2. Álbum: Desconocido

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-Tienes seis meses para hacer todo un álbum ¿Escuchaste Miguel?- le habló un hombre del otro lado de la línea.

El rubio colgó y pegó su frente contra la mesa ¿Seis meses para hacer un álbum completo? Que locura la del hombre.

-Mátame, Willy- le dijo aún pegado a la mesa.

El perro en respuesta movió la cola y soltó un alegre ladrido, Mike sonrió y se levantó de su sitio, cargó al pequeño le puso su correa para  salir a dar un largo paseo. Siempre que necesitaba pensar daba largas caminatas, en ellas pensaba en lo bueno y en lo malo de su gran vida, además de que era una buena forma de encontrar un buen tema para su nuevo trabajo. Vestido como aquella noche en la que salió a escondidas, emprendió camino en búsqueda de inspiración.

Durante la primera hora no encontró nada relevante, vio dulces parejas disfrutando su candente amor eros, a una madre con su bebé mostrando un tierno amor ágape, las esponjosas nubes, la flexible corriente de agua, la belleza de la vida y el bailar de las hojas. Siguió su caminata hasta que su pequeño cachorro estuvo agotado; cuando volvieron se sentó en la ventana a ver su magnífico jardín lleno de diferentes rosas y árboles, esa magnífica vista le dió la gran idea de escabullirse otra vez para inspirarse en el paisaje de la noche, un paisaje más calmado pero sin lugar a duda brillante.

[...]

Eran las 6pm y esa era la hora perfecta para admirar el cambio del ruidoso día a la pacífica noche.

Cuando empezó la caminata vio los colores del atardecer, las luces de colores que iluminaban las estatuas, monumentos e iglesias, vio las desoladas calles, las peleas de gatos y sintió la paz de la noche. Pese a eso no encontró lo que buscaba.

Siguió caminando y vió como alguien era echado de su casa, quien lo sacó le dijo un montón de cosas horribles. Mike fue a ayudarlo pede a qué podía ser descubierto o que fuera una mala persona, cuando se acercó vio a un joven llorar desconsolado.

-Eh- le dijo arrodillándose -tranquilo ¿Necesitas ayuda?.

-No- le dijo tratando inútilmente sus lágrimas -buenos si, señor, ¿podría prestarme dinero para pagar una habitación?.

El rubio miró en los ojos la desesperación del joven, sentía que no era una mala persona por lo que lo acompañó a un hotel cercano, en el camino el chico estuvo fuertemente aferrado a su brazo, gracias a eso sentía como este temblaba.

-Bien, me despido- le dijo después de pagar la habitación- cuídate chico.

-Gracias, en serio gracias- el joven de cabello castaño abrazó a Mike con fuerza -no se que hubiera hecho si no hubieras aparecido, le tenía tanto miedo a estar aquí solo, le tengo tanto miedo a lo desconocido y conocer algo de calidez me hizo sentir mejor.

Miguel le sonrió y se fue del lugar, la idea del miedo a lo desconocido se le quedó en la cabeza por un largo tiempo pero después la dejó libre. Ya era muy tarde por lo que debía volver, en el camino siguió buscando con la vista algo llamativo pero solo vio oscuridad.

Ya casi llegando se le ocurrió hacer una parada para comprar y entró al bar de la noche anterior, esa noche no estaba tan vacío, había un alegre grupo de jóvenes charlando con una cerveza en mano y obviamente el joven que atendía el lugar.

-Hola, dame una gaseosa fría- le dijo con una leve sonrisa.

A su lado se paró uno del grupo y pidió otra ronda, los dos esperaron al joven en un largo silencio, su gaseosa llegó primero y soltó un alegre "gracias" .

-Oye, no es por nada pero tu voz me parece conocida.

Esa frase hizo que su cuerpo se tensara.

-No...no creo....te equivocas- su voz empezaba a temblar.

-Hombre, te pareces a ese cantante, ese chico rubio que lo llaman Mike.

-No... Yo- su entrecortada evasión fue interrumpida por la voz del joven al otro lado del mostrador.

-¡Juan!- le gritó de manera alegre y posando su  mano sobre el hombro del rubio -¿Te está molestando el chico? Hombre no te metas con mi amigo, parece tímido pero si lo haces enojar te va a romper una silla en la cabeza, este tipo dejó a un hombre en coma por un chiste- Miguel lo miró extrañado -Juan, hombre antes de que le rompas la cara que tal si vienes atrás a tomarte una cerveza fría.

El rubio aún se sentía confundido, miró con cara seria al chico y cruzó la barra para ir a la habitación de atrás.

-¿Juan?- le preguntó después de entrar al lugar.

-Lo siento, fue el primer nombre que se me vino a la mente ¿Cuál hubieras preferido, Pedro, Anacleto, Bartolo?- el azabache tomó unas cervezas y salió con ellas en sus manos.

En la soledad del lugar pensó en aquel desconocido y en el misterio que lo rodeaba, su nublada mente se iluminó con una idea, desconocido iba a ser el nombre y el tema de su próximo álbum.

Estrella [Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora