Capitulo 3 : Vivir en el futuro solo te hace perder el presente.

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A pocos días de ser una mujer casada el rey murió, por alguien que decidió traicionar a la corona y por eso estamos bajo investigación, piensan que fui yo por el simple hecho de pronto haber llegado  al Palacio, el rey haya perecido, pero no fue así yo soy inocente y eso sólo yo y mi hermana lo sabemos.

Ver a mi hermanita derramar gotas saladas de sus hermosos ojos por la tortura de los de la realeza hacia ella, me derretía el corazón y llegué hasta el punto que mi mayor anhelo era que lo arrancaran de mi pecho, así como quería la madrastra de la bella joven de labios rojos y piel muy blanca con cabello muy largo que le costaba peinarse donde su horrible madrastra  quería tomar su corazón  para  vengarse por haber robado el amor de aquel príncipe,  el cual la madrastra acosaba con la mirada.

Y recostada en mis aposentos llegó mi esposo diciéndome cosas raras, incoherentes que nunca logré entender pero al fijarme bien en su persona me llevé la gran sorpresa de oler sobre su cuerpo eso que tanto  gusta pero que tanto hace mal, el olor a alcohol impregnaba toda la habitación haciéndome salir de ella para buscar a alguien que le hiciera una limpieza profunda y de paso ordenara alguna de las prendas desorganizada del príncipe.

Mis sueños y mis metas no estaban claras solo me enfocaba en estar presente para mi hermana y buscar unas cuantas monedas para mantener el hogar en pie, ese pequeño hogar que formamos mi hermana y yo. Pequeño,  con necesidad, pero con un gran amor para ofrecernos, esa carta que cambió mi vida aún la tengo guardada como recuerdo de que mi sueño se hizo realidad, no me tengo que preocupar por lo que nos falta ni tampoco por lo que debe de pasar.

Solo yo había tenido el privilegio de mirar aquellos ojos que me gustaron tanto, que se llevaban mis pensamientos todo el rato, había sido la única que pudo percatar los sentimientos más profundos del heredero, los sentimientos más fríos y calculadores que jamás haya visto.

El Cristal De Los SiglosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora