X

175 16 0
                                    

BROOKE

— Señorita Brooke, tiene correo— anunció Adelaine entrando en la habitación de la joven mientras echaba un vistazo a un sobre color miel.

—¿Es de papá?- preguntó la joven con emoción. Su padre le enviaba cartas muy a menudo poniéndola al día de todo lo que ocurría en Los Ángeles. A pesar de la existencia de diferentes redes sociales, las cartas tradicionales era algo que hacían padre e hija desde que ya no vivían en la misma casa.

— Me temo que no... parece una invitación de cumpleaños como las que mandabas cuando eras pequeña.

—Y tanto... Bueno, cuéntame, ¿qué dice?

—Al parecer la señorita Audrey Pevensie la invita a su fiesta de cumpleaños, que se celebra... ¿hoy?—dijo Adelaine mientras leía la carta.

—Sí, Adelaine, que no te sorprenda que llegue el mismo día de la celebración, porque viendo las formas que tiene, no es de extrañar que avise con tan poco tiempo de antelación.

—¿Se lleva mal con la señorita Pevensie?

—Por favor, Adelaine, no se merece ese trato de formalidad... Creo que la respuesta es obvia- respondió con una falsa sonrisa—Hazme el favor de llamar a Natalie y decirle que me pase a buscar cuando este lista- añadió mientras apuntaba el teléfono de la neoyorquina en un papel y se lo entregaba—Yo me voy a la ducha.

◌ ◌ ◌ ◌ ◌ ◌

Mientras Brooke Hallaway acababa de retocarse delante del espejo, una Natalie muy arreglada entró en su habitación.

—Uh nena, que guapa -le alagó la rubia mirándola de reojo —¿Va a ir Hugo o algo? —añadió ella con una sonrisa pícara.

Natalie sonrió ligeramente y se desplomó en la cama de la rubia.

Enseguida, Brooke recordó que su amiga le había dicho que Adrien y ella habían cortado y su sexto sentido le hizo creer que Hugo había tenido algo que ver.

—Venga, ya me estás contando.

—No me digas como, pero Adrien se enteró de lo de Hugo... se enfadó y se puso en plan posesivo. Por un lado lo entiendo-empezó a decir Natalie algo triste—Y le dejé yo pero es que...

—¿Qué se puso en plan posesivo? ¿Pero ese gilipollas de qué coño va?— gritó la rubia sin dar crédito a lo que oía- Mira Nat, cariño, te lo podría decir con delicadeza para que no te afectase tanto, pero no creo que él sea el chico más fiel del mundo, ni siquiera en cien metros a la redonda.

Brooke se sentía mal por no contarle la verdad tal cual la vio ella en la fiesta de Tom Archibald, pero tampoco le apetecía tener que ver a su amiga con mala cara por culpa de su ex.

—Bueno B, después de cinco años de relación me parece un poco fuerte que me digas eso.

—Te lo digo justamente, porque los chicos como él, tras cinco años de relación les apetece probar cosas nuevas

—Brooke espera, espera...

—Natalie, no le des vueltas, ¿vale? Además ahora no es momento de ponerse a pensar en eso. Lo hecho, hecho está y ya no se puede volver atrás. Da igual lo que hiciera o no porque ya no sois novios—aclaró la de Los Ángeles.

Nat sonrió con dulzura a la rubia, que intentaba de la mejor manera alegrar a si amiga y hacerla pensar en otras cosas.

—Además tía, ¡hay fiesta hoy! No quiero verte con esa cara de culo en lo que queda de día, ¿vale?—dijo retirándole un mechón de pelo de la cara, a lo que Nat asintió—Encima no le puedes copiar la cara a la chica del cumple, a ver si se nos pone celosa eh.

ReputationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora