CAPITULO 29: EL MEJOR ERROR

2.3K 167 101
                                    

(Escuchar multimedia)
ALYSSA

Siento unas deliciosas sabanas rozando mi piel, unas almohadas de plumas demasiado cómodas, y al abrir los ojos veo que me encuentro en una habitación blanca con detalles en dorado, claramente esta no es mi habitación, me levanto de golpe sintiendo mi cabeza marearse, toco mi frente intentando relajarme, escucho que tocan la puerta e inmediatamente me cubro con las sabanas, veo a Leopoldo entrar con una botella de agua y una bandejita con unas píldoras.

--¿Qué es eso?-- pregunto.

--Para el dolor de cabeza, el mareo y la resaca-- señala cada una de ellas y yo las tomo sin más.

--Gracias.

--No hay de que-- pausa y antes de salir me mira --Dúchate, vendré a dejarte ropa y algunas cosas, en algún cajón debe de haber un cepillo de dientes nuevo--dice y señala el baño, me levanto rápidamente entro al baño y dejo mi ropa caer al suelo, para entrar a la ducha y sentir el agua recorrer cada uno de los espacios en mi cuerpo...

Al salir de la ducha, enredo una toalla en mi cuerpo y me miro al espejo, mis ojeras, mi cuerpo en si, abro los cajones en busca del cepillo dental, abro uno y encuentro cremas y gel, abro otro y encuentro ¡oh mierda! Hay condones y lubricante, finalmente un cepillo dental, después de unos minutos escucho que llaman a la puerta y debe de ser Leopoldo el me traería ropa.

--Deja las cosas por allá, solo no me mires-- señalo el lavabo, lo veo entrar no tiene camisa, solo unos boxers color gris, su cabello esta mojado, y noto un nuevo tatuaje.

--Ni quien quiera verte-- rueda los ojos.

--Lindo tatuaje-- digo y el deja las cosas para sonreírme y acercarse a mi, yo inevitablemente me sonrojo, estamos casi desnudos, y esto es raro, paso mis ojos por su torso desnudo, su abdomen.

--Acosadora-- ríe por lo bajo, señala su tatuaje y yo lo toco delicadamente con mis dedos.

--Es bellísimo-- digo mirándolo con adoración.

--Lo hice por ti, recuerdas la vez que me contaste lo del tatuaje que querías.

--Gracias-- lo miro a los ojos --Eres un buen amigo-- el suelta un bufido.

--Ese es el maldito problema-- me mira y lo miro con sorpresa --¡No quiero ser tu amigo! quiero besar tus labios, hacerte mía y darte todo-- dice para después acercarse a mi tomando mi cuello, su mirada se desvía su mirada hacia mis labios.

--Te habías tardado en decirlo-- tomo su rostro.

--¿Puedo besarte?-- me pregunta y yo solo asiento, este sea quizá el beso más esperado de toda mi vida, llevo meses esperando por este beso, el junta nuestros labios en un salvaje beso, esta lleno de sentimientos, de pasión, desesperación, y al fin esta tensión se rompió, yo coloco mis dos brazos alrededor de su cuello, haciendo que mi toalla pierda seguro y caiga al suelo, el se separa de mi unos segundos para admirar mi cuerpo, rápidamente vuelve a mi toma mi trasero y lo eleva, yo enredo mis piernas en su cuerpo, el después me coloca sobre el lavabo.

Los besos continúan mientras el baja una de sus manos hacia mi intimidad, el contacto con mi centro se siente extraño pero demasiado bien, comienza a mover sus dedos en círculos sobre mi clítoris, arriba, abajo, a un lado, al otro, mi cuerpo esta lleno de placer, el se detiene y yo reprocho, el se hinca ante mi y comienza a lamer mi centro, mientras introduce uno de sus dedos en mi interior y lo mueve lentamente, eso hace que mi cuerpo explote, mi planta del pie se estruja, mis espalda se arquea, muerdo mi labio intentando callar los gemidos pero es imposible... Así que ¿esto es un orgasmo? creo que me hare adicta a ello.

Antes de Decir Adiós (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora