Capítulo 24 [Final]: Puedo hacer lo correcto.

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Félix saltó de sorpresa al escuchar una voz en su cabeza durante toda la tarde. Bajo el resplandor de las estrellas que iluminaban el cielo, miró a su alrededor y vio que todos dormían tranquilamente. Con sigilo, salió de la casa de madera y corrió hacia el árbol más grande, donde dio un profundo suspiro antes de comenzar a escalar hasta la rama más alta.

Una vez allí, se encogió de hombros y sacó unos panes de sus bolsillos para morder uno mientras contemplaba la noche. El sonido de los grillos llenaba el aire, mientras las luciérnagas iluminaban su entorno. Extendió una mano para dejar que una luciérnaga se posara sobre ella, mientras continuaba comiendo su pan y dejaba escapar un pequeño sollozo.

Una voz suave y femenina lo interrumpió: —¿No vas a dormir?

Un destello azul proveniente de su bolsillo iluminó el collar que sacó. Era un collar con forma de ala de ave que seguía el ritmo de la voz de la mujer. Félix no dudó y se lo puso, sintiendo cómo la realidad a su alrededor cambiaba.

Cerró los ojos lentamente y, al abrirlos, se encontró en un lugar totalmente blanco, con agua cristalina reflejando las hermosas nubes. Sin embargo, al mirar al cielo, se dio cuenta de que no había nubes y aún sostenía el pan en la boca, sorprendido por lo que estaba experimentando.

La mujer comentó con tranquilidad: —Por fin decides escucharme.

Félix miró hacia atrás, tragando fuertemente su bocado de pan, y asintió con incredulidad.

—¿Quién eres tú?. —Preguntó Félix.

—Han no habló de mí la mujer.

Félix, al escuchar ese nombre, negó con la cabeza y tragó saliva antes de ladear la cabeza y sonreír con ternura.

—No, parece que no lo hizo. —Respondió.

—¿Eh?. —Félix quedó sorprendido. —¿Cómo fue eso?

El niño se sentó a su lado y observó cómo con su dedo índice jugaba con el agua, intentando tocar las nubes. Ella solo negó con la cabeza mientras le daba un toquecito en la frente con delicadeza.

—Me dijo que te guiará por un buen camino cada vez que te sientas perdido, solo, o incapaz de continuar. Estaré aquí para ti.

—¿Como si fueras mi mamá?. —Preguntó Félix.

La mujer encogió los hombros al escuchar esa palabra. —Sí, algo así. —Luego, miró fijamente a Félix y sonrió suavemente. —¿Puedo preguntarte algo?

Félix asintió mientras comía su pan. —¿De qué se trata?

—¿Por qué te subiste al árbol más alto?. —Inquirió ella.

El niño miró hacia un lado con cierta timidez. —Verás, Vanessa me enseñó que cuando me siento mal, cansado o estresado, debo subir al árbol más alto por la noche y mirar las estrellas. —Luego, volvió su mirada hacia la mujer, inclinando la cabeza. —¿Eso está mal?

La mujer negó con la cabeza y observó detenidamente a Félix. —No, para nada. Solo escuché desde aquí que tienen una batalla contra Lilith y Xuan. ¿Puedo saber quiénes son ellos?.

—Ni idea… —Félix solo negó con la cabeza.

—¿Estás cómodo recibiendo este entrenamiento con tu hermano?. —Preguntó la mujer.

Stray Kids I: RoyaltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora