Eran un grupo muy grande, pero no bien organizado, ninguno de los miembros se conocían como tal, sus nacionalidades eran distintas y sus idiomas eran igualmente variados, su misión era sembrar el terror a donde fueran o cuando tuvieran oportunidad. Eran anarquistas, negándose a seguir cualquier tipo de autoridad, tenían formas de identificar quién era parte de ellos pero nunca hablaban entre sí para asegurarse de que nadie pudiera traicionar al otro.
Eran terroristas, de la clase que podía meterse en donde sea. Era muy sencillo causar controversia o discordia para ellos. Eran expertos en mezclarse entre la gente ya fuera como personal de limpieza o secretarias, o incluso haciéndose pasar por gente importante.
Quizá es por eso que les había sido tan fácil el adentrarse a un edificio como la ONU. Había sido un momento de genialidad según ellos, algo que causaría terror en masa y pondría a más de una potencia en guardia, quizá alguna guerra se podría desatar y ellos podrían apreciar el caos, viendo a esas personas perder el control.
Sin embargo, no habían esperado ser atrapados.
CIA y FBI los habían capturado; al menos a aquellos que fueron los que desataron el derrumbe en el edificio de la paz. Al inicio habían creído que los engañaron, habían dejado pistas que llevaban a ningún lado, todo era secreto y nada estaba escrito. Era un plan infalible, y así era, hasta que alguien habló.
Nadie sabía quién había sido, todos parecían igualmente culpables de haber sido descubiertos y, a menos que los muertos hablaran, ninguno de los otros pudo haber sido. FBI los había investigado a todos al igual que CIA. Se les declaró culpables en un juicio secreto con un abogado que se les había sido asignado pues nadie más iba a tomar su caso. Nadie les defendería tras lo que habían desatado.
Sin embargo, no solo habían sido esas dos organizaciones las que habían ayudado con la investigación.
-Hiciste lo correcto- comentó una joven organización a una chica vestida de negro.
-Es lo mínimo que podía hacer después de lo que hizo mi hermana, que en paz descanse- dijo la joven con un tono culpable -Desearía que ella no hubiera hecho lo que hizo, le advertí sobre juntarse con esa clase de gente pero ella nunca ha escuchado a nadie-
-Muchos de nosotros solo podemos desear que ciertas cosas no hubieran pasado pero por eso es bueno saber que podemos contar con personas como tú para poder hacer justicia- le consoló la organización mientras la guiaba fuera del edificio.
-Señor SEDENA, ¿podría pedirle al señor México disculpas de mi parte? No creo poder verle a la cara luego de lo que sucedió- la joven murmuró con tristeza y vergüenza.
-Le pasaré tu mensaje, desearía que pudieras decirnos más acerca de este grupo de anarquistas, pero con lo que nos pudiste dar será suficiente para terminar este caso en particular- dijo SEDENA mientras se despedían. La chica rápidamente se perdió entre la gente.
Dando un ligero suspiro el mexicano regresó a las oficinas donde CIA y FBI le estaban esperando para dar su reporte. Realmente no quería lidiar con ninguno de ellos por el momento, pero tenía que, después de todo, GN le había hecho prometer que él se portaría bien con el par mientras investigaban a quienes le habían hecho daño a su jefe.
-{No esperaba que realmente encontraras algo, pero es bueno saber que eres competente}- comentó CIA mientras se acercaba al joven mexicano.
-No empieces gringo, tuvimos suerte de que la chica se contactara conmigo, de lo contrario este caso se hubiera alargado o congelado por la falta de pruebas- le respondió el mexicano mientras buscaba en su "escritorio" la carpeta con el reporte.
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💀Cripta en la ONU💫
FanfictionTras sucesos inesperados México se ve envuelto en una serie de eventos sin precedentes, muertos vuelven a la vida y estos parecen haber desarrollado una obsesión con el latino. Quizás México estaría más impresionado si no viera a otros espíritus vol...