CAPITULO 11: PICANTE

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ALYSSA

Es de noche, se escuchan grillitos, y ruidos extraños los cuales me dan escalofríos y no mentiré también un poco de miedo, recuerdo cuando de chiquita creía que había un monstruo en la ducha y desde ese día mi padre tenia que estar a mi lado para poder ducharme, mi madre se ofrecía pero yo creía que mi padre era mucho más fuerte, aparte confío más en mi padre, el es increíblemente cariñoso y muy consentidor.

Volviendo al tema, es de noche, tengo sed, pero también miedo, que tal si viene un delincuente y me asesina mientras estoy bebiendo agua, ¡que horror!

Decido salir de la habitación, sin hacer mucho ruido y bajar a la cocina, busco por todos lados un baso, y me sirvo agua, mucha agua, mientras la tomo me giro y veo a una figura alta, doy un pequeño salto tirando toda el agua sobre mi, la figura enciende la luz.

--¡Joder!-- exclamo --Casi me da un infarto.

--No es mi culpa-- dice la estatua desinteresado, baja su mirada a mi cara y pecho mojados --Te mojaste un poco.

--Lo sé-- arrugo mis cejas, el detiene su mirada en mis pechos y vientre, al mirar a donde el veo que mi camisa se transparenta, dejando ver mis senos, no son muy grandes pero me incomoda que los miren --Pervertido-- golpeo su hombro.

--No me arrepiento-- pone su sonrisa torcida y engreída.

--Primera vez que sonríes.

--Primera y ultima-- responde subiendo las escaleras.

--Espera por mi, tengo miedo-- corro para alcanzarlo, subimos y sin notarlo lo estoy siguiendo.

--Ve a tu habitación-- ordena.

--Si, l-lo siento-- tartamudeo y antes de cualquier cosa el cierra la puerta en mis narices.

Vuelvo al cuarto, pero no puedo dormir, estoy mirando al techo, moviendo mis pies, decido sentarme en mi cama y mirar a la nada... El resto de la noche no pude dormir, hasta tarde.

Siento una mirada, al despertar veo unos ojazos verdes mirándome.

--¡Dios, tienes la manía de asustarme!-- ahogo un grito.

--Yo no te asusto, te asustas sola-- dice y veo que trae una camiseta pegada la cual define su cuerpo muy bien, a mirar abajo me encuentro con una sorpresa, trae puestos unos boxers los cuales marcan todo, ¡y cuando digo todo es todo!

--¿Qué haces aquí?-- pregunto adormilada.

--Me dijeron que te despertara hace un buen rato-- pausa --No lo hice, te veías muy cómoda.

--¿Qué hora es?-- miro mi reloj, ¡mierda! son casi las 3pm --Es tardísimo.

--Lo sé, ahora arréglate que saldremos a comer-- dice cerrando la puerta tras de el.

Me levanto algo desubicada, voy al baño y al mirarme al espejo, noto que parezco un zombie, ¡que vergüenza! me vio de este modo... me encorvo, quito mi ropa y entro a la ducha, después me coloco, una playera blanca, un vestido, un suéter, unas medias y unos tenis, para después salir de la habitación.

--Hola, buenas tardes a todos-- digo.

--Hola cariño-- me abraza mi padre.

--Buen día-- dice Sofia.

--¿A donde planean ir?-- pregunto.

--Iremos a comer, solo estábamos esperándote-- dice mi padre.

--Es un restaurante elegante, te recomiendo que te cambies-- propone mi madre.

--Yo la ayudo a cambiarse-- Sofia me jala del brazo, y me lleva a su habitación, saca algunos vestidos y los pone sobre su cama.

--¿De quien son los vestidos?-- pregunto.

--Veras, Leopoldo solía traer montones de chicas a este lugar, ellas muchas veces dejaban sus pertenencias y pues son estas-- pausa y nota mi cara sorprendida --Están limpias.

Toma un vestido el cual no me queda, otro me queda grande, otro no se me ve bien hasta que encontramos un vestido negro, pegado a mi cuerpo y por fin acabamos.

En el restaurante no pude evita ver a toda esa gente, se ven tan sofisticados, tan relajados, siento que mi sola presencia los aturdirá.

Nos llevaron a una mesa, Leopoldo llegaría más tarde, y nuestras familias están en una mesa aparte de donde la estatua y yo estaremos, estoy sola un rato hasta que veo a Leopoldo frente a mi, se ve jodidamente apuesto.

--Hasta que llegas-- rudo mis ojos.

Se sienta y pedimos la comida.

--Nunca te veo salir con chicas-- digo.

--¿Y?

--Te puedo presentar a amigas de mi hermano.

--No quiero-- dice y en mi mente se crea una idea.

--Oh por Dios, ¡eres gay!-- exclamo.

--No lo soy, tienes puesto un vestido de una de mis antiguas novias-- dice.

--Es verdad, ya me había emocionado-- bufo --Dejare el vestido solo me lo presto tu madre.

--Da igual se te ve mejor a ti-- Dice y siento un cosquilleo en mi interior, una especie de emoción y nerviosismo.

Llega la comida, yo pedí pasta y una soda, el ordeno una carne extraña y vino.

--Eso se ve picante-- digo.

--No te daré de mi comida, veo tus intenciones.

--Ni siquiera se me antoja-- aparto la mirada, y nuestros padres nos están mirando.

--¡Ah es muy picante!

--Te dije-- espeto.

--¡Joder!

--Oh no ¿Qué hago?

--Dame agua.

--Em si-- digo y vierto el agua en su cara --Listo, ¿Mejor?

--No-- bufa y me mira molesto.

--Lo siento, en reconciliación te doy de mi comida.

--bien-- dice sin más.

--Es pasta, ten cuidado no nos vaya a pasar como a la dama y el vagabundo-- ironizo, y le doy algo de mi comida en un platito.

HEY ANGELS

Tarde con este capitulo, pero aquí esta :)
Bye besos

TKM ANGELS

Antes de Decir Adiós (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora