ no fue mi intención~ dijo con los ojos cristalizados mirándolo esperando alguna reacción de su parte 

-¿Por que estas tan frustrado? - dijo tomándolo de las muñecas con el ceño fruncido ignorando por completo que este lo había herido, su mirada parecía viajar hasta sus pensamientos mas profundos y lo hacia sentirse tan expuesto

-Suéltame- dijo mientras luchaba contra su fuerza, él finalmente lo soltó y el simplemente se dejo caer sobre su pecho  ~ él debería morir por lo que te hizo~ dijo apretando los dientes sin levantar su cabeza 

- No me interesa vengarme, no vivo del pasado, ni guardo rencor - dijo mientras acariciaba su cabello con cuidado

~ Ese es tu problema...argh~ dijo separándose de nuevo con la rabia inyectando su mirada 

-Dime...¿Qué pasa? ¿Por que dices eso ahora?- le dijo acercándose de nuevo, tomándolo esta vez del rostro para que lo encarara 

-Q-quisiera...que me escucharas - confesó en un tono suave, sin apartar la mirada, aun sintiéndose muy avergonzado pero decidido 

-¿Quien dice que no lo hago?...solo que lo hago de manera diferente a los demás- dijo ahora estando a centímetros de su rostro - como esta voz que oyes, es solo para ti - le dijo encantado con la expresión que estaba provocando en el otro - siento las vibraciones de tu risa, como el viento se modifica con el tono de tu voz...como cambia cuando estas nervioso, siento tus jadeos... muero por escuchar tus gemidos- susurró lo ultimo mirándolo como un cazador a su presa.

-¡Basta!- dijo completamente avergonzando de sus palabras, cerrando sus ojos con fuerza, intentando empujar su cuerpo, alejándolo sin éxito, pues lo tenia rodeado fuertemente con sus brazos, aquello fue la gota que rebasó el vaso, Lan Zhan no pudo aguantar más y calló su queja con un beso. Su primer beso, el primero de los dos, aunque eran algo torpes era mas el deseo reprimido y la química que tenían, quien los guiaba en ese momento. La cabeza del príncipe daba vueltas y no podía pensar en nada más que los labios suaves y húmedos sobre los suyos, sintiendo como su piel ardía en el contacto con con los dedos de Lan Zhan que viajaban desde sus hombros hasta su espalda, posándose finalmente sobre su cadera pegando mas el cuerpo ajeno al suyo, agradeciendo mentalmente que lo sostuviera entre sus manos porque sus piernas temblaban y sentía como si pudiera derretirse allí mismo. 

-Abre la boca- susurró en los labios ajenos y pudo jurar que su cuerpo vibro como respuesta aquello, haciendo lo que le ordenaba, mientras que Lan Zhan se deleitaba con aquella expresión tan erótica, pasando su pulgar por el labio inferior - eres demasiado peligroso- dijo frunciendo el ceño ahora con sus orejas cubiertas de aquel color carmesí, que denotaba que estaba al borde - demasiado lascivo- esta vez su voz salió mas ronca a causa de la lengua de Wei Wuxian asomándose para luego morder suavemente el dedo que tenia aun allí

~ llévame a mi habitación ~ dijo lentamente y  temblando, Lan Zhan besó de nuevo sus manos y lo tomó entre sus brazos, mientras que el príncipe escondía su rostro en el cuello ajeno, sin importarte realmente lo que dijeran de ellos...

igual era muy tarde,

igual no había nadie, 

igual ya todos lo sabían y si no, 

lo suponían

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