Cap. 11 Padres e Hijos

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Todo estaba en completa calma para cuando los states y los countries regresaron de su viaje de compras. Lo cual sorprendió a todos ya que esperaban caos y destrucción, no a dos tercios del Eje jugando ajedrez mientras que México le explicaba a Reich sobre avances tecnológicos.

-Debo decirte, el internet es uno de los mejores inventos que se pudieron dar, solo debes evitar ciertos sitios que te podrían dejar perturbado... no me mires de esa forma, desde que murieron a la gente se le ocurrieron muchas otras formas de tortura- dijo México bajo la escéptica mirada de Reich.

-{Soy una de las peores cosas que le pasó a la humanidad, ¿realmente crees que existe algo que llegue a ser tan terrible que me afecte fuera de los efectos de ese incienso que hizo tu madre?}- le preguntó Reich sin poder creerle.

-Sabes qué, eso suena demasiado a un reto, te mostraré la cosa más perturbadora que pueda encontrar justo ahora- la sonrisa de México era burlona, oh, no podía esperar a ver la reacción del alemán.

México no tardó mucho en encontrar justo lo que necesitaba en su teléfono y pasárselo a Reich quien solo dio un vistazo rápido antes de lanzarle el celular de regreso.

-{¿¡QUÉ DEMONIOS FUE ESO!? ¡Imperio ven acá en este segundo!}- la cara del alemán era un poema el latino solo podía reír a carcajadas.

-¡No mames wey! Y eso que no te he mostrado cosas más gachas- México no podía con la cara del Eje pues incluso I. Fascista se había acercado a ver.

-{Preguntaría qué demonios tiene mal tu hija y sus habitantes pero después me acuerdo que les cayó una bomba nuclear y se me pasa}- comentó el italiano en shock. No iba a admitirlo pero los dibujos tenían buena calidad para lo que eran... solo que no sabía cómo asimilar lo que estaba viendo.

-{¡Esto es tu culpa 201!}- gritó Imperio haciendo una gran imitación de URSS solo le faltaba el símbolo del comunismo sobre su ojo con lo roja que estaba.

-¡Ora! ¿Cómo que este es mi pedo?- se quejó el mexicano dejando de reír finalmente, los europeos seguían en estado de shock.

-{¡Tú ayudaste a cuidarla!}- acusó la japonesa mayor.

-Sí pero yo no le enseñe a hacer estas cochinadas, su gente solita lo hizo y ella aprendió de ellos- se defendió México.

Fue ahí que los otros se dieron cuenta de lo que estaba pasando.

-{¡¡México-san!! ¡No les enseñe eso! Mamá no es lo que parece, lo que diga no es cierto}- reclamó la nipona menor completamente escandalizada.

Enseguida Imperio volteó a ver a su hija, la pequeña había tomado el celular de sus manos rápidamente por lo que no se dio cuenta cuando su madre la observó con ojos llorosos, esta era la primera vez que se dirigía a ella y la había llamado "mamá". México sonrió divertido mientras los otros veían expectantes. Viendo que no ocurría nada el latino le dio un ligero codazo a la japonesa haciéndola salir de sus pensamientos

-{Japón... mi pequeño sol naciente}- la voz del Imperio nunca había sonado tan suave y temeroso antes.

La nipona volteó a ver a su madre, sus orejas pegándose a su cabeza en un gesto tímido. La mayor abrió sus brazos ligeramente dudosa tras un gesto por parte de México. Todos observaron en confusión y alegría cuando la pequeña abrazó a Imperio inmediatamente. La minina maulló entre sollozos lo mucho que había querido conocerla y que la perdonara por haberla ignorado.

-{Ya, ya mi pequeña, esto aquí, entiendo porqué lo hiciste, soy prácticamente una desconocida, pero no dudes ni un segundo que te quiero, aún con las cosas raras que haces estoy orgullosa de ti}- dijo Imperio abrazando a su hija, dios, cómo había deseado ese momento desde que la vio en la reunión.

💀Cripta en la ONU💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora