Capítulo: 11 Confiar y amar bailan al compás de las melodías románticas.

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El pergamino era muy antiguo y por lo poco que pudimos leer nos trajo un gran alivio.

El cristal de los siglos no se rompía tan fácil, solo aquel, poseedor de un corazón puro podía  destruirlo. Al menos un por ciento de nuestra preocupación fue disminuyendo.

Pero no todos es color de rosas, este año precisamente el cristal de los siglos se destruiría por la persona menos indicada a la vista de los necios, pero la más indicada  a la vista de los sabios. El corazón y alma de esa persona era tan puro, tan noble, que tenía el poder para bien o para mal de destruirnos. Me asustaba que fuera mi hermana porque ella tiene una pureza e inocencia impecable , empezaba a tener bastantes temores en mi vida y eso no era bueno.

Un niño de madera vivía con su padre, y era el niño más miedoso de todo el vecindario, cada vez que se asustaba le crecía la nariz pero cuando el niño se tranquilizaba  esta volvía a su tamaño normal. Una noche estaba tan asustado que su nariz creció metros y metros hasta salir de la casa y meterse en un agujero de un árbol. Un leñador estaba pasando y con la sierra estaba cortando cuando corto la nariz de aquel niño y sin darse cuenta acabo con esa vida inocente. O al menos eso era lo que decían los que trabajaban conmigo limpiando suelas.

Es bueno tener  un poco de miedo de perder a una persona y que  esa persona tenga miedo de perderte, eso significa que te quieren, que no estás sola, que tienes a alguien en quien confiar.

El Cristal De Los SiglosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora