Intermedio 2. Ángel

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(Título alternativo: Mamá México)

El pequeño italiano abrió sus ojos sintiéndose adolorido, algo a su alrededor estaba haciendo un ruido molesto y muy agudo, parecían lloriqueos de un gato solo que más grande. Una suave voz, que no reconoció, comenzó a tararear lo que se podía suponer era una nana para dormir a la criatura.

-Lo siento pequeña, no quería despertarte, es solo que mis soldados volvieron con otros pequeños- murmuró la voz, sin embargo el joven italiano no entendía el lenguaje por completo.

-Son herederos, igual que tú y el otro pequeño, tengo que ponerles nombre pronto si quiero distinguirlos... espero no se molesten porque no tengo imaginación, pero mi antiguo conquistador tampoco la tenía- el tono del mayor era animado, casi juguetón, el pequeño terminó de despertarse y observó a un tricolor que le recordó a su padre.

Un grito de miedo salió de la boca del pequeño.

-Ay diosito santo, ¿'ora, qué pasó?- se volteó el joven, en el centro de su rostro se encontraba el escudo de un águila.

Observó al niño llorando en terror y sintió cómo su pecho se estrujaba. Dejando a la pequeña heredera en la cuna, sacó sus alas, quizá esto le diera al pequeño algo más para ver que el "rostro de su padre".

-Tranquilo pequeño, ya pasó, no hay nada que temer- dijo el tricolor mientras se hincaba y hablaba con una amigable sonrisa. 

El pequeño europeo observó las alas con curiosidad, era la primera vez que veía a alguien con alas de verdad en su espalda, eso lo hizo reaccionar. Este tricolor no era su padre, su escudo era diferente, su voz era agradable, aún si lo confundía. "Un ángel" se atrevió a pensar mientras seguía admirando sus alas.

-{Tú serás Italia}- dijo México mientras franjas verdes y rojas se coloreaban en la piel del pequeño. Su rostro carecía de escudo.

-{¿C-Cómo papá?}- tartamudeó el pequeño temeroso.

-{Estoy seguro de que serás mejor que él}- dijo México con una sonrisa.

La bebé en la cuna decidió que quería atención de nuevo y comenzó a maullar débilmente.

-{Esta pequeña minina será Japón}- el rostro de la pequeña adquirió un centro rojo mientras el mexicano la tomaba en brazos y se sentaba en la cama.

El latino hizo un gesto con su mano para que Italia se sentara junto a él, en cuanto el pequeño country lo hizo México le cubrió con su ala.

-{Cuida bien de tu nombre, es tuyo y nadie puede decirte lo contrario}- aconsejó el mayor.

El pequeño asintió mientras la puerta se abría, dos pequeños se adentraron asustados, detrás de ellos soldados aliados les seguían apuntando con sus armas.

-{Bajen las armas y retírense}- ordenó México con enojo, ¿cómo se atrevían a tratar a dos niños de esa manera?

-{Pero señor}-

-{¡No me replique soldado! Que en este espacio mando yo ¡Así que dejen a las Alemanias en paz! Son solo niños, ¿qué mal podrían hacer?}- replicó México interponiéndose entre los pequeños y los soldados, ambos pequeños adquiriendo los colores de la que sería su bandera mientras se refugiaban debajo de las alas del latino.

"Un ángel" pensaron "un ángel nos está protegiendo".

Ambos soldados se miraron dudosos sin embargo obedecieron.

-{Todo estará bien}- dijo el latino mientras los cubría con sus alas.

México se encargó de cuidar de los pequeños desde ese momento; nadie parecía contento con ello pero el latino se mostraba firme, él les enseñó un poco de cada uno de sus países, había sido socio comercial de sus padres y abuelos antes, sabía lo más básico de la cultura de ellos y eso era más que suficiente para que pudieran afirmar sus identidades como un country.

El crecimiento de los cuatro se vio acelerado, creciendo en meses lo que hubiera tardado años mientras la guerra llegaba a su fin. Todos ellos eran aún jóvenes; sus gobiernos en estado de transición después de haber sido derrotados, pocos aliados comerciales, ellos necesitaban tutores, potencias con los recursos para que pudieran volver a crecer. Alguien que no iba, ni podía, ser México.

El día en que los countries del Eje fueron ejecutados México no se presentó. Él ya había asistido a las firmas de rendición. Su presencia no sería extrañada en ese evento. Tampoco fue solicitada, USA había estado molestando con que ya era hora para que se fuera.

-{Después de este día ustedes ya no estarán bajo mi cuidado}- se lamentó el mexicano mientras se preparaba para volver a su territorio -{No me arrepiento de lo que hice y me enorgullece que pude enseñarles, sean buenos todos ustedes}-

-{¿Nos abandonarás?}- preguntó la nipona llorosa.

-{No, nunca mi pequeña flor de cerezo, aun si estoy lejos no los abandonaré, pero mis condiciones no son la mejores para apoyarlos, otros les ayudarán a crecer hasta que puedan pararse derechos, con la frente en alto, grandes e incluso siendo mejores que sus padres. Y si necesitan ayuda no duden en pedírmela, aunque este al otro lado del océano}- consoló México mientras los abrazaba y cubría con sus alas.

-{¿Aún podremos verte?}- preguntaron los gemelos esperanzados.

-{Los visitaré cada que pueda, y en cuanto podamos, haremos alianzas y eso hará que podamos vernos más veces, aún si la excusa es trabajo}- dijo el latino divertido.

-{Prometemos hacernos grandes y fuertes muy rápido entonces, no queremos perder a nuestro ángel}- dijo Italia conmoviendo a México que solo no lloró porque escuchó pasos en el pasillo.

Soldados estadounidenses interrumpieron aquella tierna escena.

-{Es hora señor, debe retirarse}- indicó uno de ellos.

-Ya voy, como chingan. Nos vemos chilpayates, se cuidan- se despidió el mexicano entregando a cada uno una pluma, era un recuerdo así como una promesa, su ángel estaría siempre con ellos.

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Autora: Esta clase de capítulos son divertidos de hacer, me da libertad de explorar el pasado sin hacer relleno en los eventos principales. A ustedes que les parecen? Por cierto amo poder hacer a México convivir con niños, tan lindo!! Espero les guste y nos leeremos pronto!!

Aún no me decido por ninguna ship o si siquiera habrá una, que opinan?  

💀Cripta en la ONU💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora