Amor de madre 2

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-Seto estoy preocupado por Mai... Por venganza quien sabe de que sera capaz esa maldita perra espacial.-
-Me sorprende en sobre manera escucharte blasfemar contra una diosa, siempre fuiste muy respetuoso con esa parte.-
-Si por que nunca habian atentado contra mi vida o contra la vida de mis amigos, si Mai no hubiera interrumpido a Joey, quien sabe de que seria capas de hacer... Ese par de perros rabiosos, disfrutaron viendote matar a Mokuba Osiris se escondio atras de el, al igual que Isis se oculto para atacar a Mai y la bebé de Joey...-

Yami abrazo a Seto llorando de coraje e impotencia. Isis enfurecida escuchaba todo tras la ventana.

-Asi que soy una perra rabiosa eh?! YA VERAS QUE TAN PERRA PUEDO SER!-

Durante dos dias todo estaba tranquilo aun asi ni Mai, ni Yami bajaron la guardia.

Una tarde mientras salia de compras con su hija, Mai era perseguida por un par de hombres, la rubia al sentirse observada corrio a buscar ayuda pero el policía al que le había pedido ayuda, la avento contra el pavimento.

("-Maldito idiota... No esto es obra de Isis, maldita sea estoy sola, yo sola contra dos... Tres hombres y uno de ellos esta armado."-)

La pequeña solto un ligero sollozo lo que devolvió a Mai a la realidad, tomando a su hija en brazos emprendio la huída.

Los tres hombres la siguieron, mientras el policía desenfundaba el arma, Mai estaba realmente asustada, corriendo a todo lo que daban sus piernas, la bebé podia sentir la angustia de Mai y la miraba con asombro.

El policía disparo el arma, la bala impacto contra el maniquí que estaba a centímetros de Mai, la chica aterrada siguio corriendo, cambiando de rumbo corriendo a la izquierda.

Brincando varios obstáculos llendo hacia la salida, Atem ya estaba afuera del centro comercial, esperandola en su convertible deportivo rojo.

-Hora de irnos.-
-Yami!-

Mai dio un brinco subiendo al auto en la parte de los pasajeros.

-Mai abrochate el cinturón y sujetate fuerte!-

Yami dio marcha al auto, el policía dio varios disparo hacia el auto pero todos dieron a la defensa.

-Mai ¿estas bien?-
-Creo que se me bajo la presión... Pero estoy bien.-

Al llegar a la mansión, Mai se sento en el sofá, estaba realmente cansada, Seto tomo el control del televisor, al cambiar del canal estaba la notícia de la persecución de los tres hombres contra Mai.

Mai miraba incrédula la pantalla, esa era ella? Corria más rapido de lo que ella sentia que corría, recordo que habia saltado pequeños obstáculos, pero esos saltos eran de mas de un metro.

Seto la miro con una sonrisa de lado.

-Tienes la bendición de Bastet... Bastet es la diosa de la maternidad y la familia, te dio el don de la leona, velocidad, agilidad y un muy desarrollado instinto. Por cuestión de segundos esquivaste la bala. En esta guerra no estas sola, debiste de hacer algo muy bueno para que la madrina de Atem decidiera amadrinarte.-
-Amadrinarme? Mas bien a madriarme, no se mucho sobre estos dioses, pero realmente me asustan.-
-No temas... Fui sacerdote y conozco una forma de que agradezcas esta protección, de otra forma estarias muerta y tu hija hubiera terminado siendo sacrificada a la diosa Isis.-
-Bueno supongo que tienes razón... Adelante dime que debo de hacer?-

Seto llevo a Mai a un cuarto gigante, lleno de flores doradas con imagenes de Bastet.

-Este es el cuarto de oración de Atem. Es una replica casi idéntica a un templo de la diosa. Acercarte al altar.-
-¿Por que hay unas tijeras?-
-Cortate un mechon de cabello, solo uno pequeño, derrama esta escencia en el cabello corto, ponte atras del altar y observa el humo...-

Al hacerlo Mai entro en una especie de trance dónde viendo frente a frente a Bastet.

Helado corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora