Capítulo 03: El misterioso caballero.

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Un caballo negro, creado de sombras, surcaba los cielos con sus ojos amarillos centelleantes, descendiendo lentamente hasta posarse bajo un frondoso árbol. Las auras brillantes y oscuras se desvanecieron por completo, dejando a la princesa Diana arrodillada, abrazando al abuelo de Félix, mientras Alexis rodeaba con sus brazos al niño. Consumido por la rabia y la pérdida de control, Félix golpeó el árbol, haciendo que las hojas cayeran y su poder oculto se desvaneciera, y al abrir los ojos, recuperó su color natural. Los collares con el caballo blanco también desaparecieron.

—¿Qué... qué ha pasado?. —Murmuró Félix, exhausto, mientras se acercaba lentamente a su abuelo y lo abrazaba con fuerza. —Voy a vengarme por esto... —Susurró con determinación.

—No creo que sea una buena idea... —Respondió Alexis con calma, mirando al cielo y exhalando profundamente. —Si deseas venganza, ¿Por qué no entrenas?, Posees un poder oculto que podrías dominar. Pero quiero que desarrolles tus habilidades no solo por venganza... Has causado la muerte de personas inocentes.

—¿Eres idiota? ¡¿Por qué dices "inocentes"?. —Exclamó Félix levantándose, mirando hacia su abuelo y comenzando a cambiar el color de sus ojos nuevamente. —¿Por qué estás del lado de ellos? ¡¿Por qué?!. —Siguió exclamando, cerrando los puños con demasiada fuerza. —¡¿No eres del Reino?!, Para mí, todos los que viven en ese lugar son los malos.

—Tranquilo… Aquí nadie es malo —Susurró la princesa Diana. —Esas personas fueron controladas. —Se acercó lentamente hacia el chico abrazándolo, juntando su mejilla con la de él. —Si tienes que atacar a alguien, que sea a mí. —Se separó de él, poniéndole un collar con forma de corazón, mitad blanco, mientras ella se ponía el mismo pero de color azul. —Si llegas a perder el control de tu poder, este collar empezará a palpitar y estaré contigo para lo que necesites. —Dio una leve sonrisa, acariciando el collar en el cuello de Félix.

—¡N-No seas tonta! ¡No voy a caer tan bajo! —Exclamó el niño, intentando quitarse el collar pero recibiendo una descarga eléctrica. —¡¿Qué?! ¡T-Tiene que ser una broma! —Siguió quejándose, intentando quitárselo, pero cada vez que lo intentaba, sus manos se quemaban.

Rápidamente, la princesa tomó sus manos con suavidad, conteniéndolas mientras sonreía dulcemente.

—No te lastimes más… Además, si intentas liberar todo tu poder, terminarás lastimando a muchos inocentes, como la última vez. —Susurró, sin soltar sus manos, mientras observaba las heridas en las manos del niño. —Así que mantén la calma. —Con sus dedos, acarició las manos de Félix para calmar su furia.

—Está bien... Aceptaré entrenar contigo. No quiero buscar venganza... Tal vez en el futuro conozca gente con la que encaje, y quiero protegerlos a ellos. —Susurró, cerrando los ojos y dejando escapar unas lágrimas.

—Tranquilo... Ahora estaré contigo. Es la primera vez que conozco a alguien de mi edad... Intentemos llevarnos bien, ¿Entendido?. —Susurró más, abrazando nuevamente a Félix.

El maestro Alexis estiró su mano hacia el tronco del árbol y con la palma de la mano invocó un ave, haciéndola girar como un remolino para abrir un agujero, exhalando un profundo suspiro.

—Hasta aquí... Tu abuelo necesita descansar. ¿Te parece? Nadie lo molestará... —Miró a la princesa Diana y al niño con tristeza.

—Está bien… —Susurró el niño, soltándose de las manos de la princesa. —¿Podremos regresar a mi casa?, Necesito ir por algo… —Preguntó mirando hacia el señor.

Stray Kids I: RoyaltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora