💀Cripta en la ONU💫

Cap. 6 Familia Mexicana

La noche pasó sin mucho percance, México les había entregado a todos cambios de ropas para que pudieran dormir y otro para el viaje al día siguiente, cabe decir que a ninguno le parecía la idea de usar algo que no fuera su uniforme pero aceptaron tras la amenaza de dejar que sus perros los usaran como cama o mordedera.

Hablando de las bestias, el Eje finalmente conoció a las mascotas del mexicano al momento de despertar. Un xoloescuincle, un jaguar, una serpiente, un quetzal, un águila mexicana, un trío de ajolotes y el famoso Paco; un chihuahua que les hubiera dado risa sino fuera porque se le abalanzó a Italia Fascista directamente a la cara, ninguno de ellos sabe cómo hizo eso, pero tampoco tienen prisa en averiguarlo. México les dijo solo los perros y los ajolotes vivían en la casa, los otros iban y volvían de alguna forma sin que nadie se diera cuenta.

-Todo listo, ¡vámonos!- dijo emocionado el Mexicano después de terminar el maquillaje de sus acompañantes.

En el aeropuerto se encontraron a CDMX y a los "juniors" como les había nombrado México a los hijos del eje.

-Debo admitirlo, el maquillaje es bastante bueno 'apa, ni los hubiera reconocido de no ser que sé quienes son- elogió la capital a su padre.

-Que puedo decir, un par de siglos de experiencia ayudan bastante- sonrió México mientras GN los llevaba al avión donde abordaron de camino a Oaxaca.

Antes de que el Eje pudiera subir CDMX se paró frente a ellos con una cara de molestia.

-Les tengo que advertir, a ninguno de mis hermanos les cae bien ninguno de ustedes, especialmente los estados costeros, el hundimiento de los buques fue un golpe enorme para mi padre y para ellos- les dijo CDMX, pero mirando a los ojos al nazi -Así que no esperen que los reciban con los brazos abiertos-

Reich gruño por lo bajo pero se guardó sus palabras para un lugar menos público, ciertamente tenía que aclarar ese asunto con el padre y los hijos. Sin embargo esto tendría que esperar a que se calmaran un poco las cosas.

Al subir, finalmente, se acomodaron en parejas, URSS con I. Fascista, I. Japonés con CDMX y México con Reich, los otros 3 países acomodándose cerca de ellos en caso de necesidad. Pero sin estar realmente cerca, era dolorosamente claro para el Eje que sus hijos no querían hablarles. México sintió tristeza al ver la escena, como padre sabía como se sentía el que tus hijos te ignoraran, era regacho.

Cuando aterrizaron no tardaron mucho en ir a la casa de la oaxaqueña, México no le había avisado a que hora llegaban para que no fueran a hacer una escena en el aeropuerto así que pidieron un par de taxis, los del eje se estaban comportando mejor de lo que el mexicano se hubiera imaginado pero al mismo tiempo suponía que era normal, ellos eran conocidos por sus regímenes militares, ser serios no era difícil.

-¡Ya llegué familia! ¡Y traigo invitados!- gritó México mientras abría la puerta de la casa.

El efecto fue inmediato; 31 estados se le abalanzaron al país en un abrazo afectuoso, claro que venía acompañado con varios reclamos por no haber estado el día anterior y el susto que les había pegado por desaparecer por una semana en el dichoso derrumbe.

-¡A ver weyes! En fila todos que tenemos compañía- ordenó la capital mientras les pasaba unos trapos con desmaquillante a los revividos.

Mientras que ellos se quitaban la pintura del rostro México habló con sus hijos.

-Miren, ayer tuvimos una reunión de emergencia por parte de la ONU, esto fue porque el gringo y Rusia encontraron a estos cuatro detrás mío, ahora antes que nada; dejen sus armas en el piso que no quiero ningún accidente- advirtió el país.