Eight

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—Reúnanse.—Ordenó a la Profesora Grubbly Plank.

Theodore se puso de pie en la parte trasera, levantando perezosamente sus pesados párpados para mirar lo que parecía un montón de ramitas. Sus ojos deambulaban por un rato cuando caen sobre la chica Hufflepuff que saltaba en su lugar, con el fin de echar un vistazo a lo que el profesor estaba mostrando.

Theodore se esforzó por no sonreír, pero cuando se dio cuenta de lo enojada que se veía Aurelia. Su boca se torció en una esquina.

Aurelia se giró en su lugar para encontrar al chico Slytherin riéndose de ella. Las mejillas de Aurelia ardían en vergüenza mientras fingía mirar hacia otro lado. Sonriéndose a sí misma, Aurelia caminó lentamente hacia Theodore y se detuvo junto a él.

—Es bastante divertido verte sonreír.—Dijo Aurelia, mirando directamente al enjambre de estudiantes.

—¿Por qué?

—Porque apenas sonríes.

—Sí, simplemente no puedo mantener esa sonrisa forzada en mi cara como tú—Theodore replicó, poniendo los ojos en blanco.

— ¿Quién dijo que es forzada?—Aurelia sonrió, finalmente giró para mirar a Theodore.

—¡Es obvio!—exclamó Theodore—¿Cómo puede una persona sonreír cuando otros lo insultan?

—La gente siempre dirá algo; su trabajo es hablar—Aurelia se encogió de hombros, doblando sus brazos sobre su pecho—Si sigues llorando sobre la misma cosa una y otra vez, se apoderará de tu felicidad y te quedarás con recuerdos inquietantes.

Theodore miró fijamente a la chica; tratando de mirar dentro de su alma pura.

—¿Qué?—Preguntó Aurelia, agitando sus manos delante del chico cuyos orbes azules eran agujeros aburridos dentro de su alma.

—¡Señorita Potter! Y Sr. Nott, me gustaría que ustedes dos se concentraran en la clase en lugar de tener una sesión de chismes.

Aurelia se mordió el labio y corrió hacia donde estaba el profesor, esta vez empujando a los estudiantes para tener una visión clara del profesor. Harry le disparó una mirada 'tenemos que hablar' haciendo que Aurelia mirara sus pies. Típico hermano sobreprotector, Aurelia se mofó mentalmente.

Al oír la campana resonando, los estudiantes se escabulleron a sus respectivas clases.

— ¿De qué estabais hablando Nott y tú?—Harry preguntó, corriendo detrás de su hermana que se dirigía a la torre de astronomía para su próxima lección de astronomía.

—Solo una pequeña charla.—contestó Aurelia, volteando mentalmente los ojos.

—¡Harry, despacio!— Ron jadeó, corriendo a su mejor amigo.

Al entrar, la profesora Sinistra dio la bienvenida a los estudiantes mientras todos se reunían frente a ella. El sol se estaba yendo lentamente y pocas estrellas eran visibles en el magnífico cielo.

La profesora Sinistra dividió a los estudiantes de acuerdo a sus casas y les entregó un pergamino para anotar el movimiento de varias estrellas. Aurelia se mantuvo a distancia mientras los otros dos Hufflepuffs peleaban sobre quién sería el primero en probarlo.

—Potter.—Aurelia se giró en su lugar para encontrar a Theodore.

—¿Sí?

— ¿Nos vemos mañana?—preguntó Theodore, mirando hacia Aurelia mientras podía ver sus ojos de avellana brillando.

—Sí, si quieres completar el ensayo rápidamente.—Contestó Aurelia—y no tendrás que ser mas visto conmigo.

Theodore se sintió triste. Triste sería un eufemismo. Estar con ella era el único momento que le gustaba, pasar tiempo con sus amigos nunca realmente le importo, Ellos sólo se divierten.

—Bien—Theodore respiró con un corazón pesado.

[...]

—Montones y montones de tarea.—Suspiró Ron, bajando su pluma. El trío estaba sentado en el gran Salón completando su tarea.

Aurelia pasó delante de ellos, saludándolos con una pequeña ola.

—Aura.—Harry llamó causando que la pequeña potter se acercara a él—¿Puedo copiar tu tarea de astronomía?

—Harry eso está mal—Hermione protestó, dándole a Harry una mirada severa.

—No lo he terminado—Aurelia dijo, dando una sonrisa de dientes.

La cara de Harry cayó y también la de Ron.

—Me voy a la biblioteca. Adiós—Al entrar en la biblioteca, el olor de los libros invadió la nariz de Aurelia.

Al ver al misterioso, como a Aurelia le gustaba llamarlo, mantuvo su libro sobre la mesa con la esperanza de llamar la atención del chico. Theodore no levantó la vista de la foto que estaba mirando, Aurelia se acercó a él y miró por encima de su hombro. Una mujer que parecía de unos 30 años estaba sonriendo a lo que sería una cámara mientras su cabello castaño volaba por toda su cara. Al igual que Theodore, ella tenía unos fascinantes ojos azules.

—¿Es esa tu madre?—Aurelia sonrió causando que Theodore volviera a la realidad. Metió la foto dentro de su libro y miró a Aurelia que le sonreía.

—Sí.—Asintió.

—Ella es hermosa.—Aurelia elogió, ganando un asentimiento de Theodore de acuerdo.

— ¿La echas de menos?—Aurelia cuestionó, la sonrisa nunca saliendo de su cara.

—Sí—Theodore admitió , su voz rompiéndose al final.

—Bueno, ¿por qué no le escribes?—Preguntó Aurelia, sentada en su silla.

— ¿Dónde envío la carta a alguien que está muerto?—Dijo Theodore, dejando salir una risa hueca.

—Oh, lo siento mucho, los que amamos no se van, caminan junto a nosotros todos los días. Cierra los ojos y sentirás su presencia. Sentirás su toque maternal.

Theodore miró a la chica antes de que una pequeña sonrisa saliera de sus labios. Estaba seguro de que le gustaba su presencia. Todos estos años nunca se dio cuenta de lo que le faltaba ; una chica con el corazón más hermoso.

—Así es como lo he estado haciendo durante años y confía en mí, funciona—Aseguró Aurelia mientras sacaba su ensayo.

DEAR GOLDEN ❁્᭄͜͡ theodore nott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora