IV

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Hola <3 Las piñas actualizando Reputation!! Sabemos que hemos tardado bastante en subir, pero estamos de vacaciones, dadnos un respiro ;)

También aprovechamos para daros la noticia de que a partir de ahora (de momento) los capítulos serán individuales; es decir, uno por chica. Esperamos que no os disguste jaja

Bueno, sin más preambulos, disfrutad del capítulo, votad y comentad si os ha gustado!!

Besitos de piña ♡
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DEMI.

La esperada fiesta del putero de Tom Archibald se encontraba en pleno apogeo.

Demi observaba desde una cómoda cheslong de terciopelo rojo aquel espectáculo de hormonas, alcohol del caro y locura con una media sonrisa dibujada en su rostro.

Le dio un largo sorbo a su delicioso cóctel Blue Hawaii y de forma instintiva se relamió sus labios cubiertos en un intenso pintalabios color fucsia mate, los cuales estaban algo hinchados y rojizos por lo que acababa de ocurrir en ese mismo sillón.

Si a la rubia le preguntaran qué era lo que más le gustaba de formar parte de la crème de la crème neoyorquina, sin duda sería la intensidad con la que sus integrantes vivían el momento. Adoraba su estilo de vida.

Los jóvenes de la élite en el Upper East Side tenían la palabra fiesta tatuada en las venas. Lo llevan todo al límite, a un nivel inexplorado para el resto de la sociedad.

Las típicas actividades que se llevan a cabo en una fiesta de adolescentes ordinarios le parecían de lo más mediocres a la joven modelo. ¿Birra-pong? ¿Verdad o desafío? ¿Streap Poker?

No eran más que estupideces a los ojos de Demi. En aquella fiesta no se bebía cerveza de garrafón en vasos de plástico rojos, tampoco se hacían apuestas a menos que la pasta involucrada superara los mil dólares, y cosas como "verdad o desafío" eran innecesarias en aquél mundo elitista, ya que hasta el más mínimo trapo sucio salía a la luz tarde o temprano, por muy bien escondido que estuviera.

En vez de todas aquellas simplezas, camareros ceñidos en elegantes smokings se paseaban por la atestada sala ofreciendo copas de caro champagne burbujeante a los invitados, había una barra de cocktails dónde podías encontrar los combinados más exóticos y deliciosos que jamás hubieras probado, situada en el núcleo del lugar se encontraba una gran pista de baile cual suelo estaba iluminado por miles de luces neón y una inmensa cantidad de adolescentes cegados por el desenfreno, la locura y bajo los efectos del alcohol movían su cuerpo al ritmo de la escandalosa música vestidos en sus ropajes más caros.

Unos largos dedos que se posaron en la mejilla de Demi la obligaron a fijar su mirada en los ojos azulados del guapísimo River Dawson, quien la observaba con el ceño ligeramente fruncido.

- ¿Te pasa algo, nena?

La rubia negó con la cabeza: - No, solo estaba pensando en cosas mías, nada importante.

River ladeó una pequeña sonrisa y atrajo más el cuerpo de Demi hacia su estructural torso de atleta por el que más de la mitad de las féminas del Upper East High suspiraban.

- Bueno, ¿por dónde íbamos? -El chico del millón de dólares acarició de forma un tanto provocativa con las yemas de sus finos dedos el muslo de su novia, levantando un poco el dobladillo del carísimo Valentino plateado que lucía la joven, el cual enmarcaba a la perfección todas las curvas de su cuerpo-. No sabes lo que me pone ese vestidito que llevas... Es jodidamente sexy -susurró muy cerca de su oído, con su cálido aliento rozando su mejilla, hecho que provocó que el cuerpo de Demi se tensara y se le erizara el vello de cada centímetro de su piel.

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