| Trece

852 132 5
                                    

—¿Qué estás haciendo aquí? —hablo sorprendido, esperaba todo menos a Jiang Cheng

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué estás haciendo aquí? —hablo sorprendido, esperaba todo menos a Jiang Cheng.

—Vine a que termináramos de ensayar.

Wei WuXian se hace a un lado para dejarlo entrar.

Jiang Cheng entra con confianza y sigue a Wei WuXian a la cocina, deja la comida y el café en el mesón.

—El ensayo no es hasta más tarde en casa de HuaiSang.

—En realidad, hoy solo seremos tú y yo —su mirada viaja desde la cara de Wei WuXian hasta donde termina su cuerpo, es demasiado consciente su falta de ropa.

—Esto es peligroso, ya nos metimos en problemas con la ropa puesta. —¿A que te refieres con que solo seremos tú y yo? —entró corriendo a su habitación para cambiarse.

Jiang Cheng solo rio al verlo. —Le dije a A-Sang que tú y yo necesitábamos practicar más a solas.

—¿Qué hiciste qué?

—Mi canción. Tú canción. Necesitamos que mejores, no seas mal pensado.

—¿Tal vez solo será trabajo? —toma la bolsa que ha traído Jiang Cheng, adentro hay una variedad de panecillos.

—¿En serio me trajiste desayuno? —hablo con su rostro sorprendido.

—¿Si? Trabajaremos todo el día es mejor que tengas tu estómago lleno —tomo la bandeja de tazas de café para tomar una y ofrecerle una a Wei Wuxian—. No sabía si te gustaba el café negro o mezclado con otras cosas, traje varios.

—Jiang Cheng en persona me trajo desayuno y café —soltó una risa—. Espera a que la prensa se entere de esto.

Jiang Cheng puso los ojos en blanco mientras que él suelta una risa.

—Está actuando como si no fuera gran cosa, pero esto es una prueba en que Jiang Cheng se esfuerza en hacerme feliz, no creo que él haga esto por alguien más.

—Si hubiera sabido que te iba a hacer feliz, tal vez te habría comprado un panecillo anoche.

—Lo que preparaste para mi fue más que suficiente —siente los ojos de Jiang Cheng sobre él mientras toma uno de los panecillos.

En diez minutos, lo frío que se sentía su departamento se convirtió en un calor abrasador teniendo a Jiang Cheng ahí.

—Entonces, ¿estas aquí para trabajar la canción? ¿Y eso es todo?

—¿Por qué otra cosa estaría aquí, loto?

—¿Para acostarte conmigo?

—No necesito panecillos para eso. Y además, ¿esa es la forma de hablarle a alguien que te trajo desayuno? Tal vez solo estaba siento amable.

—Lo dudo mucho. —Lo dice el hombre que anoche me dijo que las citas para cenar no son lo suyo.

—No lo son.

♪ 𝐔𝐧 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐃𝐞 𝐑𝐨𝐜𝐤𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora