Suspiros

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Mai miraba embelesada a la pequeña criaturita dormir, sus pequeños ojitos cerraditos, sus labios pequeños y delgados ligeramente abiertos, sus manitas ocultas en un par de guantesitos, Mai habia pasado la noche en el departamento de Joey, se levanto despacio, bostezo y salio del cuarto, no sin antes poner una barrera de almohadas cercando a la bebita.

Joey abrio los ojos, dormir en el sofa no habia sido del todo comodo, cuando vio a Mai salir del cuarto, una blusa de tirantes de color blanco, unos shorts de mezclilla, el cabello alborotado y una carita sin maquillar fue lo que sorprendió a Joey, ver esa carita al natural.

Mai no necesitaba maquillaje para lucir hermosa, realmente lo era... El corazón de Joey latía agitado, de pronto cayo en la cruda realidad que tenia a su alrededor, el departamento apenas y contaba con una cama un baño, y una parrilla eléctrica unos pocos utencilios de cocina.

Se recosto de lado cuando las lágrimas gruesas salian de sus ojos, Mai suspiro al escuchar los sollozos del chico, entro al cuarto saliendo bien arregladita como solo ella sabia lucir sensual y sexy sin caer a lo vulgar.

Dejo a la pequeña en la cama y salio a hablar con Joey.

-No lo digo por lastima, asi que no lo tomes a mal pero eh decidido que deberiamos mudarnos a mi casa, tengo lo indispensable para que la pequeña crezca sin necesidad de carencias.-

-Lo siento Mai pero no puedo aceptarlo yo debo de hacer me cargo de ella.-

-Se realista Weller... No podras hacerlo solo.-

-Tal vez Mai pero...-

Mai lo abofeteo tan fuerte que hizo eco en el departamento.

-No seas estúpido! Tu hija necesita nutrimentos especiales, consultas con el médico, como planeas hacerte cargo de todo tu solo? Si no pudiste hacerte cargo de ti mismo, ¿como planeas cuidarla? Deja tu maldito orgullo machista aun lado, imbécil piensa en tu hija! Necesitas ayuda y si no aceptas la mía, nadie más te la dara, tengo lo suficiente para mantenerla y tu buscaras un trabajo, mientras encuentras estabilidad económica, yo estaré contigo. Una vez que logres reunir lo suficiente, te puedes ir o hacer lo que te de la gana.-

Joey bajo la mirada aunque sabia que Mai tenia razón, el no queria que ella lo viera asi... Tan derrotado y viviendo en la miseria, sin embargo era una buena idea, ademas la pequeña no lloraba cuando ella la cargaba.

-Mai jamás olvidaré este favor... Yo te pagaré de alguna forma.-

-Ya lo hiciste Joey... Supe lo que hiciste en ciudad batallas y lo que arriesgaste por mi.-

-Mai yo...-

-Suficiente de dramas Joey debemos darnos prisa, y sacar la visa de la pequeña, para poder irnos a mi casa.-

-Si y Mai... El dia que te cases, el será el afortunado.-

-Vamonos...-

Mai le dio la espalda y camino hacia el cuarto con una sonrisa triste.

Mai sabía que esa era la única forma de hacer, lo que siempre deseo.

Tener un bebé, ser madre, ser esposa, ese era su anhelo aunque nunca lo aparentaba pues parecia frívola, y que en verdad cuidaba excesivamente su figura.

Pero no era del todo cierto, si bien hacia dietas y ejercicio no era por su cuerpo, si no para mantenerse ocupada, asi no sentiría la soledad de su casa, no soportaba a los animales por eso no tenia mascotas, sin embargo esa rutina de tener duelos, ir al gimnasio, volver a casa... Y sumirse en la oscuridad de la soledad, la volvian loca ya habia perdido las ganas de vivir, tenia dinero y fama, era la modelo de ropa Liverpool, Suburbia e Ilusión, también llego a modelar en Avon y Mary Kay pero su vida estaba vacia.

Tal vez era una forma muy egoista de actuar pero, era la única forma de hacer su sueño realidad Joey tenia lo que a ella le faltaba, y ella tenía lo que Joey no.

Salieron del depa llendo a sacar el pasaporte para la menor.












Con esto de la cuarentena, se supone que tendría que estar descansando, pero mi jefe cree que soy inmortal asi que sigo trabajando por eso no eh podido actualizar...

Por que llego cansado ceno y me duermo, al dia siguiente me doy un baño un desayuno sencillo y orale a chingarle al trabajo, nos leemos en la próxima...

Helado corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora